Hoy, día de la madre, vamos a recordar una de las características que une a las madres.
En la Antigua Grecia, surgieron las Olimpiadas como modo de honrar a los dioses y de llevar a cabo treguas a las guerras que presionaban continuamente a las polis griegas.
Existían diferentes ámbitos de competición, pero destacaba el atletismo, en la que los hombres participaban desnudos. Por lo tanto las mujeres tenían prohibido el paso. Incumplir esa norma estaba castigado con la muerte. Sin embargo, ser seleccionado como atleta de las Olimpiadas era un honor tan grande que una madre orgullosa de su hijo hizo lo posible por ver su actuación. Se disfrazó de hombre y se unió al resto del público masculino. Nadie se dio cuenta. Nadie hasta que su voz se escapó como aliento para su hijo.
Su amor de madre se pagaría con la vida, como estipulaba la ley, mas los dioses quisieron intervenir. La mujer era la madre de un atleta campeón. Y eso le salvó la vida.
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