El gobierno dejó de interferir en nuestra
vida musical muy pronto, posiblemente porque decidieron que la música no es un
arte ofensivo. No es semántico. No lleva significados en la misma forma que
literatura, poesía, teatro o cine. Así que no les interesaba. Nunca he sentido
presión para escribir de una determinada manera. Pero tras mi primera sinfonía
me di cuenta de que estaba escribiendo en un estilo que no me llevaba a ninguna
parte. Así que decidí empezar de nuevo, trabajar desde las bases en mi lenguaje
musical.
Witold Lutoslawski
Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.