jueves, 11 de julio de 2013

LOS PELIGROS DEL MÓVIL

Las generaciones actuales tienen un apéndice que viaja con ellos a todas partes: el móvil. Una obsesión, una adicción que atonta a nuestros chicos porque  los adultos no sabemos decirles que no a tiempo. ¿Qué hacen niños y adolescentes con móviles último modelo que casi provocan una nueva  hipotecar a las familias para conseguirlo?

 Ser buen padre no significa dar todo al niño (eso es malcriar). Especialmente ahora que se ha descubierto que estas generaciones son más tontas que las anteriores por culpa de estos instrumentos, ¿por qué se los entregan? No valen las escusas infantiles del estilo: por si pasa algo a mi hijo en clase, para tenerlo controlado... En primer lugar, en los centros educativos siempre se llama por los teléfonos propios (además de que el padre está incumpliendo una ley,ya que está permitiendo a su hijo que meta un móvil en un centro educativo y la mala educación que le está proporcionando en consecuencia). Recordad que los hijos suelen ser reflejo de sus padres, de lo que hacen y las decisiones que han ido tomando por ellos desde que eran bebés. La información que está dando al niño o al adolescente es que no hay que seguir las normas. Luego no se extrañen porque sean malos adolescentes y no se excusen en que la adolescencia es así. No lo es. Sólo depende de la educación que se ha tenido en la infancia, de cómo los han dirigido, como máximos responsables, los padres. Es decir, que las decisiones y el ejemplo del adulto hace que se dé o no el desarrollo óptimo de la mente del niño así como sus habilidades (desde las sociales a las instrumentales). Un adulto condiciona la vida de un niño y las posibilidades de su futuro. Una responsabilidad enorme.

El caso es que estas generaciones han tenido móviles o máquinas desde casi bebés (¡qué tristeza!), lo que provoca que no entiendan que no puedan tenerlo en algunos contextos. Y es que sus propios padres, cuyos comportamientos mimetizan, no les han enseñado las normas sociales. Ah, pero ya hemos visto que el niño ha aprendido que las normas no han de seguirse. Tampoco entiende que en algunos contextos más realistas -como son los centros educativos- no pueda salirse con la suya. ¿Por qué si desde que era un bebé sus padres han sucumbido a sus exigencias?

Veamos algunos de los problemas que acarrean los móviles a los chicos de hoy en día.LA GARITA DEL GUACHIMÁN

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2 comentarios:

  1. Desde que los niños empezaron a ir al instituto con once o doce años, se les ha ido implantando la idea de que tenían que hacerse mayores antes de tiempo. En consecuencia, SE CREEN más mayores que lo que son (una de las cosas más tristes en comportamiento es ver a las personas intentando aparentar una edad que no tienen), y se pierde el tiempo de la infancia, tan importante en el desarrollo intelectual.

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  2. Muy bueno, Patry. Y, a fin de cuentas, que nos preocupemos por estas cosas gente como tú y yo (o sea, profesores y por tanto idiotas) no debe causar alarma, claro, pero resulta que Javier Marías, que es reconocidamente listo y tiene audiencia, también llamaba la atención sobre el dogal que suponen las nuevas tecnologías en su artículo del domingo pasado en la revista de "El País", que se titulaba "Esclavizados y transparentes", así que...
    Chema: esa epidemia de equipar a un nene de once añitos con un móvil la presencié yo hace ya unos cuantos años (allá por finales de los 90), cuando en España se empezó a introducir este producto telecomunicativo. De repente (no me canso de contar esto), las mamás y los papás se dieron cuenta de que el procedimiento ideal para quitarse zozobras y saber en todo momento dónde y cómo estaban sus retoños era... ¡¡¡comprarles un móvil!!!, aunque tuvieran esos once años de los que hablas. A pocos se les ocurrió que quizás era mejor ejercer de padres. Siempre me he maravillado de este milagro: ¿fue la estupidez que se ha apoderado de nuestra sociedad o fue alguna suprema habilidad de las telefónicas quien pudo obrarlo? Daría para un tratado de sociología y otro de economía.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.