Personaje de Los Simpson. |
No hace mucho, tuve una
interesante conversación con alguien que conocí en el autobús (y es que, a
pesar del aparente destierro de la cultura y del raciocinio, a veces, uno se
encuentra auténticos tesoros en personas). Entre otros asuntos, el diálogo se
dirigió a una de las modas nacionales: apuñalar nuestra lengua. Y es que
espanta la involución y denigración que sufre nuestro instrumento de desarrollo
de conciencia.
La postura era que todo esto va a
conducir a una gran diglosia, un castellano (o español) doble: el clásico (el
que hasta ahora debía ser el modelo) y lo que llamamos la variedad vulgar, de
la gente que, por diversas causas, no ha recibido la cultura necesaria. Y es
que barbaridades que eran aisladas –de un grupo social marginal- se están extendiendo
ya desde los medios de comunicación. No sé si la causa es que la mayor parte
que ejerce como periodistas ni siquiera han estudiado esta carrera o si a
muchos periodistas se les ha olvidado que deben emplear la variedad común y
correcta, pues son el modelo en que se
van a fijar el resto de hablantes. ¿Será que una barriobajera como Belén Esteba
ha sido la imagen que copia toda una generación? ¿Será que a los privilegiados
les interesa la profunda estupidez en sus “ciudadanos” para manipularlos sin
que se enteren de lo que están comunicando realmente?
Fuera como fuere el hecho es que
los alumnos no entienden al profesor, no comprenden las palabras que emplea,
por mucho que éste baje el nivel. Hace un par de años, por ejemplo, en un
centro educativo de renombre de Madrid pusimos en un examen un texto sencillísimo
de Larra que se refería a los aduladores. La prueba tuvo unos resultados
horribles en segundo de bachillerato. No nos lo explicábamos hasta que unos
alumnos me dijeron (con las formas impertinentes que ahora repite todo el
mundo) que esa palabra era dificilísima.
Estamos viendo ya cómo volvemos a
la España del
XVII en muchos aspectos. Y uno es justamente la distinción entre la lengua clásica
que el pueblo idiotizado por los privilegiados no era capaz de entender. ¿Iremos
hacia lo mismo que en el mundo árabe: una lengua clásica para la buena
literatura con la que sólo los sabios –o ricos- puedan deleitarse frente a una lengua para el vulgo,
incapaz de entender mensajes profundos?
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El referente del árabe no es del todo negativo, Patricia. Es una lengua que, como el español, es hablada por cientos de millones de personas de muchos países, lo que ha producido una gran disociación entre las lenguas dialectales de los distintos paísies, hasta el punto de que, por ejemplo, un sirio y un iraquí (países limítrofes) que hablen en sus respectivos dialectales no se entenderían. ¿Qué han hecho entonces las élites políticas, culturales e informativas árabes? Proteger y potenciar al máximo el árabe clásico moderno, lengua en la que se expresan la literatura (culta), la ciencia, la cultura, la pólítica y, lo más importante, los medios de comunicación (a esta lengua la llman lgat-al-yaraid, es decir, lengua de los periódicos), de tal modo que un egipcio o un marroquí que quieran estar al tanto de lo que pasa en el mundo tendrán que pasar por el aro de ese árabe culto que es igual para todos los araboparlantes. Una anécdota curiosa: hace muchos años, estuve en marruecos y entonces los teldiarios de allí le hacían una pequeña concesión al árabe dialectal: ¿cuál era? El informe meteorológico.
ResponderEliminarNuestro caso es muy distinto: lo que cualquiera puede ver en España es un denigrante desprecio por la cultura, desde la doctrina de ciertos dirigentes políticos que apalean a los profesores (nuestra amiga Aguirre), hasta la rampante pobreza cultural de muchos dirigentes; desde la pobreza o zafiedad de lo que se nos presenta como modelo (deporte, telebasura), hasta el descuido con el lenguaje de ciertos medios, particularmente, en los progrmas deportivos, que, casualmente y por desgracia, son los que más ven los jóvenes. Párate un día a escuchar cómo hablan los comentaristas deportivos de la 4 o cómo retransmite los programas deportivos radiofónicos de los sábados y los domingos. Perdona el rollo.
Sí, iba a comentar justo sobre los periodistas deportivos, sus coloquialismos y vulgarismos.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo. La diglosia va a ser diferente en España. La prensa, los políticos y los famosillos nunca ya van a emplear la lengua correcta, bella y sutil. Esa sólo la van a utilizar círculos de adoración cultural. El resto de la población va a seguir a los que basan su comunicación en una variedad limitada. ¿Será uno de los motivos por los que los chicos de ahora ya son menos inteligentes que los de antes (comprobado científicamente)?
Los medios de comunicación pretenden continuamente "captar adeptos". En el caso de la radio deportiva, lo hicieron hace ya muchos años en Carrusel Deportivo con un ambiente desenfadado, como de amigos en el bar, que les granjeó un sinfín de oyentes. Esto (que no está mal en esencia, pues ya está bien de mitificar al deporte hasta extremos de cuestión de vida o muerte), se llevó al extremo al vislumbrar la gallina de los huevos de oro, de manera que comenzó a derivar en un menor cuidado del lenguaje, hasta llenarlo de coloquialismos y vulgarismos, alejándose del principio básico de que cualquier portavoz debe dar ejemplo.
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