Hace dos semanas tratamos el cuento: el primer sábado, para comentar un hecho sobre la ausencia del cuento en la vida de estas generaciones; la semana pasada, para tratar su importancia en la psicología infantil. Hoy comenzaremos analizando el significado oculto de uno de los cuentos más conocidos: Cenicienta.
Es un relato muy antiguo, pues cuando se escribió por primera vez en China en el siglo IX d.C. ya tenía historia. El pie diminuto como signo de virtud (belleza y atractivo sexual) y la zapatilla de material precioso son signo de origen oriental.
Cenicienta y el Hada, por Doré. |
Este cuento es el que mejor expresa las experiencias internas del niño que sufre la rivalidad fraternal. Cenicienta es menospreciada por sus hermanas; su madre la obliga a sacrificar sus propios intereses por los de aquellas; tiene que realizar los peores trabajos de la casa pero recibe gratitud por ello. Así es como se siente un niño con rivalidad fraternal. Pero la bajeza moral de la madrastra y de las hermanastras hace al niño que piense que él tiene suerte de no pasarlo tan mal.
Una de las características del cuento es que Cenicienta se sabe superior a sus hermanastras. Se suma a esto su inocencia.
El estar tan cerca del fogón que hace que se manche de ceniza puede significar que se esfuerza por mantener la familia unida como si se tratara de la madre.
La ansiedad que despierta la penosa existencia de Cenicienta pronto se ve aliviada por el final feliz. Lo que hace tener a la niña esperanza de poder superar los problemas.
Dos de las versiones más conocidas son las de Perrault y la de los Hermanos Grimm.
Del primero destaca la aparición del zapatito de cristal, eliminando un elemento anterior en el que las hermanastras se cortaban un dedo del pie para que les cupiera. El príncipe no se daba cuenta hasta que los pájaros cantaban que había sangre en el zapatito.
Cuando el padre marcha de viaje pregunta a sus hijas que qué quieren que les traiga. Las hermanastras piden joyas y vestidos, pero Cenicienta quiere una ramita de avellano para plantarlo en la tumba de su madre. Simboliza el intento de volver a tener el cariño del padre. Estamos equivocados si creemos que la felicidad viene con lo material. El mensaje para el niño es que por muy desgraciado que se sienta si es capaz se sublimar sus sentimientos solucionará sus problemas.
En la versión de los Hermanos Grimm se indica que en tres días el príncipe celebrará una fiesta. Cenicienta pide permiso para ir. La madrastra le indica que podrá si es capaz de recoger las lentejas que ha tirado al fuego. Ella lo consigue gracias a un pájaro mágico, pero la madrastra desea degradarla y vuelve a ponerle otra dificultad.
Aún así la madrastra no le deja ir. Será el pajarillo quien cumpla su deseo.
En la versión de Perrault es el hada después de pedirle que busque una calabaza, ratas y lagartijas (símbolos de madurez sexual).
En esta versión el hade le indica que tiene que irse antes de las doce. A Cenicienta se le pasa el tiempo una de las noche y, al salir corriendo, pierde un zapatito.
En los Hermanos Grimm la protagonista puede quedarse hasta que quiera, pero el príncipe se ofrece a acompañarla y ella tiene que esconderse para evitarlo. El tercer día el príncipe hace untar la escalera con pez. Cuando Cenicienta huye se queda pegado uno de los zapatos.
Repetir la acción tres veces es el intento del niño de crear su propia identidad.
El zapatito simboliza la vagina de la mujer. Se hace más patente en las versiones en que las hermanastras se cortan el dedo del pie y la sangre fluye.
El pie de Cenicienta se desliza suavemente sin tener que mutilarlo. Esto unido a que huya de la fiesta varias veces, simboliza que su sexualidad no es tan violenta como la de sus hermanastras. El príncipe se siente angustiado cuando marcha con las hermanastras, tanto que no se da cuenta de que hay sangre. Sin embargo, con Cenicienta se siente seguro, quiere acompañarla. La zapatilla significa la feminidad, que acepta y gusta al príncipe. Cenicienta quiere presentarse ante él con harapos (menos en la versión de Perrault), simbolizando la sensación de suciedad referente a lo sexual. Solo cuando acepta su feminidad se presenta lujosamente vestida.
El cuento enseña también que los niños se hacen una visión negativa de ellos en un periodo de tiempo, pero no para siempre.
Ver también: El cuentacuentos.
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Ver también: El cuentacuentos.
Hola: me gustó este análisis,especialmente porque surge de una comparación de las dos versiones.Me aportaste mucha información.Gracias
ResponderEliminarHahaha... no estás sola.
ResponderEliminarme gustaría encontrar mas información como para que curso puede ir destinado. . .
ResponderEliminarYo lo utilizo para los primeros cursos de la ESO.
EliminarSi das en la etiqueta "cuentos", que aparece al final del artículo, te llevará a otros análisis y a un documental interesantísimo que hizo televisión española sobre los cuentos tradicionales españoles. Trastea por esa etiqueta.
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