Como entramos en la semana del libro, vamos a honrar a Cervantes y su obra.
Cervantes vive a caballo de los siglos XVI y XVII, es decir va a ser influido tanto por el Renacimiento (nace reinando Carlos I, abierto al Renacimiento) como por el Barroco (muere reinando Felipe IV, con España cerrada y sufriendo la pesada influencia de la Contrarreforma). El Quijote asimila las dos corrientes (por un lado, la claridad, el equilibrio y el talante positivo del Renacimiento; por otro lado, la presentación de la temática renacentista exagerada, retorcida y parodiada, producto del fracaso nacional).
Cervantes nace en Alcalá de Henares en 1547 en el seno de una familia humilde (el padre era cirujano), siendo el cuarto hijo de siete.
Según Rozas, podemos hablar de las siguientes etapas: DE FORMACIÓN Y ESTUDIOS (1547 - 1568), DE AVENTURA: SOLDADO Y CAUTIVO (1568 - 1580), LITERARIA Y GRAN FRACASO (1580 - 1587), DE LUCHA POR LA VIDA (1587 - 1604), GRAN ETAPA LITERARIA (1605 - 1616).
Se sabe bastante poco de la primera época. Se cree que estudió con los jesuitas tanto en Sevilla como en Madrid, siendo su maestro López de Hoyos. De esta etapa se conservan algunos poemas circunstanciales.
En 1569 viaja a Italia y participa en campañas militares con don Juan de Austria. En la Batalla de Lepanto (1571) es herido en la mano izquierda, pero sigue luchando hasta 1575. Cuando está volviendo a España, cae prisionero, pasando cinco años de cautiverio en Argel. Aquí sufrirá muchas experiencias que plasmará en sus obras. Es rescatado por unos frailes trinitarios.
Regresa a España, instalándose en Madrid, esperando inútilmente obtener recompensa por sus servicios, incluso se le deniega un empleo en las Indias. Mientras espera piensa ganarse la vida escribiendo. Publica la primera parte de la novela pastoril La Galatea y algunas obras teatrales, pero fracasa. Esto lo lleva a tener continuos problemas económicos.
Se sabe que recorrió Andalucía y la Mancha como comisario de abastos (buscar alimentos para el ejército) y, luego, como recaudador de impuestos. Continúan los problemas económicos y no se le permite marchar a América. Es encarcelado en Sevilla por asuntos oscuros sobre la recaudación de impuestos.
No se sabe nada más de él hasta la publicación de la primera parte del Quijote en 1605, obra con la que obtiene gran éxito, pero continúan los problemas económicos.
A partir de la publicación de la primera mitad del Quijote, Cervantes obtiene renombre literario, participa en los círculos literarios y sus obras se publican con cierta velocidad. En 1613 publica las Novelas Ejemplares; en 1614, Viaje al Parnaso; en 1615, la segunda parte del Quijote; en 1616, los Trabajos de Persiles y Segismunda, ya habiendo muerto el 23 de abril. Sin embargo, muere pobre, tanto que la cofradía a la que pertenecía tendrá que costear su entierro.
Por lo tanto fue literato y soldado a la manera renacentista.
Si nos referimos a su obra, puede decirse que Cervantes escribe en todos los géneros, pero se conserva muy poco de su obra poética. Quedan algunos poemas circunstanciales de su etapa de formación; otros incluidos en sus obras en prosa y el Viaje al Parnaso, que es un poema burlesco en tercetos, en el que habla de otros escritores, a veces, de forma satírica.
También escribió teatro, pero, aunque resultan obras adelantadas a la época no consiguen mucho éxito, pues aparece Lope.
Cervantes dividió su propio teatro en dos etapas.
La primera etapa (de base renacentista) trascurre entre 1580 y 1587, antes del triunfo de Lope, consiguiendo cierto triunfo. Destacan dos obras: los tratos de Argel, sobre cautivos basándose en su propia experiencia; y la Numancia, que es una tragedia sobre la lucha y sacrificio de esta ciudad ante el sitio romano.
