¿Sabías que al nacer el que sería el genio del arte contemporáneo la partera lo dio como muerto?
Creyendo que el niño había muerto, dejó lo que creía que era el cadáver sobre una mesa de madera. Su tío, fumador empedernido de puros, era médico. Se acercó al pequeño y le sopló en la cara. Ese aire, aunque sucio por el puro, dio la vida al niño, que rompió a llorar.
¡Casi nos quedamos sin Picasso!
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¡Qué curioso! Al final va a ser verdad que la realidad supera a la ficción. Me ha traído a la mente el nacimiento de Merlín, de similares características. Será que los genios destacan desde la cuna...
ResponderEliminar¡Es verdad! No recordaba lo de Merlín. Si es que era un mago, un mago con los pinceles
EliminarEs muy coincidente que muchos grandes genios de nuestra historia humana tuvieran nacimientos atípicos o cargados de simbología extraña.
ResponderEliminarCurioso, sea casual o no.
Un abrazo.