sábado, 13 de julio de 2013

GÉNEROS LITERARIOS II: GÉNERO ÉPICO - NARRATIVO




  1. EL GÉNERO ÉPICO – NARRATIVO.

    Pertenecen al  género épico – narrativo aquellas obras literarias en las que un narrador relata los hechos sucedidos a unos personajes en un tiempo y un espacio. Aunque ahora sean más común las obras épico – narrativas en prosa, también existen en verso.

    Dentro del conjunto de obras épico – narrativas existen subgéneros, tanto en prosa como en verso.


    2.1. SUBGÉNEROS EPICO – NARRATIVOS EN VERSO.

    En la Antigüedad no existían  medios de comunicación como los periódicos, la radio o la televisión, las gentes recibían la información sobre las hazañas de sus héroes a través de los poemas épicos. En estos poemas se narraban hechos reales a los que se añadían episodios fantásticos para entretener al público y excitar su imaginación.

    Los poemas épicos solían ser recitados o cantados por aedos en los palacios de Antigua Grecia y por los juglares en las plazas de la Edad Media.

    Según sus características propias, existen tres subgéneros de la épica – narrativa en verso: epopeya, cantar de gesta y romance.
3.1.1. EPOPEYA.

La epopeya es un subgénero épico – narrativo escrito en verso en el que se relatan las hazañas bélicas de unos dioses y héroes, enseñando los valores de una sociedad.

Ejemplos de epopeyas  de la Antigua Grecia son La Iliada (narra las hazañas de los dioses y héroes en la guerra de Troya) y La Odisea (relata las aventuras de Ulises en su viaje de vuelta a casa tras la guerra de Troya).

2.1.2 CANTAR DE GESTA.

Al caer el Imperio Romano de Occidente por la invasión de los bárbaros, la literatura y cultura en general desaparece. De modo que los medievales se ven obligados a volver a crear todo lo que ya habían inventado los griegos y los romanos.

 Al empezar a crearse las nuevas naciones y reinos en la primera época de la Reconquista ante los musulmanes, las hazañas de los cristianos se relatan de pueblo en pueblo gracias unos poemas recitados por los juglares.

El cantar de gesta es un subgénero épico – narrativo escrito en verso en el que se relatan las hazañas de un héroe nacional que contribuye a la creación de un país, como ocurre en el Cantar de Mio Cid.

Se componían por versos de dieciséis sílabas con rima asonante (solo riman las vocales). Los hablantes del castellano solemos respirar a la octava sílaba. Para que los juglares no se quedaran sin aire y se mantuviera el ritmo del poema, a la mitad de cada verso había una pequeña pausa para tomar aire y continuar recitando el verso. Es pequeña pausa se denomina cesura, que dividía cada verso en dos partes o hemistiquios e ocho sílabas.


¡Qué-bien-que es-ta-ba-lu-chan-do / so-bre-su-do-ra-do ar-zón,  15 + 1=16
 


Hemistiquio 1                                    hemistiquio 2
 


                                          Cesura.

Don-Ro-dri-go-de-Vi-var,            /   e-se-buen-Cam-pe-a-dor!      15 + 1=16

 


Hemistiquio 1                                    hemistiquio 2
 


                                            Cesura
 



2.1.3. ROMANCE.

Al pasar el tiempo, el pueblo conocía ya los cantares de gesta. Por eso pedían al juglar que solo cantara la parte que más le gustaba. Los juglares se dieron cuenta de que si cantaban menos, estarían menos tiempo trabajando y los oyentes les darían menos dinero. Así se les ocurrió que la pequeña pausa de la cesura se hiciera más marcada, tanto que ya no distinguía hemistiquios de un mismo verso, sino dos versos diferentes.
Así surgieron los romances, poemas épico – narrativos de versos octosílabos con rima asonante en los pares.


¡Qué-bien-que es-ta-ba-lu-chan-do 8

so-bre-su-do-ra-do ar-zón,     7 + 1=8

Don-Ro-dri-go-de-Vi-var,      7 + 1=8

E-se-buen-Cam-pe-a-dor!      7 + 1=8

Los romances eran poemas pertenecían a la literatura oral, es decir, no estaban escritos. El juglar lo sabía de memoria, lo cantaba a otras personas que podían aprenderlo y cantarlo para que lo memorizaran  otros. Por eso aparecían variaciones. Piensa en los chistes, por ejemplo, uno lo aprende, lo cuenta a otro, esta persona se lo relata a otra pero ya no es exactamente igual que el primero.

Se conservan algunos romances gracias a que en el siglo XV autores cultos se vieron atraídos por esos poemas del pueblo y los escribieron en obras que reunían muchos de ellos. Esas obras recopilatorias de romances se llaman ROMANCERO. Existen tipos que ya estudiarás más adelante.


2.2. SUBGÉNEROS ÉPICO – NARRATIVOS EN PROSA.

Ya has visto que las primeras narraciones se hicieron cantando en verso, pero también existen en prosa.

Algunos subgéneros épico – narrativos en prosa son: el mito, la leyenda, el cuento y la novela.

            2.2.1. EL MITO.

El mito es un subgénero épico – narrativo escrito en prosa creado por las antiguas culturas para explicar la realidad.

Un ejemplo es el mito griego de Deméter, Proserpina y Hades.

Deméter, la diosa griega de la agricultura, tenía una hija muy bella de la que se enamora Hades, dios del mundo de los muertos. Éste pide la mano de Proserpina a Deméter, quien, al no querer que su hija viva en el reino de los muertos, se niega. 

