Fragmento del muro de los Nueve Dragones, Ciudad Prohibida de Pekín. |
Uno de
los seres más representativos de la mitología china es el dragón Sin embargo,
se diferencia de la imagen del occidental.
Tenemos en mente los dragones medievales o del género narrativo de épica
fantástica. Éstos lanzan fuego desde sus poderosas mandíbulas y vuelan con sus
alas semejantes a las del murciélago, pero de gran tamaño. Sin embargo, los
dragones chinos no escupen fuego, sino que de ellos surgen nubes.
Su
forma nos resulta curiosa. Presenta cabeza de camello, cuernos de ciervo, ojos
de demonio, orejas de vaca, cuello de serpiente, vientre de molusco, cuerpo
cubierto de escamas, garras de águila y zarpas de tigre. Con todo, a veces
aparece con apariencia humana, momento en el que se une a mujeres para tener
hijos extraordinarios.
Muro de los Nueve Dragones |
Al
contrario del dragón occidental, el chino es un animal benéfico, aunque, a
veces, su cólera puede producir tempestades e inundaciones. Es, por tanto, el
agua su medio natural. Por eso controla la lluvia o las aguas tanto de los ríos
como de los lagos.
El
dragón vive en palacios de cristal que existen bajo las aguas. Siempre está
rodeado de grandes tesoros que guarda. Y, a pesar de que esto recuerda al occidental,
es un espíritu inmortal.
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