Espléndido trabajo de Jordi Évole y su equipo en un reportaje que sigue a otros sobre la crisis (Miedocracia. Pesadilla antes deNavidad). Como siempre, Jordi y su equipo nos presentan una labor que nos conduce, cuanto menos, a reflexionar sobre el mundo y lo manipulables que somos. Con la frescura que lo caracteriza se acerca a uno y otro bando dejando en evidencia a los amorales que nos han llevado a esta situación, así como a nosotros mismos por permitírselo.
El reportaje tiene el hilo conductor de una serie de libros dedicados al asunto económico. De manera que Jordi irá entrevistando a cada uno de los autores seleccionados (labor de investigación loable, ya que es una muestra muy didáctica de lo que sucede en la actualidad y lo que nos ha conducido a este presente), siempre con cierto toque de humor, cuya trampa atrae a algún despistado. Me parece uno de los reporteros más inteligentes del momento, porque con su cara de no haber roto un plato y su suave tono engatusa hasta al más impresentable.
La primera entrevista es al economista y periodista Joaquín Estefanía. El diálogo gira en torno al miedo que, en gran parte, ha originado el tremendismo del periodismo actual, lejos de la supuesta objetividad narrativa que debería guiarlos. Y todo para vender más periódicos del resto. ¿Dónde ha quedado la prensa seria? Ésta ha urdido los hilos del miedo como modo de venta (algunos controlados por ciertos políticos) y ha ayudado a hundir un estado. Y nosotros, los ciudadanos de a pie, hemos caído como inocentes moscas que aún creen que los medios de comunicación son la verdad irrefutable.
Ejemplos de dicha hipérbole tremendista nos la ofrecen los mismos Jordi Évole y Joaquín Estefanía con titulares de la prensa más relevante de nuestro país: Paro desbocado, La España insostenible, La cumbre del euro fracasa. Si nosotros mismos cavamos nuestra propia tumba, ¿qué no harán los demás?
Joaquín Estefanía asegura que <<el miedo es fiel aliado del poder>>. Ejemplo claro lo tenemos en la Edad Mediala Corona , ser éstas elegidas por la divinidad). Otra muestra la tenemos en las dictaduras (nosotros tenemos una muy cercana en el tiempo, aunque pretendamos olvidarla), que emplean el terror de la violencia y el asesinato.
La cuestión que se hace a continuación en el reportaje es: ¿a qué conduce dicho miedo? La respuesta es clara, y así lo muestra Joaquín Estefanía: anestesiar a la ciudadanía para que ésta no se indigne ante las barbaridades que se le ocurra al poderoso del momento (recortes educativos, sanitarios, sociales, laborales e, incluso, permitir el ascenso a los tecnócratas).
Se hace una encuesta con trampa, como todas las que se hacen en sus reportajes, con el fin de hacernos ver hasta la absurdez mayúscula que podemos alcanzar.
La pregunta es la siguiente: <<¿a qué derecho renunciarías para no perder el trabajo?. Se dan cuatro opciones, correspondientes a cuatro derechos básicos que deberían ser inamovibles e indescartables: a) huelga, b) libertad de expresión, c) sanidad pública, d) voto.
Curiosamente la mayoría cae en la trampa (haciendo ver cuán manejables somos y la poca fortaleza moral que tenemos) eliminar el derecho a huelga (así, para que nos exploten como al proletariado del XIX; ¡pero qué pronto olvidamos!) y el derecho al voto (como nos ha ido tan bien en las dictaduras…, aunque alguna listilla afirme que el que no haya voto no quiere decir que haya dictadura; ¿pero qué hacías durante la clase de Historia?).
Ante estas decisiones, la encuesta se complica más al ofrecer únicamente dos opciones: a) libertad de expresión y b) sanidad pública. Atención que abandonamos el derecho a que nos atiendan a todos en lo referente a la salud, considerando que con un miserable sueldo vamos a tener para pagar una sanidad centrada más en ganar dinero que en curar. Vaya pánfilos que estamos hechos.
Para terminar esta primera entrevista, Jordi Évole y Joaquín Estefanía se dirigen a la nueva sede de Goldman Sachs en España, aunque allí no existe ninguna indicación. De ahí que el reportero haga una de las suyas.
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