La segunda etapa presenta obras que no se adaptan al modelo de Lope de Vega, por lo que no despiertan interés. Por eso decide publicarlas en 1615. Destaca el entremés El retablo de las maravillas, obra que censura los perjuicios de unos rústicos que fingen ver las figuras del retablo porque se le ha dicho que quien no vea nada será un judío o hijo ilegítimo.
Además, escribe diversos géneros narrativos: pastoril, relato corto a la italiana, novela bizantina, obra maestra.
La Galatea es obra pastoril, publicada en 1585, que versa sobre los amores de los pastores Elicio y Erastro hacia Galatea en la ribera del río, aunque ésta los ignora. Dicha novela, inconclusa, presenta gran influencia de Garcilaso de la Vega.
En 1613, entre la primera y la segunda parte del Quijote, Cervantes publica una colección de doce relatos reflejando los subgéneros narrativos de la época. Cervantes es consciente de ser el primer escritor de relato corto en España, pues sus antecedentes sólo traducen del italiano. Se suelen agrupar en relatos idealistas (amante liberal, la española inglesa, la fuerza de la sangre, dos doncellas, la señora Cornelia) y realistas (la gitanilla, el celoso extremeño, el licenciado vidriera, Rinconete y Cortadillo, la ilustre fregona, el casamiento engañoso, el coloquio de los perros).
La novela bizantina LOS TRABAJOS DE PERSILES Y SEGISMUNDA se publica póstumamente en 1617. Los dos enamorados realizan un viaje por España, Europa e Italia, sufriendo numerosos peligros de los que salen victoriosos, finalizando con el matrimonio. Esta obra simboliza la vida humana perfeccionada por la intervención divina.
Don Quijote es considerada su obra maestra, componiéndose por dos partes separadas por diez años, entre los que aparece un Quijote apócrifo.
La PRIMERA PARTE aparece en Madrid en 1605 (algunos creen que ya había aparecido manuscrita) con el título el Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Se compone por una dedicatoria al Duque de Béjar, un prólogo, unos poemas burlescos y cincuenta y dos capítulos organizados en cuatro partes.
La SEGUNDA PARTE aparece en Madrid en 1615 con el título Ingenioso Caballero don Quijote de la Mancha., dedicada al conde de Lemos. Se compone por dos prólogos y por setenta y cuatro capítulos.
Un año antes (1614) se había publicado el Quijote de Avellaneda, estimulando la publicación de la segunda parte cervantina.
Se cree que Cervantes debió de comenzar a escribir la obra hacia finales de la década de los ochenta del siglo XVI. Además, está escribiendo el capítulo cincuenta y nueve de la segunda parte cunado aparece el Quijote de Avellaneda.
Ya en 1605 la obra obtuvo gran acogida por el público, teniendo ese año siete ediciones. En los años posteriores se traduce la obra a otras lenguas (inglés, francés, portugués, danés, ruso y polaco), siendo la obra más leída tras la Biblia.
Además de ser considerada una de las obras más divertidas, reúne parte de la literatura española anterior, europea y clásica con alusiones mitológicas. Además es una obra profunda. Así, Dostoievski dirá: <<la ironía más amarga que pueda expresar un hombre>>.
Por lo que se cumple el ideal renacentista de enseñar deleitando. Todo esto complica la interpretación por la ambigüedad.
Aunque la obra cervantina presenta gran originalidad, se basa en fuentes o antecedentes; a saber: modelos vivos, el tema de la locura, el falso cronista, la Mancha, la influencia literaria.
En cuanto a los MODELOS VIVOS, parece que Cervantes tomó de si itinerario Madrid – Sevilla la base de unos hermanos ricos hidalgos del siglo XVI llamados Alonso y Gabriel Quijona.
Respecto al TEMA DE LA LOCURA, está de moda en Europa por tres vías: Erasmo, la medicina y la literatura caballeresca.
En Elogio a la locura, de Erasmo, el loco es una figura de diversión en cuya boca aparecen verdades y críticas a la realidad.
La medicina (Examen de los ingenios) consideraba que el desequilibrio entre los humores podía producir dos resultados: la locura o la inteligencia.
Ariosto escribe Orlando furioso, que se ha vuelto loco de amor por el desdén de la amada; Quijote se vuelve loco por los libros de caballerías.
