A continuación va a comentarse el
texto titulado Noche Oscura de San
Juan de la Cruz ,
siguiendo tanto los modelos de comentario de Díez Borque y Lázaro Carreter como
la Teoría de
las funciones de la Lengua.
Si comenzamos indicando la
tipología, es posible afirmar que este poema escrito es literario, en tanto en
cuanto el autor ha empleado una serie de extrañadores (recursos retóricos,
verso, ritmo). Pertenece al género lírico, ya que un yo lírico transmite su
sentimiento exaltado (oda) y feliz ante
una unión que explicaremos más adelante.
Según la forma elocutiva, podría
confundirse con un texto narrativo. Sin embargo, el yo lírico describe el
camino que ha tenido que seguir para llegar a dicha unión. De hecho, los verbos
en tiempo imperfecto nos dan la pista de que estamos ante una descripción
dinámica.
Por otro lado, el texto es
estético (el autor pretende embellecer el mensaje), persuasivo y didáctico (la intención de San Juan es
convencer a sus compañeros de los beneficios de la unión divina con Dios a
pesar de los esfuerzos y enseñarle cómo alcanzar dicha unión).
Respecto al punto de vista de la
voz, el texto aparece presentado desde un yo lírico identificado, en primer
lugar, con la muchacha de la lírica tradicional que huye por la noche para
encontrarse con el amado (<<en amores inflamada […] salí sin ser
notada>>). Sin embargo, a lo largo del poema nos vamos dando cuenta de que
dicho yo lírico verdaderamente se identifica con el alma que sigue las tres
vías místicas para unirse con Dios.
Una primera lectura, o una
lectura superficial nos llevaría a afirmar que el motivo del texto es la
salida, en la oscuridad de la noche, de la muchacha en busca de su amado con el
que mantendría relaciones sexuales en un locus
amoenus típico de la lírica tradicional. Pero una lectura profunda nos hace
comprender que realmente el yo lírico se identifica con el alma que sigue las
tres vías (purgativa, iluminativa y unitiva) para conseguir la unión mística
con Dios. Como dicha unión es abstracta, el poeta se sirve de la unión amorosa
ya tratada en la lírica tradicional para hacer comprender la experiencia
mística. Esto nos lleva a recordar el Cantar de los cantares y las versiones de
la poesía de Garcilaso a lo divino.
De manera que el tema superficial
es el amor carnal situado en un locus
amoenus, pero, de forma profunda, podemos asegurar que se presenta el tema
místico.
En cuanto a la estructura
externa, el poema se compone por cuarenta versos organizados en ocho estrofas.
Éstas son liras, composición introducida por Garcilaso de la Vega en la primera mitad del
XVI, pero muy empleada en la segunda mitad por los poetas religiosos. Se forma
por una serie de heptasílabos y endecasílabos de rima consonante (lo que aleja
la composición de la poesía popular), presentando el siguiente esquema métrico:
7 a 11 B 7 a 7b 11B.
Internamente, el poema se organiza en dos partes: la primera
presenta el ansia de búsqueda (hasta la cuarta estrofa, incluida) la segunda
presenta cierta serenidad.
Todo el poema refleja, como ya se
ha mencionado antes, las tres vías que el alma debe seguir para llegar a la
unión mística con Dios. La vía purgativa se identifica en las dos primeras
estrofas, donde, en la soledad, el alma purga los pecados y tentaciones de la
vida mundana (estando ya mi casa sosegada).
La vía iluminativa aparece en las dos siguientes estrofas, dándose el caminar
hacia Dios en el interior del individuo (sin
otra luz y guía/ sino la que en el corazón ardía). La vía unitiva se
refleja en el resto del poema, presentando la experiencia mística de la unión
del alma con Dios mediante la euforia del acto sexual.
Si pasamos a analizar el estilo,
debemos centrarnos en los niveles de la lengua (fónico, morfosintáctico y léxico_
semántico).
Comenzando con el nivel fónico, el poema se
compone por ocho liras ya comentadas anteriormente. El acento estrófico se da
en verso par (yámbico), siendo el resto rítmico dando sensación de paz
relacionada con el contenido del poema (unión mística con Dios).
A pesar de que en el texto
aparecen numerosos encabalgamientos suaves, destaca la esticomitia de los dos
primeros versos de la quinta lira (¡ Oh noche que guiaste!/ ¡Oh noche amable
más que la alborada!), que hace un parón para separar una parte de la otra.
A continuación aparece el encabalgamiento más importante de todo el poema (¡oh noche que juntaste,/Amado con amada,/amada
en el Amado transformada!), pues tematiza amada y Amado,
conteniendo el tema del poema.
Puede destacarse en este nivel el
hecho de que Amado aparezca con mayúscula, pues nos da una pista del verdadero
significado de la alegoría. Amado se identifica con Dios; la amada, con el
alma.
Respecto al nivel
morfosintáctico, destaca el ámbito nominal ante el verbal, lo que nos sugiere
que nos hallamos ante una descripción. Sobresale la presencia de sustantivos
concretos, destacando especialmente la palabra noche de la que se habla en parte del poema para referirse a la soledad individual necesaria para
alcanzar a Dios. Además, debemos tener en cuenta los sustantivos relacionados
tanto con el locus amoenus (cedros,
que recuerdan al Cantar de los cantares)
como con las partes del cuerpo (cabellos,
manos, cuello). Resulta de gran importancia la presencia de la palabra luz (versos catorce y diecisiete) con
dos sentidos. El último sugiere un efecto físico (mediodía), mientras que el primero – teniendo en cuenta que en el corazón ardía- presenta un estado
espiritual o emotivo.
En este ámbito debemos referirnos
también a los pronombres, relacionados con la primera persona del yo lírico (yo, me).
Pero no de olvidarse la presencia de los adjetivos calificativos
Enhorabuena. Muy completo el comentario. Se nota que la filología corre por tus venas, je, je. ¡Qué importante es saber leer, comentar, tener espíritu crítico, y qué poco se valora en este mundo!
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