sábado, 17 de agosto de 2013

LA DANZA CONTEMPORÁNEA.


En primer lugar hemos de evitar emplear danza contemporánea y moderna como sinónimos, pues son entidades diferentes. La primera aparece como rebeldía al encorsetamiento del ballet, pero con la alta base de la técnica de ésta. En cambio, la danza moderna incluye pasos de Michael Jackson, por ejemplo.

La danza contemporánea tiene sus inicios a finales del XIX en el momento en el que una serie de bailarines ven asfixiada su creatividad a causa del encorsetamiento que produce el ballet. Sin embargo, este movimiento irá cobrando más importancia  a lo largo del XX, especialmente tras la I Guerra Mundial, como uno más de los vanguardismos artísticos del momento. Hemos de referirnos a la escuela que formaron Ruth St. Denis y su esposo en 1915. Allí exploraron y mezclaron otras danzas del mundo como la española, la oriental o la africana, enriqueciendo la expresión. De aquí salió la gran Martha Graham (que formó un festival a fin de recaudar dinero para las Brigadas Internacionales que ayudarían a la República en la Guerra Civil española), quien creó su propia escuela en 1927 y no cesó de bailar hasta más de los setenta. Su técnica se basaba en la contracción y relajación del cuerpo. Uno de sus discípulos, Merce Cunningham unió las novedades con el ballet clásico. De esta manera puede verse que cada bailarín iba aportando riqueza a la danza contemporánea hasta convertir lo que eran innovaciones individuales en características de este tipo de arte.

En España también se dio tal modificación de la danza, pero tuvo una oleada nueva en la década de los setenta, justo en el momento del fin de la Dictadura y del inicio de la transición. Fue en ese momento cuando se pudo mostrar al público lo que se venía haciendo desde hacía tiempo en los estudios. Muchos de los bailarines marchan a otros países a prepararse y traen los conocimientos aprendidos en los años ochenta. Así sucedió, por ejemplo, con Nacho Duato, que se hizo con la dirección de la Compañía Nacional de Danza en los noventa, otorgándole una forma contemporánea.

Aunque suele diferenciarse entre el estilo europeo y americano, la verdad es que la danza contemporánea la compone un crisol de estilos: de lo más serio a lo más burlón, del expresionismo de Rudolf Laban  a la emoción más sencilla. Como puede comprobarse, la característica básica es la libertad.


Incorporo unos ejemplos de danza contemporánea, aunque recuérdese que existen diferentes estilos.



Y, por supuesto, la extraordinaria técnica de los bailarines de Víctor Ullate.
 Diferentes estilos, distintas músicas; en grupo, en pareja o individual; pero siempre transmitiendo sensaciones, emociones o conceptos.

En próximas entradas indicaré los pasos básicos de esta danza.
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2 comentarios:

  1. Gracias por ilustrarnos en un mundo del que yo, personalmente, desconozco prácticamente todo. Cualquier movimiento me parece dificilísimo, y de un mérito enorme. La preparación física debe ser brutal, y sólo así pueden conseguirse buenos resultados. Luego está la emoción que se desprende y se transmite al espectador, como un juego de belleza corporal que llega al público.

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  2. Es impresionante observar cómo el cuerpo expresa todo lo que siente en movimientos sencillos y pasa a algo tan complejo. Específicamente en la evolución de la danza volvemos a encontrar esa expresión tan necesaria del ser humano, la de protesta, cómo es que este arte iba evolucionando influenciado por su contexto histórico: el final de la Primera Guerra Mundial, el final de la Dictadura, en fin, todo un proceso en el cual, los ideales humanos se ven meramente reflejados.
    Gracias por la información proporcionada, en lo personal, no conocía con exactitud sobre éste tema y al ser una disciplina que me encanta por su precisión y disciplina, me es fundamental conocer cómo es que surge y las formas que van adquiriendo.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.