Pensar que se hace algo tan cotidiano como coger el tren, dejar la propia seguridad a los expertos y resultar que la delicada cinta de la vida se rasga sin aviso alguno...;una llamada de atención a cómo malgastamos nuestro tránsito por el mundo creyéndonos dioses y centrándonos en nimiedades. Una lección que nos llega de una triste manera: parte de esta gran familia que es la Humanidad ha herido nuestra alma con su falta.
Desde El Ballet de las Palabras, mi afecto a todos aquellos a los que les ha tocado esto de cerca.
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Nunca sabes cuándo te llegará el momento. Descansen en paz, y un abrazo para las familias.
ResponderEliminarDemasiado pronto ha sido.
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