Otro de los antecedentes es el FALSO CRONISTA, basado en la novela de caballerías y en la sentimental. Elemento que se empleaba para dar verosimilitud, pero que Cervantes utiliza para complicar el perspectivismo.
Pero uno de los antecedentes más importantes de la obra es LA MANCHA, es el territorio que más conoce por sus viajes como proveedor del ejército. Además necesita campos abiertos sin grandes ciudades para que don Quijote se mueva LIBREMETE. A esto se suma que hace mayor parodia a los libros de caballerías, donde los hechos ocurren en tierras lejanas, desconocidas o fabulosas, pero La Mancha es tierra rural, conocida y pobre.
Con todo, no debemos olvidar la INFLUENCIA LITERARIA, ente las que destacan: los libros de caballerías, el amor cortés, la ficción pastoril, sentimental, morisca y picaresca, el recuerdo de otras obras. El Entremés de los Romances y El Quijote de Avellaneda.
Ante todo, debemos recordar que durante el Renacimiento existen dos tendencias narrativas: por un lado, la ideal (libros de caballerías); por otro, la real (picaresca). Ambas se aúnan en el Quijote.
Como Don Quijote de la Mancha constituye principalmente una burla a los libros de caballerías, Cervantes debe conocerlos a fondo para parodiarlos. De manera que la primera fuente literaria la tenemos en dichas obras. De modo que van a aparecer numerosos episodios caballerescos: la lucha de los ejércitos (realmente rebaños), la penitencia en Sierra Morena, la historia de Micomicona, la cueva de Montesinos, el barco encantado, el vuelo de Clavileño, recurso de los encantadores, el habla arcaica de los caballeros, intervención del autor moro Cide Hameti Benengeli, motivo del bálsamo de fierabrás, el yelmo de Mambrino.
El cura y el barbero consideran que la locura de don Quijote viene de leer esos libros así que hacen un escutrinio, del que solo se salvan del fuego: Amadís de Gaula, Tirant lo Blanch y Palmerín de Inglaterra.
También influye la herencia de la literatura de AMOR CORTÉS, con lo que se explica que don Quijote vea la necesidad de inventar una amada (Dulcinea). La amada es un cúmulo de perfección. El caballero la sirve y recibe de ella su fuerza.
Por otro lado existe el influjo de la novela pastoril, género basado en Diana de Montemayor. Episodios pastoriles dentro de la obra cervantina son: novelita de Marcela y Crisóstomo, la historia de Leandra, las bodas de Camacho, los jóvenes de la Arcadia fingida, deseo de don Quijote de hacerse pastor al final de la obra.
A esto se suma la presencia de la novela picaresca tanto en la aventura de los galeotes y Ginés de Pasamonte (que dice haber escrito su obra autobiográfica) como el ventero.
La novela sentimental se ve en el relato de Cardenio y Luscinda y la de Dorotea y don Fernando; la morisca, con el relato del capitán cautivo.
Además se recuerdan las crónicas medievales, el Corvacho, La Celestina, Erasmo de Rotterdam y la poesía de Garcilaso, del que dice que es <<gran poeta castellano nuestro>>.
Con todo, se cree que la obra iba a ser otra de las novelas ejemplares que se alargó. Se parece al Entremés de los romances de finales del XVI. Un labrador, Bartolo, se vuelve loco por leer tantos romances. Decide salir para imitarlos. Intenta salvar a una pastora pero es apaleado. Cree que lo salva el marqués de Mantua. Existe un gran parecido con los primeros capítulos de la obra cervantina.
No ha de olvidarse la influencia del Quijote de Avellaneda en la segunda parte, pues don Quijote cambia de ruta de Zaragoza a Barcelona; lucha contra un personaje de Avellaneda venciéndolo; antes de morir confiesa que le entristece haber dado pie a que Avellaneda escribiera sobre él.
Si pasamos a analizar El Quijote, ya se ha mencionado que parece que la primera intención de Cervantes era hacer una novela corta. De ahí que la primera salida de don Quijote oculte la estructura de la obra (planteamiento, búsqueda de aventuras, vida como caballero, derrota y moraleja -el escrutinio-) también se han visto los paralelismos con el Entremés de los romances.
