jueves, 3 de mayo de 2012

LA FALTA DE CIVISMO EN EL FÚTBOL.




Ya he mencionado más de una vez que me parece que se está empleando el fútbol como opio para el pueblo; que sirve para despistar la atención de éste como los emperadores romanos hacían con las cruentas luchas de gladiadores. El caso es que hoy jueves, día que solemos emplear para reflexionar sobre el civismo y su contrario, he de decir que la gente se vuelve loca en el campo y en el sofá ante el enfrentamiento de veintidós jugadores. No me refiero solo a la locura fanática estilo las adolescentes que se pintan la cara y gritan hasta la extenuación (y luego vuelven a gritar más) ante sus ídolos. No. Al menos ellas lo hacen desde el punto positivo. En fin, que no me refiero a eso, sino  a la falta de civismo que se hace patente entre muchos de los espectadores (porque, aunque no lo parezca por lo a la tremenda que se lo toman algunos, es un simple juego nada relevante para nuestra vida social).

Pues bien, me ha llamado negativamente siempre la atención el comportamiento chabacano e indigno de algunos (cada vez más) individuos que se dedican a gritar insultos y a hacer gestos insolentes con el dedo por el simple hecho de que el destinatario es un jugador del equipo contrario (a veces, incluso, del mismo). Ya sabemos que cualquier actitud incívica e inmoral refleja la falta de inteligencia social. A mí me da que se está empleando a los jugadores como chivos expiatorios de la angustia vital propia. Parece que olvidamos que los jugadores son personas –personas que ganan, inexplicablemente, millonadas; pero personas al fin y al cabo- y que no están ahí para la terapia psicológica de los energúmenos. Son chavales que no tienen porqué aguantar los improperios de unos anormales a los que la vida no va bien.

Me pongo en la situación de estos deportistas – como digo, a veces muy jóvenes- y me da coraje que tengan que sufrir estas estupideces. Tras esos millonajos tienen su corazoncito. Así entiendo que unos se hundan en la miseria (como pasaba a Benzemá en los primeros  años en el Madrid, porque esta afición es de la que peor trata a sus jugadores) y que otros, hartos, respondan con la misma moneda mandando con saña un balonazo contra el público (como Mesi en el Bernabeu) o  gestos infortunados (como Cristiano en el estadio del Athlétic de Bilbao). No los justifico, nada más lejos de la verdad, pero sí que entiendo lo que los ha llevado hasta allí.

Luego están los más inteligentes que pasan o hacen como Casillas. Esta situación que voy a relatar a continuación muestra hasta qué punto de decadencia ha llegado la sociedad española y, por tanto, la estupidez que ansía el tirano en su pueblo. ¡Qué fácil lo ponemos! El caso es el que sigue: en un partido cualquiera –irrelevante para lo que nos ocupa- los continuos improperios de un aficionado llaman la atención de este deportista. ¡Cuál fue su sorpresa cuanto observó que el emisor de tantos sapos era un crío de unos diez años que (ojo al dato) estaba junto a su padre! Como cualquier ciudadano civilizado el portero le dijo al padre (por llamarle algo, porque eso debería estar sancionado con cárcel) que a ver si educaba al niño. Aunque la prensa, como siempre, dio la información sesgada, considero que la del futbolista fue una actitud acertada, aunque no tengo todas conmigo que el progenitor de ese satánico chico  se le cayera la cara de vergüenza. De algún sitio lo ha aprendido el niño.



Además nos topamos con la idiotez de desear el mal, por ejemplo, al BarÇa cuando juega con el Chelsea. ¿No recordamos que es un equipo español, por muchas idioteces políticas que digan entrenador y presidente? O atletista cruzando los dedos para que el Madrid caiga en Champions. ¡Y eso que son de la misma Comunidad!

A esto se suman esas “bromas” salidas de tono estilo el Bernabeu como un inodoro.


Esto no es una guerra. Es solo un juego de escasa importancia real que sirve para entretener y apreciar la fortaleza física y técnica de los deportistas ¿Cuándo aprenderemos el valor que tiene ir con tu amigo del BarÇa o del Atlético mientras tú llevas tu camiseta del Madrid, del Betis o el que sea? ¿Qué más da? Las demás actitudes muestran una profunda idiotez y un mal corazón. Normal que nuestro país esté como está. A más de a uno se le debería caer la cara de vergüenza si tiene un poco de dignidad. 

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.