Finaliza
ya esta semana en la que he coincidido cumpliendo años con varios queridos
amigos (¿coincidencia que la mayoría sean buenos escritores o que tengan sangre
de artista corriendo por sus venas?).
Recuerdo
las cosas buenas que me han sucedido en este año. En primer lugar entablar
amistad con espléndidos escritores que son, además, personas maravillosas.
Muchos han confiado en mí y han dejado que los rapte para preparar sus textos
con sonido e imagen (os estoy preparando otra encerrona…je).
El
Ballet de las Palabras ha cumplido un añito de certámenes literarios. Lo que
más ilusión me ha hecho, además de la participación, son tres hechos: que algún
galardonado haya confesado que ha sido el empujoncito que necesitaba, que la
Academia de Letras Vivas aceptara ofrecer una beca de uno de sus cursos para un
certamen y que Warner haya contactado conmigo dos veces ya para, amablemente,
donar una película.
Aunque
con menos tiempo, este año he ido visitando eventos. Siempre me sorprende la
calidad que existe en este país. Una pena que las grandes editoriales se
interesen por otras cosas. Pero para esto estoy yo, para procurar acercaros
esos talentos ocultos. Ojalá conociera a todos los que hay. Por ahora traigo
los que voy encontrando.
Diferentes
premios en algunos certámenes modestos han llegado a mis textos. Incluso uno ha
aparecido en una antología donde he coincidido con amigos y con uno de los
galardonados en esta bitácora.
No
olvido lo que recuerdo entre las nieblas de un sueño: El Ballet de las Palabras
seleccionado finalista en el I Concurso de Blogs de Google y la Universidad de
Alcalá. Allí conocí otros blogs muy interesantes y pude hablar con nada más y
nada menos que con Blecua.
Llegar
a un centro educativo con gente sabia y buena que me ha hecho recordar lo que
me gusta este trabajo.
Encerrarme
para documentarme para diferentes proyectos literarios. Algunas personas han
colaborado en aportarme información e ideas.
Encontrarme
con viejos y queridos amigos y mejores personas. Y descubrir que coincidimos en
el día de cumpleaños.
Ver
que amigos han conseguidos sus sueños y reconocimiento.
Coincidir
con otros y compartir nuestras partidas de frikis así como muchas risas.
No
me olvido del hombre que está en las sombras, que –aunque no siempre le sale bien-
me mima, me apoya y me hace reír. Que me hace de chófer a muchos de estos eventos y con el
que coincido en antología, porque –a pesar de que le avergüenza que lo diga- él
también escribe, con su propio estilo que roza lo cinematográfico.
En
definitiva, sentirme querida. Todo esto me ha hecho recuperar la esperanza en
los seres humanos (al menos en unos cuantos). De sentirme sola en un mundo
caótico y absurdo cada día más a rodearme de gente buena. Las personas de bien no
han desaparecido. Intentan silenciarlas, pero no han desapareció. Creo que la
bondad, en la mayor parte de las veces, atrae bondad. A pesar de que exista
gente que no tenga capacidad de oír el Pepito Grillo que nos viene de serie y
por mucho dolor que hayamos sufrido, hay personas muy buenas en el mundo. Un gran
corazón llama a otro gran corazón.
Tengo
mucha suerte. Gracias a todos.
Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email
Enhorabuena a todos los cumpleañeros en estas fechas. Tirón de orejas virtual para todos ellos. Gracias, Patricia, por la parte que me toca. Como siempre digo, el vaso ha de mirarse medio lleno, y por todo lo que pones en este artículo, en este caso rebosa. ¡Muchas felicidades!
ResponderEliminarGracias a ti por estar ahí apoyándonos a todos nosotros. Sin ti no somos nada. ¡Felicidades de nuevo!
ResponderEliminarFelicidades, Patricia. Sigue adelante con el blog y con todas las cosas que pones en él, porque está muy bien.
ResponderEliminar