El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
Hoy estaré, junto a Milagros Cristóbal y Pablo López, hablando sobre Educación en el Café Literario de Covibar. La tertulia será moderada por Fernando López Guisado.
Como madre ¡cómo me hubiese gustado estar ahí! Hay demasiadas cosas que no entiendo de la educación de mis hijos. Percibo un despiste generalizado. Supongo que vivimos una época de cambios para el ser humano y la adaptación nos resulta a todos, docentes, alumnos y padres, complicada. La lástima es que no se producen debates sinceros sobre el bien de los niños a todos los niveles, siempre hay intereses de por medio disfrazados. Saludos.
No se nace sabido y, aunque todo tiene que ver con el sentido común, hace falta que a los adultos se les enseñen pautas para guiar por un buen sendero a los niños. Debería haber escuela de padres, pero de gente especializada y nunca del sector privado, porque, en general, el interés es económico, lo que siempre vicia las relaciones humanas. Es cierto que hay cambios, pero justamente la ética debe ser fija. El otro día comentaba que existe un choque entre lo que enseñamos en los centros educativos (en general y con los medios de los que disponemos o nos están dejando) y el mundo empresarial, pero no en los conocimiento en sí sino en el espíritu. En Educación se pretende (en general) hacer PERSONAS de bien, pero la empresa (en general, otra vez) quiere otra cosa. ¿Debemos dejar de luchar a favor de que nuestros alumnos se conviertan en buenas personas, en personas decentes, con un espíritu crítico, con gusto por lo creativo y por el conocimiento que nos dignifica? ¿Hemos de dejar que sean mero instrumento para que otros pocos se perpetúen en sus privilegios? Yo creo que no. Pero hemos de enfrentarnos a muchas trabas: administrativas, políticas, económicas, sociales y, a veces una de las más complicadas, cierto tipo de padres, que, sin saberlo, son los mayores enemigos del bien de su hijo. Resulta bastante frustrante saber cuál es la dirección para el bien de los chicos -que es también el de nuestro futuro- y que no te permitan seguirla. Si quieres preguntar algo, no dudes en que tanto en La Garita del Guachimán (blog que te recomiendo) como aquí, vamos a responderte con total sinceridad, lo que a veces no se nos permite a los educadores por presiones de diferente tipo.
Como madre ¡cómo me hubiese gustado estar ahí! Hay demasiadas cosas que no entiendo de la educación de mis hijos. Percibo un despiste generalizado. Supongo que vivimos una época de cambios para el ser humano y la adaptación nos resulta a todos, docentes, alumnos y padres, complicada. La lástima es que no se producen debates sinceros sobre el bien de los niños a todos los niveles, siempre hay intereses de por medio disfrazados. Saludos.
ResponderEliminarNo se nace sabido y, aunque todo tiene que ver con el sentido común, hace falta que a los adultos se les enseñen pautas para guiar por un buen sendero a los niños. Debería haber escuela de padres, pero de gente especializada y nunca del sector privado, porque, en general, el interés es económico, lo que siempre vicia las relaciones humanas.
EliminarEs cierto que hay cambios, pero justamente la ética debe ser fija. El otro día comentaba que existe un choque entre lo que enseñamos en los centros educativos (en general y con los medios de los que disponemos o nos están dejando) y el mundo empresarial, pero no en los conocimiento en sí sino en el espíritu. En Educación se pretende (en general) hacer PERSONAS de bien, pero la empresa (en general, otra vez) quiere otra cosa. ¿Debemos dejar de luchar a favor de que nuestros alumnos se conviertan en buenas personas, en personas decentes, con un espíritu crítico, con gusto por lo creativo y por el conocimiento que nos dignifica? ¿Hemos de dejar que sean mero instrumento para que otros pocos se perpetúen en sus privilegios? Yo creo que no. Pero hemos de enfrentarnos a muchas trabas: administrativas, políticas, económicas, sociales y, a veces una de las más complicadas, cierto tipo de padres, que, sin saberlo, son los mayores enemigos del bien de su hijo.
Resulta bastante frustrante saber cuál es la dirección para el bien de los chicos -que es también el de nuestro futuro- y que no te permitan seguirla.
Si quieres preguntar algo, no dudes en que tanto en La Garita del Guachimán (blog que te recomiendo) como aquí, vamos a responderte con total sinceridad, lo que a veces no se nos permite a los educadores por presiones de diferente tipo.