Mientras, Ra –Atum continuó
creando. Así apareció el dios más sabio, Thot. Al ver a Nut, sintió lástima por
ella. Decidió ayudarla. Por eso inventó las damas y desafió a los demás dioses apostando tiempo.
Ganó cinco días. Hay que recordar que Ra-Atum había organizado el año en
trescientos sesenta días y que no permitía que en ninguno de ellos Nut diera a
luz. Sin embargo, Thot sumó sus ganancias (esos cinco días), que no entraban en
la maldición del gran dios. Por fin la bella Nut pudo dar a luz.
El primero en nacer fue Osiris.
Al día siguiente, Heroeris. En el tercero, con grandes dolores, Net dio a luz a
Seth. Los dos siguientes a Isis y
Neftis.
Osiris se había enamorado de la
inteligente y valiente diosa de la magia, su hermana Isis, cuando todavía
estaban en el vientre de Net. Sus
hermanos Seth y la dulce Neftis también se casaron, pero más por envidia que
por amor. Y es que Seth odiaba a su hermano por haber nacido en primer lugar y
tener la potestad de reinar.
Así ya estaba la nómina de los
nueve dioses que formarían la
Enéada : Ra-Atum, Shut, Tefnet, Geb, Nut, Osiris, Isis, Seth y
Neftis.
Curiosa siempre la disposición de los panteones y su manera de ser formada. El detalle del enamoramiento de Isis y Osiris ya en el vientre materno me parece original. El número 9, mágico como tantos otros (el 3, 7 o 12), también presentes en otras tradiciones.
ResponderEliminarPor otro lado, guardo un cariño especial a la mitología egipcia, pues fue la primera de la que tuve noticias siendo niño. Todavía recuerdo esas tardes con unos fascículos (no recuerdo la editorial ni el título) de color rojo en su portada con recortables en el interior. Las figuras con cuerpo humano y cabeza de animales me fascinaban, y los relatos sobre Osiris o el dios Ra me embelesaron, como el inicio para otras tradiciones posteriores, como la griega y romana.