En El Quijote aparecen gran variedad de temas: aspectos sociales, costumbristas, creencias populares, discusiones literarias, cuestiones lingüísticas, etc.
Todos los temas giran en torno al ser humano como un ser complejo donde se da tanto el materialismo (Sancho) como el idealismo (Quijote) y la sed de libertad.
Entre los numerosos temas vamos a destacar los siguientes, teniendo en cuenta las dos partes: caballeresco, amoroso, de la locura, literario, libertad.
Se ha considerado la obra una parodia de los libros de caballerías, de ahí que el tema caballeresco domine la obra.
En la primera parte las aventuras suceden desde una realidad deformada: el hidalgo ha perdido el juicio por leer libros de caballerías; sale a buscar aventuras, hace armarse caballero en una venta que cree castillo; vuelve a su casa, pero sale de nuevo, ahora con Sancho; aventura con los gigantes, en realidad molinos; enfrentamiento con el vizcaíno al creer que ha secuestrado a una dama; parodia con el yelmo de Mambrino; lucha de los ejércitos, en realidad rebaños; en una procesión que porta una Virgen, lucha porque la cree cautiva.
En la segunda parte la mayoría de las aventuras son fingidas, es decir, los personajes con los que se encuentra don Quijote han leído la primera parte de la obra y preparan burlas. Destacan las aventuras de la casa de los duques.
Todo caballero andante lucha por el amor de una dama. Aquí don Quijote tiene que imaginar su dama: Dulcinea. Por otro lado existe el amor real, presentado mediante los relatos intercalados.
Además debemos tener en cuenta que Cervantes nos está presentando los géneros narrativos que se escriben en la época. Todos tienen tema amoroso (excepto la picaresca).
En la segunda parte se aparecen problemas amorosos fingidos en la burla de la ínsula en la casa de los duques. Así que podemos distinguir el amor ideal (Dulcinea), burlándose de los tópicos y de las metáforas para describir a la amada; amor real en las historias intercaladas; amor fingido por burla de los duques.
El TEMA LITERARIO resulta importante, porque Cervantes nos muestra los géneros del momento para que veamos su propia originalidad.
Don Quijote, desde la primera salida, se ve como un personaje literario y compone las primeras líneas. El escutrinio de la biblioteca se hace de todos los géneros. Hay una discusión sobre el teatro entre don Quijote y el canónico (se critica a Lope por no respetar la tres unidades y se propone la idea de un censor teatral). Ginés de Pasamonte critica la novela picaresca anterior (Lazarillo y Guzmán). Diálogo de los personajes sobre la publicación de la primera parte. Presencia de Garcilaso. Teatro con maese Pedro. Crítica del Quijote de Avellaneda.
Se ha escrito mucho sobre si estaba loco o no. El motivo de la locura era frecuente en el Renacimiento.
El protagonista suele verse como un paranoico, enloquecido por los libros de caballerías, pero sólo es patente en lo concerniente a la caballería andante (AVALLE – ARCE). En el resto del tiempo está lúcido. El narrador insiste que está loco; personajes como Sancho (a veces) lo consideran loco de remate; otros, loco a medias.
Se ha explicado el trastorno de don Quijote basándose en la psicología de la época. Los sentidos de don Quijote perciben la realidad perfectamente (venta, molinos, rebaños); pero su imaginación superpone otra realidad (castillo, gigantes, ejércitos). De modo que su locura de debe al desarreglo de la imaginación y la fantasía para registrar la realidad.
Otros críticos (TORRENTE BALLESTER) explican la locura del personaje como una ficción o juego. Así, finge estar loco, proponiéndose jugar a ser caballero. Su yelmo de cartón se rompe en la prueba, lo arregla y no vuelve a hacer más pruebas; el la aventura de los rebaños ataca con la lanza hacia abajo para no herir; finge no ver la caída de las barbas postizas de maese Nicolás, aceptando la ficción de Micomicona.; en la aventura de Clavileño, invita a Sancho a imaginar; ve a la aldeana, hace como si fuera encantamiento de Dulcinea como dice Sancho.
El de la LIBERTAD resulta ser uno de los temas más importantes del Quijote.
