Cuando Dios decidió crear el
mundo, comenzó por la Meca
y, desde ahí, configuró todo el orbe. De modo que la Meca constituía el centro del
mismo.
Una vez terminó de crear todo, en
pares, (el cielo y la tierra, el sol y la luna) hizo a los ángeles de la luz.
Después, a los yinn de fuego. Éstos fueron obligados a poblar la tierra
mientras que aquellos estuvieron destinados a habitar la Morada Sagrada , el cielo, donde
habían de dedicar culto a la divinidad.
Una vez organizado esto, Dios
ideó crear otro ser que reinaría la tierra: Adán. Sin embargo, los ángeles se
opusieron. ¿Cómo podrían fiarse de un humano? ¡Mancharía el mundo con el
derramamiento de sangre! Las quejas airaron a la divinidad, por lo que los
ángeles crearon una copia de la Morada
Sagrada en la tierra, como oasis protector de los seres
humanos. Allí lo adoraron.
Por fin la tranquilidad volvía,
de modo que Dios empezó a crear a Adán. Tomó barro y lo modeló. Pero faltaba un
toque, así que le insufló aliento. Así, esa figura cobró vida. A continuación,
ordenó a los ángeles que lo adoraran también a él. Y todos lo hicieron.
Todos…menos uno: Iblis, que se indignó ante la sola idea de postrarse ante un
ser surgido del mugriento barro.
Enfadado, Dios maldijo al traidor
con la expulsión del Paraíso. Después se acercó con cariño a Adán y a su esposa
Hawwa (Eva) para indicarles que podrían disfrutar del lugar, excepto del árbol
prohibido. Y aquí entró de nuevo Iblis –que para algunos no era un ángel, sino
un yinn de fuego-. Los convenció, gracias a su astucia, para que desobedecieran
la orden, sabiendo cuáles iban a ser las consecuencias. Y éstas no se hicieron
esperar, Dios los condenó a salir del Paraíso y morir en la tierra. Adán se
arrodilló ante Dios para, entre sollozos, pedirle perdón. Como el corazón
divino no era tan duro como podía parecer, intentó consolar a su creación
concediéndole una enorme tienda de
campaña protectora colocada en la Kaaba (alrededores de la Meca ) y que los ángeles bajaron del cielo. Pasado el
tiempo, el hombre se dio cuenta de que
estaba derrumbándose, por lo que construyó una nueva Kaaba. Adán, muy
mayor, murió, por lo que los ángeles recuperaron la tienda y la devolvieron al
cielo. En consecuencia, los hijos del primer hombre hubieron de hacer una casa
de piedra en el mismo lugar. Esta nueva Kaaba duró mucho tiempo. Hasta los días
de Nuh (Noé), momento en que los pobladores habían olvidado adorar a Dios. Pero
eso es otra historia.
gracias lo necesitaba para mi tp de catequesis
ResponderEliminarMe alegra que haya sido de ayuda.
EliminarUn abrazo.
Hermoso blogger, me he encantado.
ResponderEliminarNo pude entrar a leer por que todo está protegido, sin embargo, es un paraíso de bellezas.
ResponderEliminarvaldiviadiez@gmail.com
Me alegra que te guste. El blog está protegido para evitar la copia, ya que hay escritores que ceden a "El Ballet de las Palabras" sus textos.
Eliminar