jueves, 15 de diciembre de 2011

JULIO VERNE, UN VISIONARIO.

Aquí os dejo un artículo que publiqué en Artmaniaque en 2005.

            Este año se celebra el primer centenario de la muerte del novelista francés Julio Verne. Sus obras sí que han dado la vuelta al mundo, traduciéndose a más de ciento treinta lenguas y arrastrando a sus lectores, tanto adolescentes como adultos, a viajes y aventuras extraordinarios. Es cierto que posteriormente se ha visto que no resultaban tan imposibles ( ni más ni menos el viaje a la  luna). ¿Tal vez poseía tal capacidad observadora de su mundo que anticipó hechos futuros, como la descripción de Hitler? ¿O es que despertó la curiosidad de los lectores, quienes siguieron el camino de la ciencia por las narraciones de Verne, como afirmaba el científico de Regreso al futuro?

            Verne nació en el seno de una familia burguesa, la cual deseaba que dirigiera sus pasos hacia las leyes. Pero el chico salió rebelde y excapó de casa con la idea de ser marinero. Lo malo es que su padre lo atrapó. De cualquier modo, no hizo el menor caso a la voluntad paterna, y, deslumbrado por los adelantos científicos de su época, quiso narrar sobre ellos. Como buen novelista, antes se documentó todo lo que pudo y más, llegando a reunir cerca de veinte mil fichas en diez años. Entre todas las ciencias, le llamó la atención la geografía, justamente en un momento colonialista. Y es que tras esas fantásticas aventuras se esconde un ojo crítico. Todo circundado por un Positivismo o fe en la técnica y la ciencia: ferrocarril, telégrafo, vacunas, etc.


            Sin embargo, la Humanidad no hubiera conocido la narrativa verneniana a no ser por su editor Hetzel. Ya se ha mencionado que en el corazón de Verne había un vacío paternal (con ese padre, no era para menos) y su editor pareció llenar ese hueco. De hecho, la mayor parte de los protagonistas vernenianos buscan un “padre espiritual”.

            Mucho se ha afirmado que Verne sólo viajó con la imaginación, pero, si bien es cierto que prometió a su madre que no lo haría, nuestro autor viajó. Tanto es así que llegó a tener tres yates. Y ese gusto por los viajes aparece en las obras; sin embargo, presenta una lectura mítica que une el porvenir con el pasado. Así, por ejemplo, el capitán Nemo recuerda a Ulises de la Odisea cuando afirma llamarse Nadie a Polifemo. De hecho Nemo significa, ni más ni menos, nada. Por otra parte, sus obras giran en torno al simbolismo, como el del Eterno Retorno del que hablaban los presocráticos.

            Además de los viajes, otros motivos interesantes de sus obras son el elogio a la voluntad (de influencia del filósofo alemán Nietzsche), el triunfo de la honradez y el esfuerzo, el deseo de convivencia de los seres humanos y la aparición de personajes de gran sapiencia.


Pero, sobre todo, destaca esa catalogación que suele recibir como visionario o anticipador de inventos o respecto al conocimiento del espacio. Recuérdese que muchos astronautas lo han sido al leer las obras de Verne, como aseguró el primer hombre que pisó la luna. En realidad, lo que hace el novelista francés es observar los adelantos de su tiempo con detenimiento, mejorando su rendimiento y así adelantando lo que será su evolución. Mas todo ello lo hace ubicando los acontecimientos en su propia época, por lo que sus obras no son ciencia ficción, sino antecedente de dicho subgénero.

No obstante, no se queda en lo imaginativo, sino que trata, como ya se ha adelantado, problemas políticos y sociales del tiempo turbulento que le ha tocado vivir. De hecho el Capitán Nemo ha sido denominado Quijote de los mares, pues presenta una lectura libertaria contra la opresión.
Dicho liberalismo del autor provocó la mayor parte de los choques con su padre conservador, pero también con su esposa burguesa, que celebraba fiestas de sociedad. Verne se manifestaba en contra encerrándose en su despacho y huyendo a otros mundos.


No ha de olvidarse que este autor fue famoso en vida, teniendo contacto con los Dumas, influyendo a otros escritores, al cómic y al cine. Así, puede decirse que para muchos no morirá, como dice su lápida:

<<hacia la inmortalidad y la eterna juventud>>


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