Aparece la libertada creativa, pues el narrador no QUIERE acordarse del lugar exacto donde ocurren los hechos; libertad del protagonista, que inventa su propio mundo; la libertad se plasma en la aventura de los galeotes y en el del retablo ( donde don Quijote lucha porque cree que los muñecos son reales y están cautivos); libertad de culto; cuando Sancho va a marchar a la ínsula falsa, don Quijote le da unos consejos para que sea buen gobernante, recordando que la libertad es el bien más preciado; don Quijote muere porque pierde la libertad (también para evitar continuaciones).
Externamente, El Quijote es una obra en dos partes, cada una con un título.
La primera se compone por el título (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha), un prólogo del autor, unos poemas iniciales atribuidos a personajes imaginarios como burla de la costumbre, cincuenta y dos capítulos, inclusión d e relatos intercalados.
La segunda parte tiene el título (El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha), un prólogo, setenta y cuatro capítulos, el epitafio del personaje Sansón Carrasco y definitiva despedida del autor y firma.
La obra se estructura en tres salidas, dos en la primera parte y una en la segunda.
En la primera salida don Quijote sale solo. Se hace una presentación y preparativos para la salida; es armado caballero en la venta; pasa una serie de aventuras; es derrotado y regresa a la aldea; durante su convalecencia, se hace el escrutinio de la biblioteca.
En la segunda salida convence a Sancho para que sea su escudero con la promesa de entregarle una isla para gobernar. Sufren una serie de aventuras al desdibujar la realidad don Quijote (molinos, rebaños, odres de vino, etc.). Se incluyen historias intercaladas y discursos (edad Dorada, de las armas y las letras). El barbero y canónico consiguen llevarlo de vuelta a la aldea inventando una aventura.
En la tercera salida aparece primero una introducción preparatoria de la nueva salida con referencias a la primera parte. Aventuras en el camino hacia el castillo de los duques (encantamiento de Dulcinea, bajada a la cueva de Montesinos). También aparecen historias intercaladas y disertaciones sobre la poesía. En el castillo de los duques se cuenta a la par lo que sucede a Sancho en la falsa ínsula y las burlas que sufre don Quijote. Marchan a Barcelona. Vuelven al castillo de los duques. En el camino es vencido por el Caballero de la Blanca Luna, disfraz de uno de los vecinos de la aldea, donde lo lleva de vuelta. Allí, don Quijote muere al ver que no es libre.
No hemos de olvidar la presencia de las novelas intercaladas. Éstas aparecen más en la primera parte que en la segunda por la crítica sufrida. El motivo de que se incluyan es doble: alargar y presentar a Cervantes como capaz de crear en cualquier género de la época.
Respecto al MODO NARRATIVO, se presenta el juego de autor - narrador. El "autor" aparece como investigador que recoge datos sobre la historia de don Quijote en autores y archivos de la Mancha. En el capítulo ocho se descubre la presencia de dos "autores". En el capítulo nueve aparece el procedimiento del manuscrito encontrado, inventa un historiador moro autor de la obra, un traductor al castellano y Cervantes autor personificado. Esto dará lugar a múltiples perspectivas. La técnica del manuscrito encontrado, además, es una parodia al libro de caballerías, da ilusión de veracidad.
Así Cervantes narrador es omnisciente y tiene libertad al relatar y enjuiciar porque ha leído ya toda la obra. Además se ficcionaliza a los lectores de la primera parte.
La perspectiva múltiple se ve en el hecho de no ponerse de acuerdo en el nombre real de don Quijote, en las críticas que Cervantes narrador hace al cronista moro, en no ponerse de acuerdo en cuál fue la primera aventura o con los dos puntos de vista que hay representados por los dos protagonistas.
De manera que la obra presenta la perspectiva múltiple por dos causas: libertad y reflejo de la variedad de visiones del mundo que existen en la realidad (tolerancia).
Dicho perspectivismo puede resumirse del siguiente modo: historiador árabe, traductor, Cervantes – editor, personajes, primeros lectores y no hay que olvidar un narrador implícito.
Si pasamos al TIEMPO, éste difiere con los libros de caballerías al insinuarnos que <no ha mucho tiempo>> que ocurrió esa historia. Además, en general se cuenta de forma lineal. Sin embargo existen desajustes temporales. El protagonista sale un día de julio y la acción dura un verano un poco largo. Aparecen pocas precisiones cronológicas, a veces son desconcertantes.
