sábado, 18 de mayo de 2013

TAL DÍA COMO HOY...DRÁCULA

Tal día como hoy, en 1897, se publicaba Drácula, de Bram Stoker.

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10 comentarios:

  1. ¿Cuándo un relato se convierte en clásico? ¿Cuántas versiones diferentes se necesitan en el celuloide o en los libros para conseguir tal galardón? ¿Beben realmente sagas como Crepúsculo de esta fuente? ¿Es tan grande el manto de Bram Stoker que ha hecho suyo el género vampírico hasta el punto que cualquier apunte de este universo debe llevarnos a él? Aquí dejo algunas preguntas que me sugiere el tema.

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    1. ¡Qué preguntas más interesantes! ¿Alguien se atreve a dar alguna respuesta?

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  2. Yo mismo me atrevo:
    Primera pregunta: vaya usted a saber.
    Segunda pregunta: es una pescadilla que se muerde la cola, me explico: las versiones en el celuloide o en los libros no hacen a un clásico, pero los clásicos son objeto (y, a menudo, víctima) de muchas versiones en el celuloide o en los libros.
    Tercera pregunta: después de ver en el cine y hojear en libro una saga ("Confesiones con el vampiro", de Anne Rice), no se me quedó mi cuerpo serrano como para repetir, y más, viendo lo que prometían los avances cinematográficos de "Crepúsculo". Dato que conviene recordar: hace algunos años, el propio Mr. Pattison, en un arranque de sinceridad, declaró que las películas de esta saga eran muy malas. Me enrollo un pelín más (la culpa es tuya, Patricia, por preguntar). En materia de sagas cinematográficas draculeras, la clásica y más conocida hasta la irrupción de "Crepúsculo" era la protagonizada por Cristopher Lee y producida por la Hammer, en pocas palabras: cine setentero y entrañable con lo mejor y lo peor de aquella época: efectos terroríficos que a veces de lo que te mataban era de risa y aceptable fidelidad al original. Siempre diré una cosa: la mejor versión cinematográfica de Drácula es la de Coppola, por méritos artísticos y fidelidad al original de Stoker. Otras muy buenas: la de Herzog (lírica, irónica y melancólica) y la de Murnau (inquietante, indescriptible).
    Cuarta pregunta: al manto de Stoker le precedió el de su maestro Le Fanu. "Carmilla" es, como mínimo, tan inquietante como "Drácula" y tiene la ventaja de ser muchísimo más breve y fluida; los detractores de la novela de Stoker suelen alegar que le sobran páginas y a veces parece estar hecha a hachazo limpio: por mucho que me guste "Drácula", he de reconocer que razón no les falta.
    Termino: ya que veo que compartís mi afición al génro de terror, os dejo aquí un enlace con mi blog:
    http://papabloblog.blogspot.com.es/2010/11/mis-diez-mejores-peliculas-de-terror.html

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    1. Muchas gracias, Guachimán, por tus jugosas respuestas. Me encanta que te enrolles ;) Siempre haces reflexiones interesantes.

      Yo tengo una opinión sobre lo que hace a una obra clásica, pero, por ahora, me la guardo. Quiero saber qué pensáis.

      Tienes razón, el cine quiere aprovechar el "tirón" de los clásicos y a veces los destroza. Veamos lo que sucede ahora con la moda de versionar los cuentos tradicionales hasta lo más ridículo.

      Uf, sobre Crepúsculo no quiero opinar porque me enciendo. Y me he tragado todos los libros para ver qué es lo que leían de manera tan ávida las niñas.

      Se nos olvida que antes de Stoker ya hay un texto de Lord Byron.

      ¿Nadie más se atreve a dar sus respuestas?

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    2. Te tenían que hacer un monumento al mérito profesoral solo por haberte zampado los libracos de "Crepúsculo" con ese fin. Yo sospecho que las niñas se sumergen en sus caudalosas páginas por dos razones:
      -Por sentirse cercanas a Mr. Pattison un ratito más.
      -Porque esta saga, más que una novela de vampiros, parece ser una afortunada mezcla de mundo vampírico, mundo Tolkien (al uso de los imitadores actuales) y relato adolescente: problemas con los papás, problemas sentimentales, motos, por qué no me sentarán bien los vaqueros de la talla 38...

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    3. Vaya. últimamente se borran los mensajes.

