El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
Confieso que no he visto el video por falta de tiempo (aunque prometo hacerlo en próximos días). Sí he leído atentamente el comentario que se adjunta, y es muy revelador. Por un lado porque demuestra que, efectivamente, la información es poder. Ya se encargan estos sinvergüenzas de no sacar a la luz las manos que mueven los hilos del resto del mundo, marionetas en su macabro juego para enriquecerse. Por otro lado, porque pone de manifiesto lo absurdo del grueso de la población en defender lo privado, que es de por sí indefendible, sobre todo porque teniendo en cuenta el egoísmo que rige el pensamiento de la sociedad, atenta contra la mayoría de los mortales, con lo que tenemos a personas defendiendo a aquellos que les quitan más posibilidades de vivir mejor. ¡Pero qué absurdos somos! En cualquier caso, también es cierto que se está perdiendo la capacidad para albergar buenos sentimientos. Cuando un "rico" o "pudiente" "dona" algo de su fortuna (en realidad migajas) para una obra social, el pueblo se maravilla, cuando en realidad tendría que ser un gesto honorable, pero común. El que da de lo que tiene es el verdadero héroe.
Al final acabamos siempre con la misma conclusión: el pueblo se ha dejado manipular de tal manera, que defiende a los verdugos y ataca a los héroes. Gracias por el comentario
Recupero unas reflexiones sobre un documental de gran interés para conocer nuestro mundo: La corporación.
Confieso que no he visto el video por falta de tiempo (aunque prometo hacerlo en próximos días). Sí he leído atentamente el comentario que se adjunta, y es muy revelador. Por un lado porque demuestra que, efectivamente, la información es poder. Ya se encargan estos sinvergüenzas de no sacar a la luz las manos que mueven los hilos del resto del mundo, marionetas en su macabro juego para enriquecerse. Por otro lado, porque pone de manifiesto lo absurdo del grueso de la población en defender lo privado, que es de por sí indefendible, sobre todo porque teniendo en cuenta el egoísmo que rige el pensamiento de la sociedad, atenta contra la mayoría de los mortales, con lo que tenemos a personas defendiendo a aquellos que les quitan más posibilidades de vivir mejor. ¡Pero qué absurdos somos! En cualquier caso, también es cierto que se está perdiendo la capacidad para albergar buenos sentimientos. Cuando un "rico" o "pudiente" "dona" algo de su fortuna (en realidad migajas) para una obra social, el pueblo se maravilla, cuando en realidad tendría que ser un gesto honorable, pero común. El que da de lo que tiene es el verdadero héroe.
ResponderEliminarAl final acabamos siempre con la misma conclusión: el pueblo se ha dejado manipular de tal manera, que defiende a los verdugos y ataca a los héroes.
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