A diferencia de los libros de caballerías, El Quijote presenta una localización geografía real, cercana y conocida: La Mancha. Sin embargo hay imprecisión geográfica, siendo inconcreto de forma deliberada. Los lugares reales son la Mancha, la laguna de Rudela, la cueva de Montesinos, Sierra Morena. El realismo en el ambiente se consigue con las ventas en los caminos, la mansión del duque. Ha de tenerse en cuenta la transfiguración idealizada que hace el protagonista (molinos, rebaños). Además, en la segunda parte los personajes viajan a Barcelona. No han de olvidarse los espacios de las historias intercaladas (Italia, Argel, Andalucía).
El protagonismo de la novela es dual: Sancho y don Quijote, en torno a los cuales giran numerosos y diferentes personajes, caracterizados por un breve retrato, por sus acciones y por su forma de hablar (vizcaíno, Maritormes, Dorotea).
Nos centraremos en don Quijote y Sancho, que ilustran la complejidad humana, primero por separado y luego van mostrando un acercamiento progresivo: sanchificación y quijotización.
Don Quijote es un modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, que, loco debido a la lectura de libros de caballerías, decide convertirse en caballero andante. Su extraña figura resulta anacrónica para la sociedad; sin embargo, fuera de su locura, muestra buen juicio y expone opiniones precisas sobre temas muy diversos, incluidos los literarios. El rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus ideas, incluso las que se refieren al mundo de los caballeros andantes.
La obra es la historia de un hidalgo cuerdo que se vuelve loco por lectura. Pretende restaurar la caballería andante para hacer frente a las injusticias. Por lo que adecua toda la realidad de acuerdo al código caballeresco. A partir d la cueva de Montesinos comienza un proceso de caída de la ficción caballeresca que le lleva a la realidad. Muere, pero cuerdo, no como caballero. Muere con la edad que aproximadamente tiene Cervantes en la época, cincuenta años. Pero son personalidades diferentes: Cervantes es activo, opuesto a la pasividad del hidalgo, cuyo vacío suplanta con la lectura.
En realidad no es un loco, sino que quiere un ideal inaccesible.
Físicamente es descrito como alto, delgado, viejo (frente al joven y fuerte caballero andante). Además es colérico, culto y gran lector, soltero, solitario e impulsivo.
De modo que es un personaje redondo e individualizado a diferencia del héroe tipo que aparece en los libros de ficción idealizada.
Sancho, también protagonista, es opuesto a su amo. Es bajo, barrigudo, comilón, analfabeto, casado, práctico, pacífico. Un campesino manchego que marcha con don Quijote por una promesa: conseguir gobernar una ínsula. Es el necesario compañero de don Quijote por dos motivos: un caballero andante necesita un escudero; por otro lado el contraste los va a hacer más humanos. Actúa según el sentido común aunque no es tan cuerdo porque se marcha con un loco y abandona a su familia. Se comunica mediante refranes, siendo una mezcla del gracioso del teatro, el tonto de la tradición folclórica y la parodia del escudero de las novelas de caballerías.
Se quijotiza ya desde la primera parte: intenta emplear el habla caballeresca, acaba creyendo en el encantamiento de Dulcinea, actuación como gobernador, empeño de vida pastoril cuando don Quijote está enfermo.
Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. […]
Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso –que eran los más del año-, se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda ; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos. […]
En resolución, él se enfrasco tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio ; y así del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros […] ; y asentósele de tal modo en la maginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
Sancho Panza es el escudero que en los libros de caballerías acompaña al caballero. Sus rasgos básicos están configurados en la tradición folclórica y literaria, pues en obras breves de teatro y en desfiles carnavalescos eran comunes el simple, el rústico, el bobo, el enano, el gracioso o el criado. Pero su elaboración es una compleja recreación, ya que en la obra encarna la sátira contra los libros de caballerías.
También es un personaje, por lo visto anteriormente, individualizado y redondo.
En este tiempo solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien –si es que este título se puede dar al que es pobre–, pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula y le dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer e hijos y asentó por escudero de su amo.
