Hace años se abrió la veda a la moda de las adaptaciones
cinematográficas de los superhéroes de cómic. El problema viene dado por el
hecho de que lo que podían haber sido buenas películas, se convierten en
caricaturas de las figuras de los cómic.
Este es el problema de Thor. Nos hallamos ante una película de
buenos efectos especiales, pero de personajes vacíos, de acción fácilmente predecible desde el minuto uno, de muchos
diálogos absurdos. No consigue que empaticemos con los personajes, de hecho
esperamos que empalicen al protagonista para que todo termine cuanto antes.
Solo salvo los efectos especiales
(que a estas alturas están ya a la orden del día) y algunas escenas en Asgard.
Vamos que la presencia de tan
buenos actores como Anthony Hopkins y Natalie Portman me habían hecho tener esperanza de que no se
hiciera una adaptación decadente; pero el primero casi no aparece y la segunda
–tal como es la película- parece que no sabe actuar. Vaya decepción que me ha provocado
Kenneth Branagh, el director.
Esta noche veré la del Capitán
América –todo por llegar preparada a lo que me espera en los Vengadores- , aunque con éste tengo el
obstáculo de que ya en sí el superhéroe está muy lejos de tener mi estima. De
cualquier modo, viendo el anuncio de la película, parece que al menos al
principio hay una escena graciosa.
En fin que me reafirmo en la idea
de que las mejoras películas sobre superhéroes son las últimas de Batman. Ya
veremos cómo es la siguiente, pues la nueva Catwoman tiene un escollo muy
difícil de superar: Michelle Pfeiffer.
Creo que Batman Begins consiguió que las películas de superhéroes a partir de ese momento no fueran vistas como caricaturas. Entendiendo que hay que jugar con la fantasía de hombres y mujeres disfrazados paseándose en mallas por la ciudad con ciertos poderes, se busca la profundidad en los personajes y en la trama. Pienso que el problema de Thor es el de las prisas. Me explico: con la idea de cubrir una gama de superhéroes en películas independientes para poder ponerle luego la guinda con el film de Los vengadores, se centraron en el producto final, quedando los héroes en el plano personal desdibujados en películas como ésta (o en cierta medida Linterna Verde, aunque para mi gusto está mejor), teniendo como único reclamo el reparto con figuras como Natalie Portman. Vivimos en un mundo que respira a un ritmo que nadie puede terminar soportando, y que da al traste con muchas ideas bien pensadas.
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