Artículo publicado en L´Artmaniaque en febrero de 2005.
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Te has preguntado alguna vez por qué a los madrileños se los llama gatos? Hoy descubrirás el secreto, pues relataremos el hecho (real o legendario, porque Madrid también tiene leyendas, y muchas) que lo originó.
Hace mucho tiempo, siglos, cuando Madrid aún era musulmana, los cristianos castellanos reconquistadores pretendían hacerse con la ciudad. Mas eran poco numerosos y las murallas no caían con nada.  |
| Restos de las murallas árabes . |
Desesperados, miraron hacia arriba, buscando un lugar que permitiera ascender por el macizo muro que defendía la ciudad. Tal vez soltaron un suspiro de impotencia al comprender que no había manera de atravesar esa monumental y protectora muralla. Sin embargo, en medio de la decepción y del halo de derrota que envolvía a los cristianos, se oyó: <<mirad allí. ¿Qué hace? Va a matarse>>. Algunos pares de ojos centraron su atención en observar el lugar indicado. Allí, en la muralla, un joven, que no se daba por vencido, ni corto ni perezoso, ascendía trepando por las lisas murallas con tal facilidad como si fuera… sí, un gato. El joven logró su propósito, alcanzando la cima de su montaña de ladrillo. Y los cristianos reconquistaron la ciudad, una ciudad que siempre ha sido y será multicultural y multirracial.
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| Alfonso VI ordena tomar Madrid |
El nombre del joven intrépido fue olvidado por su pseudónimo el gato, que acabó por designar a todos los madrileños.
Tal vez este relato tenga algo de cierto, aunque acabaría exagerado para aumentar la proeza cristiana y demostrar que Dios estaba con ellos, que quería que la Península fuera cristiana.
No puedo dejar de sentirme orgulloso, como "gato" de pura cepa, je, je, por lo que mis antepasados hicieron. Se ha dicho muchas veces que Madrid no tiene historia, que es una ciudad muy fea, que no tiene las raíces de otros lugares de la geografía española...Siempre fui y seré un defensor acérrimo de, como diría un amigo, "el lugar que me vio nacer". Madrid es una ciudad cosmopolita, con una boina de contaminación que asusta a los visitantes a kilómetros de distancia. Hay muchos coches, prisas, personas que no miran a la cara sino a sus relojes, o que miran sin ver. Rascacielos, grandes avenidas, y obras, muchas obras. Pero Madrid también es la Plaza Mayor, la de Oriente, el Retiro, el Madrid de los Austrias, el literario, los Museos...y las leyendas que, como éstas, hacen de nuestro hogar algo inmortal.
ResponderEliminarJa, ja, ja. La contaminación no solo asusta a los visitantes. Estoy de acuerdo en que Madrid tiene su cara negativa (solo hay que intentar caminar por la Gran Vía en Navidad); pero su historia y sus numerosas leyendas le dan ese toque de misterio que deben tener todas las ciudades. ¡Lástima que acabaran con la mayor parte de restos arqueológicos para urbanizar y ganarse unas perrillas!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.