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l hombre de hoy tiene su
cabeza llena de datos y opiniones. Pero adquiere las opiniones prefabricadas,
son de otros, no pensadas. Y la avalancha de datos que lo aturde, más que
acercarlo al conocimiento lo aleja de él.
Francisco Giner de los
Ríos
Recuerdo constantemente en mi oficio de profesor la película El club de los poetas muertos, y concretamente un momento en el que Robin Williams incide en la necesidad de que cada uno piense por sí mismo. ¡Es tan difícil conseguirlo! Trabajo diariamente con adolescentes, que a pesar de estar en la fase de maduración de su personalidad, ideas, valores...son cada vez más reacios a liberar su mente de ataduras y sacar sus propias conclusiones. Su escasa vitalidad les lleva a adquirirlas de otros, fundamentalmente de los padres. La rebeldía que durante tanto tiempo definió esta etapa vital se circunscribe ahora a un aspecto más relacionado con el comportamiento superficial, y no con ideas de fondo. Es muy difícil que alguien piense por sí mismo (siempre lo fue), pero se antoja casi imposible cuando el individuo ni siquiera sabe pensar.
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