Del 24 de noviembre de 2017 al 25 de
marzo de 2018 la sala Artegunea de San Sebastián presenta la exposición Topografías de Berenice Abbott.
Comisariada por Anne Morin y producida junto con diChroma
photography, la muestra es una
buena ocasión para conocer de primera mano la obra de una artista de mirada
inteligente y vida apasionante. Ochenta y dos
imágenes en blanco y negro que ofrecen a los visitantes una amplia visión de la
obra de esta gran artista norteamericana.
Topografías presenta la trayectoria de Berenice
Abbott dividida en tres partes, que se abordan de forma consecutiva, y que
muestran las diferentes etapas de la creación fotográfica de la autora.
TOPOGRAFÍAS: LA EXPOSICIÓN.
La muestra se puede recorrer de manera cronológica,
empezando por los retratos de las personas –y personajes- que formaron parte de
su círculo intelectual; continuando por las fotografías de paisaje urbano que
recogen los cambios vividos en las décadas centrales del siglo XX en la ciudad
de Nueva York y otros lugares de Estados Unidos; y terminando por una faceta
inaudita y moderna como es la fotografía científica, con resultados francamente
sorprendentes y de un gran belleza plástica.
Retratos.
Esta sección está integrada por diecisiete retratos de
personas diversas de su círculo intelectual y personal. Se incluyen cuatro
retratos de la propia Berenice Abbott realizados por otras fotógrafas -la alemana Lotte Jacobi (1896-1990)
y la estadounidense Consuelo Kanaga (1894-1978)- y fotógrafos-Man Ray (1890-1976) y Walker Evans
(1903-1975)-, con los
cuales tuvo una relación personal.
Changing New York.
Compuesta por treinta y nueve fotografías de la ciudad
de los rascacielos. Además de por su carácter documental, de valor indudable,
destacan las propuestas técnicas en lo relativo al encuadre o al punto de vista,
con perspectivas forzadas que sitúan al espectador en un punto clave para
apreciar la importancia de lo contemplado.
Ciencia.
La vertiente más científica de Abbott se muestra a
través de catorce imágenes que nos acercan a distintos fenómenos, como el paso
de la luz por un prisma, el movimiento de caída de las gotas de agua o de un
péndulo, la belleza plástica de un campo magnético o de la electricidad
generada en un Van der Graaff.
La exposición se completa con una pequeña muestra de ocho
fotografías realizadas por Abbott en 1954 en un viaje desde Maine a Florida por
la Route One, un acercamiento a
diversos lugares de Estados Unidos.
BIOGRAFÍA DE BERENICE ABBOTT.
La Fotografía no te enseña cómo expresar
tus emociones. Te enseña cómo mirar.
Berenice
Abbott
Berenice Abbott (1898-1991) está considerada como una
de las grandes fotógrafas del siglo XX.
Nacida en Springfield (Ohio, Estados Unidos), estudió
periodismo en la Universidad de Ohio, Columbus, antes de trasladarse a Nueva
York en 1918 donde dio un giro a su formación comenzando a estudiar escultura.
Allí forma parte de la bohemia de la ciudad; comparte apartamento con la
escritora Djuna Barnes y conoce a los artistas dadaístas Marcel Duchamp y Man
Ray, que están a punto de trasladarse a París, capital de la modernidad en
aquel momento.
En 1921, con veintidós años de edad, Berenice Abbott
decide también instalarse en París, para seguir con sus estudios de escultura.
Comienza a trabajar como asistente de Man Ray en su estudio de fotografía y
descubre su talento como fotógrafa.
Realiza su primera exposición en 1926, en la galería
parisina Le Sacre du Printemps, con retratos de artistas y
escritores/as de la vanguardia parisina. Gracias también a Man Ray, Berenice
encuentra su gran referente: el fotógrafo Eugène Atget, dedicado a capturar el
viejo París en imágenes. Sus clichés muestran las diferentes facetas de la
ciudad y permiten contemplar París y sus habitantes de una manera particular a
lo largo del siglo XX. Man Ray quien, como Atget, vivía en Montparnasse,
adquiere una cuarentena de clichés y publica cuatro de ellos en 1926 en «La
Revolution Surrealiste»
Berenice Abbott visita varias veces a Atget y le
compra fotografías. Tras la muerte de éste en 1927, adquiere unas 7.000 placas
y 10.000 positivos, recuperados de su estudio. Vuelve a Nueva York en 1929, a
la búsqueda de un editor para un libro sobre la obra de Eugène Atget. Gracias
al empeño de Berenice Abbott, las fotografías de Atget adquieren una
considerable influencia sobre fotógrafos americanos como Walker Evans o Lee
Friedlander.
Nueva York estaba viviendo, como París, un intenso
proceso de transformación. Los barrios más antiguos estaban desapareciendo y
dejando paso al fulgurante crecimiento de la ciudad. Abbott abandona los
retratos y se dedica a fotografía la ciudad de forma documental. Toma como
referencia las imágenes de París realizadas por Atget y se documenta sobre la
evolución de la metrópolis. En sus fotografías de esta etapa, encontramos
ruinas y edificios que van a ser demolidos, situados junto a los rascacielos y
anuncios publicitarios que son símbolos de la gran ciudad moderna, pero también
de la decadencia y la pobreza. Berenice Abbott utiliza, así, el lenguaje de las
imágenes de la modernidad, y opta por un estilo sencillo pero dinámico, con
puntos de vista en picado o contrapicado, detalles, fuertes contrastes y
efectos dramáticos. Changing New York (Nueva York en transformación)
es el título que Abbott da a esta crónica, que ve la luz entre 1935 y 1939, y
que se publica en formato de libro en 1939.
En los años 40, Berenice Abbott comienza a hacer
fotografía científica colaborando durante veinte años con la revista Science
Illustrated. Trabajará como fotógrafa hasta el final de su vida, en 1991.
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