Según una narración lakota
(indios norteamericanos), el espíritu de Wakan Tanka (Gran Misterio) se
encontraba en el primer día, Inyan (Roca). Salvo Han (Negro de oscuridad) nada
más existía. Inyan estaba impaciente por
mostrar sus poderes, pero no podía enseñárselos a nadie más. Por eso, con su
propia sangre, creó a Maka (Tierra) y las aguas, de donde surgió la bóveda
celeste Skan. Éste fabricó el Sol (Wi) que brilló y calentó el mundo por el
orden de Skan. Los cuatro dioses se reunieron y observaron que todos procedían
de Wakan Tank, de modo que cada uno de ellos representaba una faceta de él.
Las divinidades se sentían solas,
por lo que crearon otras manifestaciones
del dios.
Primero crearon las divinidades
asociadas, a saber: Luna, Estrella Fugaz y Ave Trueno; después a los dioses
afines (hombres, osos, búfalo, Cuatro Vientos y Torbellino).
El último grupo lo conformaban
los seres semejantes a los dioses, que se vinculaban a lo espiritual y sagrado.
Pertenecen a éste: Nagi (fantasma de los muertos), Nagila (semejante a una
sombra), Niya (vida o aliento) y Sicun (poder espiritual).
Estas cuatro facetas o Tob Tob
(cuatro – cuatro) son las manifestaciones de Wakan Tanka.
Me encanta la sensibilidad de las diferentes culturas para elaborar sus mitos. Es muy enriquecedor conocer los variados modos de contar un mismo suceso o preocupación, ya que continuamente observamos en este apartado mitológico que prácticamente todas las culturas instentan explicar los mismos fenómenos y en ciertos aspectos lo hacen de manera parecida, si bien haciendo gala de su diversidad. ¡Para que luego algunos digan que tenemos que ser todos iguales!
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