3.1. SUBGÉNEROS LÍRICOS.
El
género lírico presenta una serie de subgéneros según el sentimiento o la manera
de expresarlo.
Algunos de los
subgéneros líricos son: la canción de amor, la oda, la égloga, la elegía y la
sátira.
3.1.1. LA CANCIÓN DE AMOR.
La canción es una composición muy
rítmica que suele tratar sobre temas amorosos. La lírica popular cuenta con un
amplio repertorio de canciones:
Entra mayo y sale abril:
¡tan garridico le vi venir!
Entra mayo con sus flores,
sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comiencen a bien servir.
¡tan garridico le vi venir!
Entra mayo con sus flores,
sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comiencen a bien servir.
Anónimo
3.1.2. LA ODA.
La oda es un poema de tono
elevado y solemne, que puede tratar sobre temas muy diversos. Así, aunque puede
centrarse en elementos externos, estos aparecen para expresar la emoción que
causan en la persona que los evoca. Este es el principio de la Oda al libro, de
Pablo Neruda:
Libro hermoso,
libro,
mínimo bosque,
hoja
tras hoja,
huele
tu papel
a elemento...
libro,
mínimo bosque,
hoja
tras hoja,
huele
tu papel
a elemento...
Oda al libro,
de Pablo Neruda
3.1.3. LA ÉGLOGA.
La égloga es una composición
sobre asuntos amorosos que se desarrollan en un ambiente campestre e
idealizado; la expresión de los sentimientos no la expresa directamente el
autor, sino que la pone en boca de los pastores. Son célebres las églogas del
poeta Garcilaso de la Vega.
Así se queja el pastor Salicio de la indiferencia que muestra
su amada en la Égloga I:
¡Oh más dura que mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
Égloga I, de
Garcilaso de la Vega
3.1.4. LA ELEGÍA.
La elegía es un poema en el que
se expresa el dolor ante una desgracia. Este es el principio de una famosa
elegía escrita por Miguel Hernández con motivo de la muerte de su amigo Ramón
Sijé:
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Miguel Hernández
3.1.5. LA SÁTIRA.
Composición
habitualmente breve con tono burlesco en la que el autor censura vicios tanto
individuales como colectivos. En realidad una sátira es una especie de burla en
verso. Quizás uno de los mejores autores de sátiras de nuestra literatura ha
sido Francisco de Quevedo, como podemos observar en los títulos de algunos de
sus poemas satíricos: “”A un hombre de gran nariz”
A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
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Me gustan, sobre todo los esquemas. La experiencia me dice que a los alumnos les sirve de mucho esta manera de presentar la información por jerarquías. Les queda mucho más claro.
ResponderEliminarJe, je,je. Soy famosa en cada centro al que voy por los esquemas, de todo tipo ;)
EliminarSí, sin duda aprenden a organizar y comprenden mucho mejor.
Uno de mis géneros líricos favoritos es la elegía, pues la aprovecho para que vean por un lado las relaciones entre literatura y música y por otro la presencia de los mismos temas en diversas épocas y diversos autores. Cuando vemos las Coplas de Jorge Manrique les pongo la Elegía a Ramón Sijé -escrita y cantada, claro está- y fragmentos del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. A continuación el Epitafio a Alejandro Sawa, de Manuel Machado, y, cómo no, Annabel Lee, de Edgar Allan Poe, con la que conocen a Radio Futura.
ResponderEliminarHay que ver cómo escuchan la Canción del Pirata cantada por Tierra Santa.