      Ja, ja, ja. Sé de más profesores que han hecho lo mismo. Tienes razón. La saga es una especie de Super Pop de cientos de páginas. Este es el comentario que puse en una página de opinión sobre libros.

      "Ñoña visión para adolescentes.
      Es una novela para adolescentes que buscan un ideal. No es una buena literatura, pues presenta fallos serios como que la narradora – protagonista es a la vez narrador interno y externo omnisciente.Al principio parece estar mejor, ya que se acerca a la sensibilidad adolescente de sensación de marginalidad del mundo. Sin embargo, va bajando su calidad. Personajes planos. Estoy de acuerdo con que es una telenovela (con la baja calidad que eso le supone)para quinceañeras (por lo menos para algunas). Ya de las películas ni hablo. Obviamente la popularidad no siempre se acerca a la razón".

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  3. Invoco a Fernando López para que participe en esta tertulia vampírica.

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    1. Buf... No sabría por dónde empezar. La evolución del vampiro hasta el momento contemporáneo es demasiado amplia, y hunde sus raíces en el concepto del hombre lobo. De todos modos, Drácula, que nació como una novela de terror, y que lo es y lo seguirá siendo, se convirtió -heredando el espíritu de Polidori y su relato- en un símbolo de la depravación de la clase noble gobernante en la época Victoriana y cómo ese estamento social se aprovechaba de un dinero heredado, y unos privilegios inamovibles e incomprensibles en aquel momento, para depredar a los que estaban debajo: la clase burguesa, recta, moral, Victoriana, respetuosa, trabajadora; heredera de la luz frente a la nobleza apolillada y las clases más bajas, los trabajadores de puerto, los gitanos y floristas, los dependientes, que con su miedo, su servilismo y su también depravación por incultura se mantenían fuera de la luz y la corrección. Bajo esa perspectiva, el mito de Drácula, sigue siendo actual, y válido, sólo que ahora el Conde, está representado por los bancos y los políticos, que, no olvidemos, siempre terminan buscando comprar un puesto en la nobleza con su dinero. Diferentes formas de ver la misma cosa. Claro, en las perspectivas para aolescentes, alguien que chupe la sangre debe ser integrado en el sistema y visto como algo bueno. De ahí los crepúsculos y demás adaptaciones del mito del vampiro. Es como las chicas que ahora escuchan Heavy Metal o Los Ramones desde su iPhone último modelo. Si algo molesta: cómpralo, con esos billetes que Drácula tenía en fajos arrugados en los bolsillos cuando van a uno de sus pisos francos los cazadores a matarlo.

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    2. Invocación aceptada. Ya creía que iba a tener que pronunciar tres veces tu nombre para que aparecieras.

      Muy interesante reflexión. Drácula totalmente actualizado en esa visión de crítica social. Yo añadiría que dentro del análisis de la moral victoriana, lo que la escandaliza, hallamos el mordisco en el cuello, un símbolo erótico.

      Lo de que el vampiro viene de la leyenda del hombre lobo, he de llevarte la contraria pues aparecen historias de seres que beben sangre en muchas culturas antes de la presencia del hombre lobo. Por ejemplo en Grecia, donde llegaron a utilizar una isla donde enterrar a los que podrían ser vampiros.

      Gracias por comentar.

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  4. En el año 1751, publicó el sacerdote francés Augustin Calmet su "Tratado sobre los vampiros", de los que en las primeras páginas afirma que proliferan en Hungría, Moravia, Silesia y Polonia y que se viene hablando de ellos desde hace unos 60 años. Es posible que en ese libro se hable de los seres griegos de que hablas. Que la cuestión preocupó en el siglo XVIII es claro, pues parece que de aquella época vienen los términos vorkolak, vordalak y brucolaco. Este último es español y fue usado en las zonas pirenaicas. El propio Feijoo, en sus "Cartas eruditas y curiosas", se ocupa del libro de Calmet y de los vampiros, aquí os dejo un enlace:
    http://www.filosofia.org/bjf/bjfc420.htm
    Resulta curiosa la seriedad con que se toma el asunto un declarado luchador contra la supersticiómn como fue Feijoo. El tema es viejo en Europa y en el mundo, pues, como apunta Fernando, hay muchas maneras de chuparle la sangre a la peña.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.