El ballet de las palabras: el blog cultural.: GABRIEL CELAYA: CIEN AÑOS DE SU NACIMENTO.

sábado, 17 de diciembre de 2011

GABRIEL CELAYA: CIEN AÑOS DE SU NACIMENTO.

Rafael Gabriel Múgica Celaya, más conocido como Gabriel Celaya, nació en la localidad guipuzcoana de Hernanai en 1911.

Antes de la Guerra había vivido, para estudiar ingeniería, en la Residencia de Estudiantes (en la misma habitación que antes empleara Lorca), lo que lo empapó de la brillantez poética de esa época. Es entonces cuando publica su primer libro, Marea del silencio (1935).

Sin embargo, tras la Guerra, la desolación también llegó a nuestro poeta, como a otros (Dámaso Alonso, Blas de Otero, Victoriano Crémer, Eugenio de Nora). Es lo que venimos denominando poesía desarraigada. Sus versos expresan la desazón, la angustia ante lo irracional de la guerra y de sus consecuencias de una manera bronca y directa, cercano al existencialismo.

Mas, en 1955, Celaya publica Cántaros íberos, obra que – junto a Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero- comienza una nueva época para la poesía española: se deja atrás la angustia existencial para entrar en la solidaridad social. Hablamos de la poesía social.

Con un estilo más claro y directo, de lengua cotidiana y dirigida a <<la inmensa mayoría>>, esta poesía tiene la función de denunciar las penurias sociales (dificultades económicas de España, injusticias sociales, mundo del trabajo, anhelo de libertad y de un mundo mejor) y tomar partido ante los problemas. De manera que <<la poesía es un instrumento para transformar el mundo>>. Un claro ejemplo se puede ver en el poema titulado La poesía es una arma cargada de futuro:

(…)

Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos, dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quién no toma partido partido hasta mancharse.

Como se puede comprobar, la técnica está <<basada en un terco verso martilleante y en un continuo recurso al pedal de las oxítonas>>, lo que recuerda a los versos de Unamuno (que había conocido en 1929 junto a Buñuel, Dalí, Lorca y Ortega y Gasset).

La idea de llegar al mayor número de público da lugar a que muchos de estos poemas sociales se divulguen por medio de conciertos de cantautores, al puro estilo juglaresco.

Más tarde, en los años sesenta, en Episodios Nacionales, propone la <<reconciliación nacional>>, basada en la orientación que tiene entonces el Partido Comunista de España (de hecho se presenta como candidato de este partido por Guipúzcoa en 1977).

Ya en los setenta, crea una poesía de experimentación, como en Poemas órficos.

Además de poesía, este prolífero autor escribió novelas (Lázaro calla, 1949), teatro (El relevo, 1988) y ensayos (Exploración de la poesía, 1964). A esto se suman algunas traducciones (Cincuenta poemas franceses, de Rilke) y sus publicaciones junto a Amparo Gastón (Música celestial), con la que no se casa hasta 1982.

En 1986 recibió el Premio de las letras Españolas y un año después el Nacional de Literatura.

Además de por Gabriel Celaya, ha publicado también con otros pseudónimos, como Rafael Múgica o Juan de Leceta. Sin embargo, siempre lo reconoceremos por Gabriel Celaya, el poeta que acercó sus versos al pueblo para reivindicar la libertad y las mejoras sociales.

ALGUNOS PREMIOS MÁS:

1936: Premio del Centenario de Bécquer por La soledad cerrada.

1956: Premio de la Crítica por De claro en claro.

1963: Premio Atalaya de Poesía por Versos de Otoño.

1963: Premio internacional de Poesía Liebra Atampa por toda su obra.

1968: Premio Internacional Etna Taormina también por toda su obra.

PERSONALIDADES CONOCIDAS A LO LARGO DE SU VIDA:

1929: Lorca, Buñuel, Dalí, Ortega y Gasset, Moreno Villa, Unamuno, Emilio Prados y Juan Ramón Jiménez.

1934: Pablo Neruda.

1965: Nicolás Guillén (autor de La muralla).

1966: Sastre.

1967: Paco Ibáñez.