Ya comenté la semana pasada que
el grupo del profesorado vive en un constante sentimiento de indignación y con
el pensamiento de que parece que las malas ejecutoras del poder en Madrid
(Aguirre y Figar) no tienen límites en su quehacer maléfico. Siempre dando un
paso más allá.
La verdad es que temo que como
existe una actitud anodina en la generalidad de la ciudadanía (que parece no comprender todo lo que se juega),
que no defiende sus derechos ni a los que trabajan por ellos, más de uno nos
volvamos locos por desesperación de ver tanta estupidez y maldad junta. Las
últimas (esto lo escribo el día 11 de septiembre y nunca se sabe las tonterías
que pueden soltar por esa boquita personajes tan retorcidos) que han hecho
estas dos van subiendo el tono malévolo.
Mientras en la capital de España
va aumentando el número de alumnos, los puestos de profesores van
desapareciendo (lo que está amenazando a algunos centros con la desaparición y
¿dónde irán esos niños y adolescentes?). Es extraño que habiéndose jubilado
tanta gente no se cubran sus tareas. Así tenemos que en torno a mil profesores
que deberían tener trabajo desde finales del curso pasado no saben dónde van a
estar. Y no digamos de los interinos, siempre necesarios (ya que en Madrid
suele llamarse a menos gente de lo pertinente), que ahora –después de pasarse
años especializándose y presentándose a unas oposiciones cuyos exámenes
aprueban (lo que nunca han conseguido esas dirigentes) una y otra vez sin
plaza- tienen que buscarse otros oficios. Y esto cuando antes, en septiembre (y sólo
hablando de Lengua) se llamaba a unos cuatrocientos profesores interinos (sólo
al principio, luego tenían que tirar incluso de la segunda lista). Entretanto nos mienten en la cara con ese cinismo que
caracteriza a estas dos…personas que no deberían tener a su cargo a miles de
ciudadanos. Son capaces de volver a los madrileños contra ellos mismo. Y,
tristemente, caen en la trampa ya tan poco disimulada.
Tenemos a unas “señoras” muy mal
acostumbradas a hacer su real gana, a amañar concursos de urbanismo y colocar a
dedo a los suyos –por muy ineptos que sean-. Favores por favores. Y eso parece
que ha llegado a la escuela (lo que antes ocurría sólo en la privada), que han
contaminado con podridas garras que colocan directores marionetas que sólo
saben decir “sí, gwana” a las atrocidades más insospechadas. Tras todas las
presiones que se han tenido en los claustros para obligar a colocar el FRAUDE
del bilingüismo bajo una serie de amenazas (esta Comunidad –y sospecho que
alguna más- está corrompida y funciona tal como en el siglo XIX –lo triste es
que ahora se va extendiendo al Estado y eso pasa por votar sin pensar-), ahora
(lleva haciéndolo durante dos años, aunque la prensa no diga nada) se llama a
ciudadanos del Reino Unido sin preparación ni conocimiento de nuestro idioma
para trabajar en puestos que son legalmente de otros –para eso se los han
ganado con el sudor de su frente-. Y no sólo para las clases de inglés, sino
hasta para Educación Física (ya sé de un centro en Madrid que no tiene a nadie
con oposiciones en esta materia). E incluso me ha llegado la noticia de que
habían intentado dar Matemáticas y Lengua castellana y Literatura en inglés
diciendo “mira que avanzados son en Inglaterra que dan Lengua en inglés”. Hay que ser retrasado, ya
lo sé; pero estos son los que “dirigen” el país y Madrid. La comunidad
educativa –a pesar del poco caso que se nos hace en los medios y en las
familias- ha puesto el grito en el cielo cuando ha visto que a pesar de la ley
Esperanza Aguirre a contratado a dedo gente incapacitada. La respuesta de Figar
ha sido la de reírse de los indignados con una falta de respeto aprendida de su
adalid y a sabiendas que la ciudadanía y las familias no van a rechistar 8ª
pesar de que la falta de respeto también va dirigida a ellas). De hecho ya han
hecho su “política” de descalificación y falacia para poner al pueblo en contra
de lo que le da vida: la
EDUCACIÓN. ¿Existe ineptitud e ingratitud igual?
Otra causa de que se recorte en
el profesorado –además del evidente de hacer totalmente imbécil y dócil a la
ciudadanía- es el aumento del ratio de clase; esto es, el número de alumnos
permitidos por ley y aconsejados por los profesionales. Ya comenté en otra
entrada que tanto los profesionales como los que poseen un mínimo de
inteligencia –e incluso estas dos señoras que destrozan la Educación- saben que una persona puede dar una atención
individualizada y de calidad a un número determinado de niños o de
adolescentes. Un profesor –dependiendo de las dificultades del alumnado- puede
hacerse bien con un grupo que no vaya más allá de veinticinco (en torno a
quince es lo ideal) y esto se hace evidente cuando comparamos la educación de
nuestros progenitores con la nuestra. Varias generaciones hemos tenido la
suerte de tener profesores verdaderamente preparados –junto a otros que todavía
seguían de otras épocas en las que los habían colocado a dedo- que nos han podido dedicar su esfuerzo y
atención de manera provechosa justamente por la cantidad de alumnado. Pero
nuestros padres no tuvieron la misma estrella para que alguien pudiera
ayudarlos a completar su desarrollo. Lo mismo está sucediendo desde hace unos
años (no se engañen, que esto precede a la crisis y va vinculado a un grupo
cuya base de “pensamiento” es separar una elite económica y con privilegios
medievales contra una gran masa esclava y estúpida –hay cosas opinables, pero
justo esta actitud es de mala persona-) en nuestra Comunidad (y extendiéndose a
otras zonas desde que Rajoy llegara al poder). Ahora la ley, modificada con
prisa y mal, va a aceptar que en aulas preparadas desde hace décadas para un
máximo de veinticinco (en las que ya era difícil meter a treinta y dos) se
ocupen por cuarenta personas, dejando menos espacio entre humanos que el
reglamentado para cerdos. Así que meto dos o tres clase en una y elimino a dos
profesores con el detrimento de la educación. Cuanto más personas
(especialmente como vienen ahora que parece que proceden de la selva en vez de
de hogares), menos atención. Cuanto menos atención, peor aprendizaje. Blanco y
en botella.
Y la última causa de eliminación
de parte de los profesionales de la educación es la desaparición del
presupuesto que se ha regalado a centros privados.
A mí todo esto me parece
insultante. Están eliminando la posibilidad de que todos nuestros pequeños
accedan a una educación de calidad que desarrolle su mente y tengan
posibilidades de futuro (porque todos los expertos dicen que sólo así se sale de
una crisis). En contra se pretende volver al pasado: sólo las clases
privilegiadas irán a la escuela (privada y demagógica), mientras el pueblo crea
no ser merecedor de ella. A nuestros antecesores les ha costado mucho conseguir
que nosotros tuviéramos estos derechos. ¿Cómo podemos permitir que en un rato
las eliminen?
Sigo recordando que sólo los
ciudadanos y padres tienen la fuerza verdadera para denunciar esto. ¿Por qué no
les preocupan sus hijos y sus conciudadanos? Eso es lo que me hace sentir vergüenza
de mis congéneres.
Os dejo algunas perlas salidas de la boca de los que no nos quieren nada bien:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.