A
continuación, os dejo leer estos dos textos, que han quedado primero (a finales
de mes llegará su premio a casa: la película
Sombras Tenebrosas) y segundo. ¡Qué
los disfrutéis!
UNA PROMESA
Las promesas se hacen para cumplirlas. Soy un hombre de palabra.
Por esa razón, ante aquella mirada censora de mis compañeros de antología, tuve que comprometer, la semana anterior, mi asistencia solemne al acto, por encima de cualquier imprevisto.
Así lo hice: me levanté y —con el mejor de los disfraces a pesar de las circunstancias— aplaudí, contesté preguntas de periodistas y asistentes, firmé ejemplares a todo aquel que me lo pidió e incluso pronuncié unas palabras cuando así me fue requerido. Después, nos invitaron a cenar y yo les escuché a todos, nos hicimos fotos, compartimos bromas, confidencias, proyectos literarios y muchas esperanzas. Terminamos muy tarde. Nos despedimos embriagados con la mezcla del último chupito y la sensación de pertenecer a un gran proyecto literario, a una naciente amistad.
Ahora, muy agotado, regreso a mi lugar. Antes de cerrar los ojos pienso que todos debían estar muy ocupados para asistir a mi entierro hace dos días. Supongo que son detalles triviales, veleidades del ego.
Pero yo he cumplido, para eso se hacen las promesas: soy un hombre de palabra.
Fernando López
Guisado
ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD
EL PRIMER ENCUENTRO
No es muy común empezar una historia con un final, pero, para mí, fue el
comienzo de algo nuevo, excitante y cruel a la vez.
Los inviernos en Siracusa son muy fríos. Todas las noches me sentaba en
mi sillón y tomaba una taza de mi té favorito mientras leía el periódico local
que traía Michel. Era muy tarde para seguir leyendo; entonces escuché las
campanas de la torre del pueblo que sonaban a lo lejos, así que decidí
acostarme. Me levanté del sillón y, con los ojos medio cerrados, me puse a
buscar mi bastón. Cuando iba caminando hacia la puerta oí una voz que me
susurraba:
-
¡Piensa en el momento
más feliz de tu vida porque será la última cosa buena que recordarás!
Me asusté, sentí como los músculos de mi cara se encogían, y una fría
gota de sudor recorría mi espalda provocándome escalofríos, hasta que llegó a
la cintura del pantalón. En aquel preciso instante todas las luces de la casa
se apagaron; sentí unos dedos fríos sobre mi cuello y un dolor inesperado, punzante
e insoportable. Esa mano fría empezó a atravesar mi espalda y vi cómo aparecía
por el tórax, agarrando mi corazón que aún latía .
-
Ahora verás lo que es
vivir sin corazón. ¡Paga por tus actos!
-
Me desmayé. Por la mañana desperté en mi cama, pensé que
todo había sido un sueño macabro, hasta que me incorporé y vi a la doncella y
el ama de llaves destripadas, sus cabezas aplastadas. Mis manos estaban llenas
de sangre.
No soy un vampiro, ni un hombre lobo, ni ninguna criatura conocida hasta
el día de hoy. Lo que soy, lo tendré que descubrir.
David
Ferdek
No dudéis en comentar indicando vuestra opinión.
Abrazos a todos.
Mis felicitaciones para ese hombre de palabra que ha demostrado ser un auténtico caballero y para ese ser que no sabe lo que es pero que me disculpará que prefiera no ir a averiguarlo. Felicidades también para la audaz organizadora de este bonito concurso, por su trabajo y por el resultado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Guachimán. Espero poder hacer en poco otro certamen y que alguno de tus textos participe.
EliminarUn abrazo