Se cumplen cincuenta años de la
muerte de Ramón Gómez de la
Serna , figura vanguardista e innovadora en el ámbito
literario. Fue, junto a Juan Ramón Jiménez
y algunos del 98, maestro de los jóvenes autores del Grupo del 27.
Periodista que creó dentro de todos
los géneros literarios (siempre con innovaciones) e inventó uno: las
greguerías.
Hoy vamos a honrarlo recordando
éstas.
Especialmente con las greguerías,
Gómez de la Serna
fue el precursor de de las vanguardias en España, influyendo a los jovencísimos
artistas que luego formarían parte de lo que se viene llamando Grupo del 27.
Con ellas presenta una de las características de las vanguardias –herederas, en
parte, del Romanticismo-: la nueva manera de percibir la realidad. Esto, como
ya ocurría en el Romanticismo, significa que considera que se nos impone una
manera de ver el mundo no adecuada a la
realidad. Por ello él va a borrar de su mente todo lo que le han hecho aprender
y va a contemplar el mundo con los ojos de un niño que se enfrenta a la realidad por primera vez. Su
técnica va a ser fundir la metáfora y el
humor, produciendo una ruptura con el lenguaje muy efectiva. Renueva la
expresión. De modo que gracias a este hecho puede contemplar la realidad como
es y hacer que el lector lo siga.
Hay que recordar que el propio
Gómez de la Serna
introdujo el humor en su vida. Para entenderlo vamos a recordar su mundo según
hace García Nieto. Nuestro autor pertenece a la bohemia literaria del momento,
que se reúne en el Café Pombo. Ya desde 1911 el futuro creador de las
greguerías es considerado vanguardista – el primero en España. Será él quien
funde la tertulia del Pombo en 1914 que durará hasta 1937. El grupo de
literatos que se juntaba allí pretendía luchar contra las imposiciones de la
burguesía. Y lo hacían con la originalidad y libertad artística. Deseaban
romper con todo para rehacer.
Al morir su padre, 1922, se
encierra en la torre de Velásquez y escribe sin parar.
Hemos de recordar también el
contexto que va a influirlo. La catástrofe de 1898 lo va influir, ya que lo
hace enfrentarse con la realidad política e histórica que los burgueses habían
estado ocultando.
Su padre, que pertenecía al
Ministerio de Ultramar, es trasladado al de Registros. Ramón Gómez la Serna ,
aunque ve ahora la España
del interior, no se fija en los problemas de su tiempo, a diferencia del Grupo
del 98. Contempla, pero no considera que en él esté el papel de renovación
política o social.
En su juventud va a participar
del anarquismo, aunque va evolucionando hacia la apolítica. Eso sí, al llegar la Guerra Civil , apoyará al bando
republicano.
Se dio cuenta, ya en su juventud,
que la sociedad se comportaba de manera violenta, corrupta e insolidariamente,
por lo que la burguesía no debía tener fuerza moral para indicar los valores a
seguir.
A esto se suma su relación con
los ismos, ya que pasa mucho tiempo en el extranjero. Viaja a París en el
momento en que están surgiendo los
ismos. Contacta con vanguardistas como Picasso.
Ese aislamiento, el temor ante la
realidad problemática de España y el contacto con los ismos va formar su
concepción artística, de la que surgirán las greguerías.
Algunos lo han comparado, por su
humorismo, con el propio Cervantes, ya que critica la realidad, pero la
comprende y nunca va a mostrarse
resentido.
Ese humor va a formarse como una
característica de superioridad ante el resto, además de resultar una manera de captar la realidad
hasta percibir el verdadero significado del objeto. De modo que el humor no va
a ser sólo una característica de su creación artística, sino también una forma
de vida, llevándolo a la excentricidad.
Todo esto va a conducirlo a un nuevo concepto de palabra.
Primero de ruptura con todo lo hecho anteriormente. Después se observa de
manera espontánea la realidad concreta, que produce impresiones fuera de la
influencia de la sociedad. Emplea después el expresionismo para conseguir
expresar lo indecible (para lo que resultaba insuficiente la lengua
convencional). Está experimentando
mediante la greguería, que, para muchos, es poesía, por mostrar de
manera lírica la realidad. Está jugando con la palabra para sacarlo del corsé
convencional. Eso sí, siempre siguiendo unas pautas. El autor se convierte en
un niño que juega en todos sus textos, no sólo en las greguerías. Uno de los
medios de este juego, como indicábamos, es el humor. ¿Cómo consigue el humor en
las greguerías?
Principalmente con la metáfora humorística, aunque existen
otros elementos: la paradoja;, la observación de un detalle cotidiano pero
universal; los acertijos; la
interpretación falsa de un vocablo; la paranomasia; dilogía; el empleo de la
tipografía; repeticiones; neologismos. Y todo esto siempre unido estrechamente
a la metáfora.
La metáfora humorística se caracteriza por la desmesura del
símil. A mayor distancia entre términos, más comicidad. Gómez de la Serna percibe una mínima
semejanza y la presenta como totalidad. Valga como ejemplo las siguientes
greguerías:
El hipopótamo juega a
ser submarino.
Psicoanálisis:
sacacorchos del inconsciente.
Todos los chorizos de
ahorcan.
Tulipanes: legión
extranjera de las flores.
Alicates: cangrejo
incomestible.