En cuanto a DULCINEA, es la idealización de la dama de la que debe enamorarse cualquier caballero para ennoblecer sus hazañas (amor cortés). Se basa en una aldeana fuerte y fea de la aldea vecina de don Quijote y que solo ha visto una vez. Simboliza la idealización. La idea de conseguir justicia y libertad mediante la vuelta de la caballería andante cae cuando Sancho entrega la liebre a don Quijote diciendo que es Dulcinea.
Este personaje simbólico ayuda a don Quijote a entrar en su papel de caballero andante.
Porque has de saber, Sancho, si no lo sabes, que dos cosas solas incitan a amar más que otras; que son la mucha hermosura y la buena fama, y estas dos cosas se hallan consumadamente en Dulcinea, porque en ser hermosa ninguna le iguala, y en la buena fama, pocas le llegan. Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y pintóla en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad.
Ya se ha visto que Cervantes emplea la perspectiva múltiple, pero también la parodia y la ironía. La primera lo es de los libros de ficción caballeresca, principalmente, ya desde el título a la fabla y la invención del autor moro, el manuscrito encontrado, la presencia de numerosas aventuras, el estilo grandilocuente e hiperbólico.
No ha de olvidarse la importancia del diálogo, que es el conductor de la trama, siendo más importante que la narración. Además los personajes son individualizados por su forma de hablar, cambiando los estilos. A veces se incluyen voces de diferentes lenguas: latinismos en don Quijote, expresiones italianas y árabes.
El habla de El Quijote es un resumen de la variedad de registros que existían en el Renacimiento. Cervantes sigue, en principio, la norma clásica de «escribo como hablo» y, a la vez que parodia el estilo pretenciosamente culto y arcaizante de los libros de caballerías, armoniza distintos lenguajes: combina el estilo elevado con el habla cotidiana, o los razonamientos eruditos con el uso de refranes y dichos del saber popular. Por eso, abundan en la obra, junto a múltiples recursos literarios, rasgos propios del lenguaje oral: el empleo de deícticos, el apostrofe, la dramatización del relato, la duplicidad de narradores, la atención a las inflexiones de voz, o los ritmos y sonoridades.
Aunque parezca estilo coloquial, no siempre lo es, empleándose numerosos recursos retóricos: sinonimia, antítesis, juegos de palabras, comparaciones, metáforas, juegos de palabras (paradojas, dilogías, paronomasia), tópicos. La mayoría empleados con intención humorística. Con toda el habla se adecua a cada personaje, con lo que Cervantes sigue el ideal de verosimilitud lingüística de los renacentistas.
Otra de las técnicas empleadas es el FRAGMENTALISMO, con la intención de crear suspense (episodio del vizcaíno), de mostrar su capacidad literaria (historias intercaladas) o ideas sobre diferentes temas (discursos).
En cuanto al desarrollo narrativo, Cervantes parte del artificio del manuscrito encontrado, un truco que le permite el empleo de sucesivos narradores (el historiador moro, Cide Hamete Benengeli, que sería el primer autor de la obra, un morisco que traduce el texto árabe, o el mismo Cervantes). Además, emplea técnicas novedosas, que hacen de El Quijote la primera novela moderna: El contrapunto o movimiento simultáneo de dos acciones que, sin tener relación, se desarrollan a la vez, en equilibrio narrativo; El perspectivismo, con interferencia de puntos de vista de varios personajes que, sobre una misma realidad, ofrecen distintas impresiones; La metanarración o metanovela, que muestra, dentro del relato de una historia, las dificultades que su elaboración ha planteado; La intertextualidad, que, mediante la comparación con otros textos literarios, facilita la parodia, la crítica literaria o el análisis de la obra dentro de la obra misma.
Tras el éxito de la primera parte aparece en 1614 un Quijote apócrifo firmado por un tal Alonso Fernández de Avellaneda. Se ha dudado quién se esconde tras dicho nombre; sin embargo, suele aceptarse que fuera escrito conjuntamente por Lope y Guillén de Castro puesto que en prólogo se ataca a Cervantes y se elogia a Lope, se refleja su vida en las historias intercaladas, se incluyen poemas suyos. No es una obra conseguida, porque se presenta un don Quijote bravucón y un Sancho como un vulgar glotón.
