El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
Es algo deprimente comprobar que la Humanidad, pasados bastantes siglos, sigue sin caminar hacia delante. No perderemos la esperanza, no obstante, mientras haya personas capaces de darse cuenta de lo que no marcha en el mundo, y posea las agallas para denunciarlo.
Yo estoy descorazonada por esa idea, especialmente desde que me estoy documentando seriamente para una de las novelas que tengo entre manos. Si estudiáramos Historia (como el resto de conocimientos de letras, por eso es lo primero que eliminan los gobiernos dictatoriales) de verdad, no cometeríamos siempre las mismas idioteces y evolucionaríamos de una vez. Sin embargo, me pasa como a ti. Hay en mí todavía algo de esperanza cuando coincido con gente de todos los ámbitos que denuncia lo que va mal. De todos modos lo malo de las nuevas tecnologías es que ha dado mayor poder manipulador a los poderosos, que consiguen silenciar o poner la imagen de terroristas a aquellos que piensan en la sociedad. Recordemos lo que sucedió en Islandia. Ahora está claro que su actuación es el modelo a seguir (claro que su sociedad apoya la Educación pública y son conscientes de formar una gran familia). Bueno, para muchos ya antes lo era, por ello las potencias más poderosas (o bancos), temiendo que llegara esta información al resto de Europa, se las ingeniaron para que los viéramos como unos insubordinados incivilizados. En definitiva, hay gente que tiene el valor de denunciar las atrocidades porque se preocupa de su gran familia formada por otros ciudadanos. El problema está en que esa sociedad no sea capaz de abrir los ojos y conseguir evitar que lo sigan manipulando los verdugos. Por eso los poderosos están atacando tan cruelmente la Educación Pública y sus profesores, contra los que se emplean las más viles falacias que engañan a una sociedad inepta, incapacitada ya para pensar por sí misma. Hasta que ésta no espabile ni los intelectuales, ni profesores ni otras personas de bien van a conseguir la unión de la ciudadanía para que actúe por su propio bien y el de su descendencia. Otra vez más en nuestra historia, nos estamos dejando vencer y engañar por seres amorales.
Es algo deprimente comprobar que la Humanidad, pasados bastantes siglos, sigue sin caminar hacia delante. No perderemos la esperanza, no obstante, mientras haya personas capaces de darse cuenta de lo que no marcha en el mundo, y posea las agallas para denunciarlo.
ResponderEliminarYo estoy descorazonada por esa idea, especialmente desde que me estoy documentando seriamente para una de las novelas que tengo entre manos. Si estudiáramos Historia (como el resto de conocimientos de letras, por eso es lo primero que eliminan los gobiernos dictatoriales) de verdad, no cometeríamos siempre las mismas idioteces y evolucionaríamos de una vez. Sin embargo, me pasa como a ti. Hay en mí todavía algo de esperanza cuando coincido con gente de todos los ámbitos que denuncia lo que va mal. De todos modos lo malo de las nuevas tecnologías es que ha dado mayor poder manipulador a los poderosos, que consiguen silenciar o poner la imagen de terroristas a aquellos que piensan en la sociedad. Recordemos lo que sucedió en Islandia. Ahora está claro que su actuación es el modelo a seguir (claro que su sociedad apoya la Educación pública y son conscientes de formar una gran familia). Bueno, para muchos ya antes lo era, por ello las potencias más poderosas (o bancos), temiendo que llegara esta información al resto de Europa, se las ingeniaron para que los viéramos como unos insubordinados incivilizados. En definitiva, hay gente que tiene el valor de denunciar las atrocidades porque se preocupa de su gran familia formada por otros ciudadanos. El problema está en que esa sociedad no sea capaz de abrir los ojos y conseguir evitar que lo sigan manipulando los verdugos. Por eso los poderosos están atacando tan cruelmente la Educación Pública y sus profesores, contra los que se emplean las más viles falacias que engañan a una sociedad inepta, incapacitada ya para pensar por sí misma. Hasta que ésta no espabile ni los intelectuales, ni profesores ni otras personas de bien van a conseguir la unión de la ciudadanía para que actúe por su propio bien y el de su descendencia. Otra vez más en nuestra historia, nos estamos dejando vencer y engañar por seres amorales.
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