Tras la presentación –un poco
decepcionante- de 12 +1 (yo incluiría en una antología a Ariadna García,
Antonio Daganzo, Fernando López, David Morello, Jorge Riechmann, tan
diferentes, pero tan semejantes…; y tras descubrir que José Guadalajara no sólo
es un portento como novelista, sino como poeta…también lo metería en el libro)
tuvo lugar un evento íntimo de excepcional calidad. Nos encontramos con la
siempre sonriente Ariadna García.
Nos deleitó con la lectura de composiciones
de sus dos nuevos poemarios en busca de editor (alucinada me hallo ante que
esto aún no esté publicado y haya otros textos…en fin, sin comentarios).
La reunión en
cuestión tuvo lugar en La Huelga , un bar que
cada mes convoca el Museo Salvaje al
que invita un artista.
Rodrigo (lo
siento, no recuerdo el apellido) presentó a Ariadna afirmando que en su poesía
se vislumbra la base de los clásicos grecolatinos y castellanos (es lógico,
teniendo en cuenta que se encargó de hacer una antología y un didáctico estudio
sobre la literatura del Siglo de Oro para Akal), pero actualizándolos al
reflejar vivencias nuevas. Y ejemplo de ello son Napalm (Premio Hiperión) y Apátrida (me fascina).
Y toma la
palabra Ariadna, que comienza la lectura del primer poemario, en el que
aparecen composiciones de estilos, temas y tonos diferentes. Va desde el canto
a la amistad (precioso poema el que inició el evento) a la crítica social (“la
veda púrpura”, buenísimos textos lo de esta temática), pasando por el amor (“el
hondo picotazo del amor”), por poemas en prosa (“con el paso de las estaciones
te vuelves insensible…”, “sé que no me esperabas…”, “piso el agua y la arena…”, por influencia
mística española y oriental (“océanos de fuego”).
La existencia
de esos diferentes estilos la explica en la última composición del libro que
funciona como poética: “a cuatrocientos grados bajo cero…”.
Respecto al
segundo poemario –La guerra de los
inviernos- gira en torno a las impresiones que le han suscitado Finlandia.
Así, de la
primera parte leyó “se perciben los cambios de ciclo de manera violenta”, “un
idioma es un encuentro…” y textos basados en el conflicto entre Finlandia y
Rusia.
La segunda
parte gira en torno a Laponia con textos como “el círculo polar es el lugar…”,
“en vamos en coche al norte…” (poema –en el que escapa del metro tradicional-
basado en su experiencia en un viaje en automóvil por el invernal paraje),
“junto a los lagos helados…” (el viaje de vuelta), “el trineo avanza por la
nieve…” (experiencia montando en trineo del que tiraban unos haskies y que
conduce a una sensación muy pura lejos
del mundanal ruido).
Me encantan.
Yo los quiero en libro ya.
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