Respecto al empleo de la paradoja, recuerdo que es un
recurso que emplea la antonimia –oposición de significado- de relación aparentemente absurda, pero que
esconde un significado. Así, Gómez de la Serna reflexiona sobre la vida.
Si vivir no fuera morir,
¡qué hermosos sería vivir!
El amor nace del deseo
repentino de hacer eterno lo pasajero.
Quiso unir la alegría
con el dolor y estalló el laboratorio.
Mujer a la moda es
aquella en la que queda anticuado el
traje que acaba de estrenar a la última moda.
En cuanto a la observación de una realidad cotidiana, compartimos una experiencia y eso crea la
complicidad:
El fotógrafo nos
coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más
naturales.
El bebé se saluda a sí
mismo dando la mano al pie.
Algunas greguerías emplean el acertijo como ocurre en los siguientes:
El cuchillo es el
marido de la cuchara. ¿Y el tenedor? El tercero en el juego.
—¿Por qué corren tanto
las nubes al mediodía?
—Porque van a su casa
a comer.
Como la realidad es ambigua, también lo es la lengua. Por
ello el autor juega con la falsa interpretación de un término.
Monólogo quiere decir
“mono que habla solo”.
Incunable es el libro que no se puede leer en la cuna.
¿Cuál es la mujer más
antigua? Antífona.
¡Tintoretto! La mejor
tintorería del arte.
Morfeo: el que se mofa
del sueño.
Gómez de la
Serna también juega con palabras cuyo sonido es similar.
Tenía ojos de ajo.
Cuando se saca la baraja es como cuando se saca la navaja.
Un tumulto es un bulto que le sale a las multitudes.
Estar en la inopia significa “miopía máxima”.
La amnistía es la amnesia del delito.
¿Ha pensado alguien en una película en esperanto? ¡Sería
esperantosa!
Emplea también un recurso muy de gusto de Quevedo: la
dilogía (uso de una palabra con varios significados a la vez).
La mayonesa no sabe
afeitarse, porque casi siempre se corta.
Era tan moral que
perseguía las conjugaciones copulativas.
Amasador de masas:
panadero político.
La estrella parpadea
porque tiene sueño.
A esto se suma el juego con la tipografía (paréntesis,
números y otros signos gráficos):
La ñ dice adiós con su pañuelo a los niños y a los ñoños.
El 6 es el número que
va a tener familia.
El dólar es una s con
bastoncito.
Los guiones son las
vallas de lo escrito.
Como desea romper con todo lo anterior y con la lengua esterotipada, juega con los
refranes y proverbios. Nos encontramos,
entonces:
El refrán más vale solo que mal acompañado
evoluciona hasta para saber qué es estar
solo hay que estar acompañado.
De el tiempo es oro
surge el tiempo no es oro; es purpurina.
De levántate y anda,
levántate y lávate.
Por último, el humor se consigue mediante la invención de
formas:
Cante jondo;
lloricantar.
¿Cómo no tutear a una
bailarina vestida con tutú?
Angina pectoris es un
latinajo que estalla en el pecho.
Idem, buen sinónimo
para un plagiario.
Ya hemos indicado que el otro ingrediente para crear las greguerías,
además del humor, es la metáfora.
El tiempo sabe a agua
seca.
Las flores que no
hueles son flores mudas (sinestesia).
Las máquinas fotográficas quisieran ser acordeones, y los
acordeones, máquinas fotográficas.
La luna y el sol no
tienen más que una cama para descansar, por eso la una trabaja cuando el otro
duerme.
A la muerte no se la
oye porque ya en la intimidad de la casa anda en zapatillas.
Lo que más humaniza a
la silla es poner en su respaldo nuestra americana.
Hay quienes ordeñándose
la barbilla tienen grandes pensamientos.
Los faroles de la
ciudad están muy ofendidos con los perros.
El melocotón es rubio
con raya en medio.
La ducha es una
carcajada de agua.
Las orugas del
dentífrico.
Los árboles corres
ladrando detrás del tren.
La pandereta es la
hija alegre que le salió al tambor.
En medio del frío el
farol lanza estornudos de luz.
Ya he indicado que algunos teóricos señalan que las
greguerías son lírica. ¿Qué pensáis, mis queridos poetas?
De Gómez de la Serna se le conoce sobre todo por las greguerías, que tan útiles son en talleres literarios en los institutos, para fomentar la creación literaria. Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención de este escritor ha sido, en mi caso, una novela llamada precisamente El novelista, donde intenta mostrar la vida de un escritor, centrándose principalmente en la etapa de creación y sus problemas de inspiración. Es poco conocida, y me atrevería a decir que innovadora en su momento (creo recordar que pertenece a 1926 más o menos), pero muy interesante desde el punto de vista metaliterario.
ResponderEliminarChema, también es el texto que prefiero de este autor. Resulta una genialidad. Quería preparar una reseña sobre el texto, pero está descatalogadísimo. Yo lo tenía fotocopiado -es una novela corta- pero se lo presté a alguien y nunca más se supo. ¡Qué rabia! Recuerdo que el protagonista era un novelista que tenía problemas creativos. Esta es la base para unir diferentes relatos originales. Mi preferido es el que el protagonista es un farol. Éste va reflexionando sobre su existencia, su contexto y la evolución de la vida. Es espectacular.
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