Desde la semana pasada un grupo de profesores interinos permanece encerrado como otra forma ya de intentar que la gente se conciencie de lo que está sufriendo la Educación y, por tanto, toda la sociedad: una retrógrada ley educativa que no ha tenido en cuenta a los profesionales, eliminación de recursos, cierre de centros, discriminación de la educación pública (que es la que piensa en todos), más alumnos por clase, menos profesorado para atenderlos. Y, además, se vuele a amenazar y a ningunear a los interinos, muchos de los cuales ya tienen numerosos años de experiencia en esta compleja profesión. La intención es despedirlos para introducir a gente sin conocimientos ni preparación o a los recién licenciados, mucho más fáciles de manipular y que no son conscientes, la mayor parte, de que se está jugando con ellos.
Varios días sin comer pasaron estos profesores, pero, además, sufrieron la deshumanizada reacción de la Consejería de Educación, que no permitió a la gente acercar alimento. Seguridad quitando bocadillos y demás suministros. Esto me recordó a la época franquista, cuando se estaba empleando a los encarcelados por rojos como esclavos para hacer la Cruz de los Caídos y las familias caminaban y caminaban para proporcionar alimentos a sus seres queridos. Al llegar, los soldados se los requisaban.
Tras las denuncias por tal vejatorio trato, unos sanitarios suministraron suero a los profesores. Mientras, el Gobierno miente descaradamente a la ciudadanía, afirmando que los interinos se quejan porque quieren trabajar suspendiendo. Si alguien se cree tal patraña, mi esperanza en el español medio habrá desaparecido para siempre. Por si acaso recuerdo que los interinos son licenciados que se han presentado a unas oposiciones, han aprobado los exámenes, pero no han han accedido a una plaza fija por no haber suficientes. La mayor parte lleva muchos años ejerciendo. Incluso he conocido a gente que se ha jubilado como interino.
Si todavía existe algún padre que cree a tal gobierno que menosprecia a profesionales que dan lo mejor para que los hijos de la sociedad -a pesar de las condiciones- se desarrollen y tengan una vida digna, no hay esperanza para este país.
Apoyo a los encerrados
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Cierre de centros
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Encierros en A Coruña
Policía desaloja a los padres y profesores que luchan contra el cierre de centros
El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
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Por un lado, llamar la atención sobre la necesidad de que noticias como éstas tengan eco en nuestra sociedad. Parece increíble que sucesos como éstos queden en la ignorancia de la gente porque los medios de comunicación miren hacia otro lado.
ResponderEliminarEn segundo lugar, tirón de orejas para el colectivo de los profesores, entre los que me incluyo. En lugar de remar todos en la misma dirección, nos mostramos incapaces de solidarizarnos con aquellos de nuestros compañeros que lo están pasando peor (hoy los interinos, ¿mañana?). Ya van muchas ocasiones en las que he oído a veteranos renegar de cualquier reivindicación alegando que ellos ya lucharon hace años, por no hablar de otros que opinan que no se puede hacer nada que perjudique a los alumnos, que no tienen la culpa de nada. ¿Acaso un autobusero tiene otra manera de hacer oír su voz que no sea impedir que sus clientes tomen autobuses? ¿Acaso si no se denuncia la situación actual habrá posibilidades que los alumnos del futuro tengan una educación digna?