Existen dos teorías sobre el autor de dicha obra. La más extendida es la que asegura que pertenece a una creación conjunta de Guillén de Castro y su maestro Lope de Vega. La otra teoría afirma que fue escrita por un soldado compañero de Cervantes quien había tomado su figura como uno de los personajes que se dirigen a galeras.
Lo cierto es que posiblemente no hubiera segunda parte si no apareciera este Quijote apócrifo. Parece que Cervantes sabía quién lo había escrito, pero no menciona el nombre a fin de no aportarle fama. Además aparece muy ofendido en el prólogo de la segunda parte e indica los defectos del apócrifo.
El propósito explícito de Cervantes es, sin duda, la parodia de los libros de caballerías; por eso, durante los siglos XVII y XVIII El Quijote fue leído como una obra cómica. Sin embargo, desde el Romanticismo se han resaltado otros valores del protagonista: el amor a la dama, el ansia de libertad, la búsqueda de la justicia, por lo que la novela representaría la defensa de unos ideales en un mundo en el que dichos ideales ya no tienen sentido.
Por otra parte, El Quijote es un retrato de la sociedad de la época. Cervantes, a la vez que parodia las ilusiones caballerescas y pastoriles, ofrece el inicio del declive del poder político de España a través de un hidalgo que trata de cambiar su vida triste y mediocre por otra que considera más perfecta, pero propia de un esplendor pasado. Y es también una obra de crítica literaria y de teoría literaria, pues los personajes hablan de literatura y aportan valoraciones sobre autores, obras y géneros de la literatura de su tiempo.
Desde la aparición de la obra hasta nuestros días han existido proyecciones cervantinas tanto en nuestro país como en el extranjero. Sin embargo, no sólo abarca la literatura, sino que se mueve a otros ámbitos. En literatura existe una adaptación de el curioso impertinente (historia intercalada) por Shakespeare, ahora perdida; en música, composiciones de Manuel de Falla y en el último centenario en EEUU se compuso música basada en escenas del Quijote; en ballet, Nacho Duato interpretó una versión del Quijote en la década de los noventa.
A esto se suma que obras creadas posteriormente tienen base cervantina. En España tenemos, por ejemplo, la Dama duende de Calderón. Fuera de nuestro país destaca la labor de cuna de la novela moderna en el siglo XVIII. Con todo, destaca la novela realista inglesa, francesa y rusa del siglo XIX: Rojo y negro, Stendal; Madame Bobary, Flaubert; Guerra y paz, Tolstoi; crimen y castigo, Dostoiveski
El Quijote de Cervantes es punto de partida de lectores, creadores y críticos desde el sigloXVIII. Así, se ha cumplido la frase profética del bachiller Sansón Carrasco sobre el éxito de la obra:«... los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran».
En el siglo XIX el Romanticismo alemán descubre un Quijote romántico, que representa la lucha del espíritu humano que aspira a lo infinito. Y varias obras de la novela realista europea muestran su influencia, sobre todo los novelistas rusos, como se aprecia en Crimen y castigo (1866), El idiota (1872) y Los Hermanos Karamazov (1880), de Dostoiewsky.
El siglo XX español renueva el fervor por El Quijote. Para Miguel de Unamuno, en Vida de don Quijote y Sancho, es el símbolo del espíritu español y del anhelo de inmortalidad. Y sus influencias abarcan desde la narrativa, como ocurre en Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos, o Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, a la cinematografía, la música o los grabados de Gustavo Doré o Salvador Dalí, entre otros.
De este personaje me han llamado la atención siempre muchas cosas. Por una parte, su vida, perfectamente novelable, debido a la cantidad de sucesos que le acontecen. Por otro lado, el rechazo u olvido que recibe al volver de la guerra (aunque por lo escuchado ayer en el café literario, sobre todo por lo dicho por Manuel Lacarta, es tan poco lo que sé que no puedo atreverme a simplificar tanto las cosas, debido a los pocos datos de los que dispongo en mi cultura personal). Por último, admiro su capacidad para insistir en la búsqueda del reconocimiento literario, tocando todos los géneros hasta encontrar su obra maestra.
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