Pulmón afectado por el tabaco . |
Resulta tremedamente triste que la sociedad no se comporte como tal, que unos no nos preocupemos por los otros, que no pensemos el daño que hacemos al prójimo. Que tengan que legislarlo para hacernos comprender que somos unos auténticos marmolillos -como decía Rosa Montero en uno de sus fantásticos artículos- dice muy poco de nuestra madurez social.
Lo sorprendente es que estos mismos adictos al tabaco, que se gastan cientos de euros al año para suicidarse, lanzan miradas de repulsa a los yonquis. Es irónico que los desprecien los yonquis del tabaco.
Ingredientes del cigarro. |
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Yo supongo que te habrá tocado subir 20 pisos en un ascensor con alguien al lado fumando uno y otro cigarrillo.
ResponderEliminarSoy fumador, y dije sí a la ley que prohibía fumar en espacios cerrados, y no me gusta fumar donde exista gente a mi alrededor que no lo haga, y si lo hago, al menos trato de apartarme...
Pero de verdad, el ataque que haces en este artículo es un poco "a muerte"... Acaso es justo que potencias mundiales intervengan otros países en nombre de la "PAZ"? Es justo que las Iglesias nos tomen por tontos, o que a diario mueran de hambre tantos niños en África?
Este mundo está muy jodido desde hace bastante rato, y la culpa es de fumadores y no fumadores... pero somos una especia muy egoísta, gritamos y miramos solo cuando algo nos toca de cerca.
La finalidad que buscas no es incorrecta, la gente debería aprender que en realidad no solo nos estamos haciendo daño, sino que también dañamos a los que están a nuestro alrededor. Solo creo que para que alguien aprenda, hay que saber educar, y las formas que usas no creo que sean las correctas (Es mi humilde opinión)
Un saludo...
Las penurias que sufrimos ahora son culpa tanto de los fumadores como de los no fumadores. Es obvio. Quería ejemplificar que los actos más cotidianos son el principio de un mal mayor. Eslabones en una cadena que conduce a unas tremendas consecuencias. La falta de empatía y valores para respetar el bienestar del prójimo -sin contar ya uno mismo-, eso que los papás tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos. Decidir fumar en la actualidad -sabiendo lo que produce- es no quererse bien a uno mismo. Es dañarse con conocimiento. Pero ya si se fuma junto a cualquier otra persona, se la está maltratando. Se está hiriendo a otro. ¿Cómo puede ir bien una sociedad si no nos preocupamos del bien de los otros, si no respetamos el bienestar de los demás? Y con esto está el tabaco, el no saber por el lado por el que se ha de caminar, colarse, gritar, escupir, no recoger el excremento del perro, tirar papeles al suelo...Si no nos cuidamos unos a los otros -ni siquiera a nosotros mismos- en lo más básico, ¿cómo esperamos que las oligarquías se preocupen de nuestro bienestar? Hemos de cambiar nuestro comportamiento cotidiano a fin de conseguir mejorar en niveles superiores.
ResponderEliminarPerdona, Anónimo. Estaba trasteando con el diseño del blog y se han borrado dos comentarios: uno tuyo y el mío respondiendo.
ResponderEliminarMe alegra que vayas a cuidar tu salud y tu bolsillo dejando de fumar.
Un abrazo.
Lo peor del caso, de cualquier manera, es la capacidad del fumador para tratar al no fumador que le reprende por su acto en lugares públicos como gente soberbia e incomprensiva, intransigente, que no deja que los demás sean felices. No puedo dejar de sorprenderme.
ResponderEliminarEs una consecuencia de la falta de inteligencia social. A mí también me sorprende y cada vez me enfada más en tanto en cuanto se está extendiendo como la pólvora esos malos modos, esa inconsciencia. Dentro de poco el asesino recriminará a la víctima por quejarse. A veces me parece tan absurdo el comportamiento español que no lo entiendo. No sé cómo puede ocurrir esto ya en el siglo XXI.
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