Este año se cumplen setecientos
treinta del nacimiento de Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X. forma
parte, en su momento, de una nueva aristocracia culta y cortesana que había
comenzado a desarrollarse por el impulso de Fernando III frente a la analfabeta
rural anterior. De modo que se está gestando el ideal de hombre renacentista.
Como indicábamos, era sobrino del
Rey Sabio, pues era hijo del hermano de éste, Don Manuel (infante de Castilla)
y de Doña Beatriz de Saboya. Esto da lugar a que desde joven ocupe relevantes
cargos en política como pertenecer al
consejo de regencia de Fernando IV y después al de Alfonso XI. El caso es que
participa activamente en las luchas nobiliarias iniciadas ya en época de su
tío, propiciando la crisis feudal. Pero, a la vez, es momento de gran cultura
debido a la convivencia de judíos,musulmanes y cristianos a lo que se suma la creación de las universidades.
Por tanto, nos encontramos ante
un momento de crisis política en donde
los noble guerrean (ya casi terminada la Reconquista ) entre ellos y el rey por el poder de
la corona. Don Juan Manuel aúna un perfil guerrero junto a otro culto (iniciado
con Fernando III y Alfonso X) en el que enlaza los conocimientos de las tres
religiones. Como se indicaba, es el boceto del futuro ideal renacentista del
XVI.
Al pertenecer a la más alta
nobleza –nieto de Fernando III el Santo y sobrino de Alfonso X, El Sabio-,
y tras una juventud de esmerada
educación bajo los dominicos y la
biblioteca que había sido de su tío, se dedica a ampliar su poder (pues podía
haber optado a la corona de Aragón), con lo que ha de luchar contra los reyes,
como Fernando IV y Alfonso XI. Parece que a este último como modelo del mal
gobernante en Libro de los Estados y es posible que empleara el cuento XXXIII
de El Conde Lucanor como una venganza
por no haberle dado el reino de Toledo que le había prometido. Necesitaba el
favor de otros reyes. Posiblemente por eso se casó, en segundas nupcias –antes
tenía como esposa a la infanta Isabel de Mallorca- con la hija de Jaime II de
Aragón, Constancia – que sólo tenía doce años- en 1311. Sin embardo, la mayor
influencia política y económica se la da
el matrimonio con la heredera de los Lara.
A las luchas por la sucesión y el
poder de la Corona
se suma a la crisis la devastación que provoca la Peste Negra. Pero su interés se
centra en el mundo nobiliario aún cuando las tensiones con el Rey lo obligan a
cobijarse en la literatura. De ahí que su creación, a pesar de la aparente
sencillez, gire en torno al buen noble, que vincula consigo mismo, claro.
Aunque también quiere hacer patente la necesidad de cohesión entre los
diferentes estamentos –que se necesitan-
en un momento en que la estructura se ve amenazada.
Tenemos, entonces, que entre 1325
y 1335, Don Juan Manuel escribe el Conde
Lucanor, colección de cuentos dirigidos a la nobleza de la época a la que
quiere orientar ante los peligros que la acechan y recordarle sus deberes. Así,
se refiere al poder, a las falsas apariencias o a la traición, por ejemplo. Su
gran valor estriba en la madurez que
otorga tanto a nuestra lengua como a nuestra prosa, que continúa la labor de su
abuelo y de su tío y facilita la grandeza de la literatura posterior.
Aunque dejó toda su obra
manuscrita en el convento de los frailes Predicadores de Peñafiel, donde sería
enterrado hacia 1349, los textos se perdieron
en gran parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.