domingo, 6 de enero de 2013

MITOLOGÍA AZTECA DE LA CREACIÓN: EL ORIGEN DE LA VID.


Tras el momento de la creación del mundo, había que “amueblado”. Hoy vamos a centrarnos en cómo surgió la vid.

El dios del viento, Ehecatl (una de las formas de Quetzalcóatl) se enamoró de una joven que vivía con los dioses. Mayahuel, que así se llamaba la muchacha, estaba bajo el cuidado de una anciana, Tzitzimil.

Aprovechando que la vieja mujer estaba dormida, el dios fue a visitar a Mayahuel, a la que despertó con delicadeza. Después se marcharon sin hacer ningún ruido. Decidieron descender a la tierra. Sin embargo, una vez sus pies tocaron el suelo, la pareja se metamorfoseó en un árbol: Ehecatl, en una poderosa rama; la muchacha, en una delicada y florida rama.

Cuando la anciana Tzitzmil despertó y descubrió la huída, montó en cólera. De modo que organizó un grupo de jóvenes divinidades para que la ayudaran a buscar a la pareja.

En pocos días hallaron el árbol. Tzitzimil identificó a su protegida en la belleza de esa rama. Encolerizada, pidió la ayuda del relámpago, que, a su llamada, se lanzó contra el árbol. Así consiguió separar las dos ramas. A la de Ehecatl no le ocurrió nada, pero Mayahuel… Se convirtió en astillas que masticaron los jóvenes dioses que Tzitzimil  había llevado consigo.

Una vez se hubieron marchado, el dios del viento recuperó su imagen. Había sido testigo del final de su amada. Apenado siguió el camino que habían recorrido los jóvenes lanzando los restos de la que había sido una hermosa rama. Las astillas se habían trasformado en un hueso. Ehecatl lo tomó entre sus manos con tristeza y dio sepultura al único vestigio de la existencia de su amada Mayahuel. Cuando la tierra cubrió el hueso, surgió una vid.

1 comentario:

  1. Lo que siempre me llama la atención de estos relatos míticos, sea de la cultura que sea, es la sensibilidad extrema que demuestran en el trato de la escena, consiguiendo rozar el alma cuando se escuchan o se leen los pasajes, como ha sido el caso.
    Por cierto, hay una errata al principio del texto, porque creo que la palabra que debería estar entre comillas es "amueblarlo" y no "amueblado". Gracias por el artículo.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.