Este año lo he comenzado con un buen libro, con un muy buen libro, la verdad. Una novela breve metaliteraria donde el protagonista narra, con un estilo fluido y socarrón, algunas de sus vivencias. Más bien gira en torno a su existencialismo.Como digo un estilo fluido y casi juguetón que recuerda mucho a autores como Bukowski y Bolaño. El texto incluye el diálogo sin marcas, siguiendo ese vanguardismo típico de la literatura hispanoamericana, de la que bebe mucho nuestro autor. Sin embargo me ha atraído bastante más el de este novel escritor. Te atrapa. Y así quedé en Nochevieja, pues se me ocurrió la genial idea de empezar a leer unas páginas antes de marchar a la tradicional cena. Un error. Casi tuvieron que sacarme a rastras de casa. Y es que yo quería seguir leyendo. En fin, que no pude retomarlo hasta el uno por la tarde. El libro se me terminó en un pis - pas.
El personaje central, un escritor que ha conseguido fama gracias a su peor obra, relata -más bien muestra- una serie de vivencias, de anécdotas que lo han marcado más o menos en su vida vacía. Sí, es rico (al menos acomodado), pero ha tenido que pagar su alma de escritor, ha caído en la literatura comercial.
En la obra aparecen varios juegos literarios, empezando por la típica confusión de narrador y autor. Eso sí, el autor se divierte y lleva hasta el extremo la verosimilitud, ya que menciona obras literarias imaginarias que conducen a notas a pie de página explicando dónde se puede encontrar el volumen o si fue premiado en algún certamen. El juego de confusión continúa al final, pues se añaden unos pequeños relatos que, supuestamente, escribió el protagonista.
Me llamó la atención que el narrador mencionara que la buena literatura (o Literatura, con mayúsculas) se hacía en las pequeñas editoriales. Me parece que, en general, es una visión muy acertada. Me resulta triste que, a veces, despreciemos libros de dichas editoriales. Al menos hay alguien que se preocupa por la literatura de calidad. ¿Cuántos buenos escritores se nos han perdido por el camino?
Una novela breve, pero de gran interés. No dejéis de leerla. Estoy segura de que oiremos hablar mucho del autor: Fernando Podadera Cobos.
Tengo que decir que me he leído el libro en una sentada. No es muy largo, y la prosa es fluida. Es una gran virtud. Coincido con Patry en las reminiscencias e influencia de autores hispanoamericanos como Bolaño. A mí, personalmente, no es un estilo que me agrade especialmente. ¿No resulta, entonces, contradictorio con un comentario positivo? Pues sí. La prosa de Fernando Podadera se me antoja más grácil y fluida, haciendo del lenguaje algo moldeable, que fluye tranquilamente por las páginas y la mente del lector, sin excesivos esfuerzos. La enorme cantidad de conocimientos del autor son vertidos de un modo natural, sin sobrepasarnos, aunque dejando constancia de lo vivido. El relato, de rabiosa actualidad, hace un repaso de lo paradójico que resulta el mundo en general; en concreto el literario, a la vez que se preocupa por cuestiones vitales del hombre. ALTAMENTE RECOMENDABLE.
ResponderEliminarMe interesa. Mucho. Donde la habéis conseguido?
ResponderEliminarEn la presentación del libro. Preguntaré al autor dónde puede comprarse.
EliminarDe todos modos siempre puedes encargarlo en una biblioteca.
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