Parece que nuestra palabra “mola”, de la jerga juvenil, no es tan novedosa como creen los usuarios que quieren diferenciarse de sus mayores. De hecho se aleja bastante en el tiempo.
Algunos expertos consideran que procede del término moly que aparece en La Odisea cuando la nave de Odiseo (en latín Ulises, el inteligente guerrero al que se le ocurre la idea del caballo de Troya) llega a la isla de Circe, quien, tras un banquete convierte en cerdos a los hombres del protagonista (Canto X). Hermes entrega al héroe una extraña planta divina que contrarresta el embrujo de Circe.
De modo que esta hierba divina y sagrada para los griegos ha originado la expresión de admiración en varias lenguas, como mola en la nuestra.
Has contribuído a informar a alquien como yo sobre el tema, puesto que lo desconocia absolutamente.
ResponderEliminarSaludos
Me alegra que esta entrada haya servido para darte a conocer esta curiosidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por dedicar tiempo a comentar
¡Qué interesante es la lengua! Conocer los entresijos del instrumento con el que nos comunicamos, con ejemplos tan variopintos como éste, nos da una idea de la enorme riqueza que tiene nuestro lenguaje. ¡Gracias, Patry, por compartirlo con nosotros!
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