Miruk meditando |
El siguiente paso era crear seres que habitaran ese mundo. Rajó dos bandejas. De la de oro, salieron los hombres; de la de plata, las mujeres. Y así surgieron los seres humanos. Pero Sokka quería su momento en ese mundo que había creado Miruk, así que lo retó. Sin embargo, siempre vencía éste. Primero en la competición sobre qué cadena se rompería antes en el mar; después, a descongelar un río; por último, en la rodilla en la que nacería una peonía. Sí, Miruk venció en cada uno de estos retos, pero Sokka robó esta flor. Enfadado, Miruk abandonó el mundo y lo dejó en manos de Sokka, en las que todavía está. Surgió la superstición y la inmoralidad.
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