sábado, 29 de septiembre de 2012

IX CAFÉ LITERARIO VOCES DE DICKENS: LA RELACIÓN ENTRE LITERATURA Y SOCIEDAD.



Como muchos sabéis, ayer tuvo lugar el primer Café Literario de Escritores de Rivas de la temporada: Voces con Dickens, voces contra la injusticia.

Los presentes abrimos boca con las palabras de Manuel Hernández, un verdadero alegato contra las injusticias que, tristemente, relacionan con fuerza el XIX con la actualidad. Se quejó del olvido que sufre la cultura en estos momentos, a pesar de la importancia para la sociedad, a la que intenta despertar de su letargo, del miedo. Y esto entronca con el valor del humor gráfico como muestra de crítica de la realidad, pues el humor vence el miedo. Y es que sufrimos injusticias equiparables a las del XIX, aunque los artífices han cambiado el nombre. Si antes era la aristocracia quien jugaba con el pueblo, ahora  los nuevos explotadores son los banqueros, grandes empresarios, etc. Y eso no puede permitirse. Por eso, la literatura y los intelectuales en general tienen una gran responsabilidad, por caridad y por civismo: mover conciencias con sus medios. Personalmente, estoy totalmente de acuerdo, punto por punto, con Manuel: la literatura es belleza, arte, pero está completa y no es una mera literatura comercial cuando se preocupa por el ser humano y hace cambiar algo en el alma del lector.

Tras esta entrada de Manuel, tomó la palabra un escritor torbellino, un escritor ejemplo claro de lo que Manuel pide en su presentación. Y es que Fernando López es un escritor completo, de los que mueve el alma del lector y del oyente, unas veces con una evidente angustia otras con un humor esperpéntico y surrealista que esconde el dolor por lo que ocurre en la actualidad. En definitiva, Fernando tomó el testigo de Manuel y habló sobre la literatura y su papel social.
En primer lugar, nos advierte que considera que escribir es un acto de soledad pero mirando  a la sociedad. Y es que tanto la literatura como el resto del arte han tenido una relación amor y odio con el poder. Entonces nuestro autor recuerda que ha existido siempre una discusión sobre si la literatura es social o si es sólo mera belleza. Y cita: la escritura nunca es neutral. Un hombre sin ideología es un ser mutilado.
Nos recuerda que ante esas injusticias  muchos escritores –desde el inicio de la historia de la literatura- han actuado mediante sus textos a fin de movernos a ser mejores personas. Recuerda que en nuestra propia literatura tenemos una gran tradición social. Y aquí apostillo yo que sólo hemos de recordar las cantigas de mal decir, La Celestina, Lazarillo de Tormes, El Quijote, El sí de las niñas, Fortunata y Jacinta, Unamuno, Valle – Inclán, Lorca, Aldecoa y un largo etc. Es curioso que lo que consideramos buena literatura no es sólo pericia con la palabra, sino que tiene un gran contenido humano. Y personalmente creo que es esto lo que falla a la llamada literatura comercial, la unión magistral de ambos elementos de la esencia de lo que sí es Literatura.
Además, nuestro poeta reivindica la preocupación social de otras formas literarias y a simple vista pueden pasar inadvertidas por un lector despistado. Y también estoy en total acuerdo con Fernando aquí. Y es que el valor simbólico  de la épica – fantástica, el género de terror o el de ficción oculta una queja y una crítica social que también desea mover la conciencia del lector, aunque su forma de llegar no sea tan evidente como la que suele considerarse literatura social. ¡Bravo, Fernando!
Lo ejemplifica con los textos de Tolkien –que bien sabemos que simbolizan el peligro del mal que acecha y que se concreta en su época con las guerras mundiales y la problemática alemana-, Drácula –para Fernando representación de una aristocracia que chupa la sangre, que explota al pueblo-, la literatura de zombis (representación de esta sociedad sometida, descerebrada, consumista, brutal, y que sólo se preocupa por extender esa enfermedad de consumismo y descerebramiento  a los demás) y la ciencia – ficción de H. G. Wells, Ray Bradbury (Fahrenheit 451).
Advierte que para él la verdadera literatura social no es lo que se suele llamar así, sino la que muestra al hombre sometido. Ejemplifica con el Diario de Ana Frank y Lanzadera en una cripta de Wole Soyinka.
Termina su intervención con la lectura del poema Fuga de Muerte, de Paul Celan

Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita

Después de la lectura apasionada de Fernando López, hace entrada nuestra querida Elena Muñoz. En primer lugar nos recuerda que el otro coordinador y escritor José Guadalajara no puede estar presente ya que se halla en un encuentro de escritores en Calatayud.
Después, entra en materia uniendo la temática del Café con un recuerdo de la infancia, la visión de una película que le da a conocer a Dickens. Y nuestra combatiente intelectual asegura que la cultura ha de estar al servicio de la sociedad, teniendo la obligación y la responsabilidad de llegar a los demás. Así que ese es el papel de los intelectuales: observar la realidad y mover conciencias, pero desde la calidad del arte literario. Ejemplifica con un texto de su blog: Mira la pancarta...
A continuación comienza la tertulia moderada por la misma Elena Muñoz. Participan tres escritores de categoría. Empiezo por el invitado: Alfonso Gutiérrez Villacañas, Ricardo Virtanen y José Luis Morante.
El primero es autor de la novela Los olvidados del orfa, una obra que, según el propio autor, escribió más como medio terapéutico que como crítica social. Pero quiere plasmar que el ser humano –y en especial un niño- puede aguantar  o acostumbrase al frío y el hambre, pero no a la falta de cariño. Además fue un regalo para todos los que estuvieron en el orfanato, esos niños que tienen ya ochenta y un años o unos cuarenta, para que se los recuerde. Y todas estas vivencias se plasman en el libro desde el prisma de un niño aunando también alegría, pues los seres humanos olvidamos lo malo para poder vivir. Es posible que por ello sus compañeros de agonías lo consideraran  suavizado respecto a la realidad. De cualquier modo, todo esto lo dice mejor Elena en una de las entradas de su blog.

La moderadora pregunta a los contertulios qué papel juega el escritor ante las situaciones: ¿refleja la sociedad o la denuncia?
Comienza Virtanen respondiendo que la literatura es social en sí. Según el autor, toda la literatura es social porque estamos determinados por el contexto. No vivimos en una burbuja. Eso sí, la propiamente social se rebela contra el sistema, porque la literatura es una arma cargada de futuro. De esta manera puede tener una gran incidencia en la sociedad. Y pone como ejemplo actual a Riechmann (me encanta este poeta; si no os habéis hecho con su nuevo poemario ¿a qué esperáis? Es una maravilla tanto en lo literario como en el formato, que imita la libreta que lleva siempre encima un poeta).


Interviene entonces Morante, indicando que la literatura de Dickens no es social y que su forma de escribir es propia de la época victoriana. Entonces, nos recuerda su contexto y su vida. No voy a repetirlo aquí. Podéis leer la información en este enlace.

Si habéis prestado atención al título del enlace, os habréis dado cuenta de que no estoy de acuerdo con las palabras del poeta.
Morante indica que la literatura es un fin en sí mismo, no un medio. Pero es inspirador.
Elena hace  la siguiente pregunta: entonces, ¿los autores sólo queréis un fin estético o también mover?
Virtanen presenta la poesía como una toma de conciencia, como una forma de alertar, de llamar la atención sobre algo. Y Morante considera que un escritor no hace pasquines; hace denuncia, pero la escritura es por sí misma. Añade que Dickens es una autor social si lo definimos como plasmador de personajes fuera de la aristocracia. Para Virtaren, además, es una autor idealista que repite estereotipos en varias novelas, como es la figura del niño. Le preocupa la injusticia porque está en el entorno literario.
Concluye la tertulia con la lectura de un capítulo de la novela de Alfonso Gutiérrez Villacañas. Una maravilla. Seleccionó un texto inocente y divertido dentro de ese ambiente de orfanato.

Tras unos diez minutos de descanso, Virtanen se pone su sombrero  y pasa de poeta a cantante, como indica Elena.
Primero toca una pieza instrumental con sabor brasileño. Al concluir, nos confiesa que su labor de músico continúa, pero que la de cantante la había abandonado y ha tenido que prepararse por la insistencia de Elena. Y me alegro que esta mujer tan persuasiva lo haya convencido. Una voz muy bella.
Nos canta Pero estás aquí, una composición social y muy al hilo de la velada.
Nos relata que en su juventud como canta – autor musicaliza poemas de varios autores, entre ellos Volver de Gil de Biedma. Mandó el resultado al autor, pero él, ya enfermo y nominado para el Cervantes (que no obtuvo), no le respondió. Y poco después murió. ¿Qué pensaría el poeta de sus versos musicados?
La siguiente canción fue compuesta por un Virtanen en duermevela tras sufrir una extraña pesadilla: Ojos negros.
Y por último, nos pide que palmeemos al ritmo la última canción: Ven cuando te vayas.
Como veis, un Café Literario completo e interesante que concluyó con un lujo musical. Sólo faltó un ingrediente: José Guadalajara.

2 comentarios:

  1. Estupenda crónica del evento, muchas gracias por tus apreciaciones, salvo en lo mío estoy totalmente de acuerdo. Y, es más, opino que los escritores PUEDEN cambiar la realidad. Ejemplo: HG Wells; sin él nadie pensó en un "rayo calorífico". Hoy existen esos rayos láser de los marcianos de la Guerra de los Mundos. Gracias siempre por todo Patry.

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    1. Muchas gracias. A mí me pareció extraordinaria tu intervención. Un contenido muy inteligente y de mente muy abierta. Un buen análisis que se le olvida hacer a algunos críticos encorsetados.

      Totalmente de acuerdo contigo. Lo que es buena literatura no sólo domina la palabra, sino que cambia el mundo, partiendo desde la intimidad del lector.

      Gracias, fue una intervención muy constructiva.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.