            Entonces, un día en el que la bella Proserpina juega con sus amigas en el campo, irrumpe Hades con su carro tirado por caballos negros y rapta a la joven.

            Al ver que su hija tarda en volver a casa, Deméter se preocupa y va en su busca. Recorre el mundo, pero no la encuentra hasta que una día el dios Apolo (representaba el sol que todo lo ve) le cuenta que Hades la ha raptado.

            Encolerizada, Deméter va en busca del rey de los dioses, Zeus, para pedir justicia. Llamado por éste, Hades acude al Olimpo (alta montaña en la que vivían los dioses griegos). Zeus le ordena que devuelva a Proserpina a su madre, pero Hades responde que no puede hacerlo, pues quien coma del fruto del reino de los muertos, la granada,  deberá quedarse y la joven ha tomado tres granos.

            Ante el enfado de Deméter, Zeus decide lo siguiente: durante seis meses Proserpina estará con su madre y los otros seis con su esposo Hades.

Cuando Proserpina está con su madre, la tierra está repleta de  flores y frutos; pero cuando la joven marcha al mundo de los muertos, Deméter se entristece tanto que olvida prestar atención al cultivo, cayendo las hojas y cubriéndose todo de nieve.

Así explicaban los griegos las estaciones del año. Cuando Proserpina estaba con su madres y todo florecía, era la primavera y el verano; sin embargo, cuando Deméter se quedaba sola y olvidaba su tarea, se daba el otoño y el invierno.

2.2.2. LA LEYENDA.

La leyenda es un subgénero épico – narrativo escrito en prosa en la que relatan hechos basados en la realidad pero exagerados. Por ejemplo, la guerra de Troya sucedió en realidad, pero los griegos no entraron en Troya gracias a la magnífica idea de la construcción de un enorme caballo en el que se escondieron. En realidad, hubo tal terremoto que parte de la gran muralla troyana cayó. Así pudieron entrar los griegos tras diez años de lucha. Claro está que cuando los griegos crearon la narración de sus hazañas no iban a decir que fue una casualidad su victoria. Como querían presentarse como la sociedad más inteligente,  inventaron el motivo del caballo de Troya.

2.2.3. EL CUENTO.

El cuento es un subgénero épico – narrativo en prosa en el que brevemente un narrador relata los hechos simples de unos personajes muy sencillos (presentan solo una virtud – el valor o la generosidad - o un defecto – como la cobardía o la avaricia-).

Los cuentos se inventaron en la antigüedad para educar a los futuros reyes o los niños en unos valores impuestos por la sociedad del momento. En la actualidad ya no entendemos el significado oculto de esos cuentos tradicionales.

Un ejemplo es el cuento de Caperucita roja. En realidad este relato va dirigido a las niñas que van a convertirse en mujeres (en la Edad Media no existía la idea de adolescencia, cuando la niña tenía su primera regla ya era mujer y, por tanto, ya podía casarse desde los diez años). En ese momento las mujeres solo viven como propiedad del hombre, ya sea del padre ya del esposo. Lo único que poseen ellas es su virginidad. Deben llegar vírgenes al matrimonio. Si no lo hacían se deshonraban a ellas misma y a su familia, que, como poco, las desheredaban. Entonces es razonable que se intentara educar a las niñas de tal modo que protegieran  su virginidad hasta el contrato matrimonial que decidiera su padre. Caperucita roja simboliza a la niña hecha mujer con su primera menstruación, siendo un blanco fácil para los lujuriosos hombre (el lobo); pero cuidada por el hombre que elija el padre (el cazador).


2.2.4. LA NOVELA.

La novela es un subgénero épico – narrativo escrito en prosa donde, extensamente, un narrador relata los hechos complejos que les suceden a unos personajes (parecidos a los seres humanos en su comportamiento) en un espacio y tiempo determinados.


La primera novela tal como la conocemos hoy en día es El Quijote, de ahí su importancia.

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2 comentarios:

  1. Muy completo. Gracias por compartirlo con todos. Es bastante común el recelo de muchos a dar a los demás lo que está en su poder. Creo que lo toman como marca de la casa, tanto en lo referente a apuntes para preparar exámenes, como los profesionales de la enseñanza para dar las clases. Alegra encontrar gente desprendida como tú.

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  2. A mí también me parece interesante, aunque no acabo de estar de acuerdo con la denominación "épico-narrativo"; al fin y al cabo la épica no es más que una parte de la narrativa. Yo suelo usar la clasificación de Harold Bloom: narrativa teocrática -mito-, aristocrática -la épica- y democrática -la novela. (Alguna vez he dicho a los alumnos que no confundan la épica con la hípica, pues una tiene que ver con los caballeros y otra con los caballos.)
    También suelo decir que, aunque la novela moderna empiece con Cervantes, la primera novela es la Odisea. Porque Odiseo es un héroe, pero sus ansias son las de un hombre de a pie: volver a su tierra, su casa, su padre, su mujer, su hijo... (Uno de los personajes más entrañables es Calipso, que será una diosa bellísima, pero en el fondo es una mujer sola que no quiere más que tener un hombre a su lado. Otro, el perro Argos.)
    Por cierto, la confusión de palabras similares da pie a muchas anécdotas. Alguna vez he tenido que decir a los alumnos que la épica se refiere a los caballeros y la hípica a los caballos.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.