martes, 11 de septiembre de 2012

ANÉCDOTA SOBRE HONORÉ DE BALZAC

Siempre he creído que los escritores se introducen en un mundo que el resto de los mortales no puede ver. Así parece demostrarlo la siguiente anécdota sobre Balzac.
Uno de esos días que escribía este autor, un amigo entró en su estudio sin avisar. Balzac se levantó y asió el brazo de su amigo con ansiedad y con lágrimas en los ojos. Su invitado debió quedar sorprendido, especialmente cuando el novelista exclamó con tristeza: ¡Qué horror! La duquesa de Langeais ha muerto. El amigo repasó mentalmente los miembros de la alta sociedad de París, pero no recordó a nadie con ese título. Difícil hubiera sido que la reconociera, pues sólo era un personaje de la novela que tenía entre manos Balzac. Éste estaba enfrascado en la descripción del fallecimiento de tal personaje, cuando aquel visitante lo interrumpió. En ese momento - como le ocurre a muchos escritores- sentía como si hubiera  visto la muerte de esa mujer y tardó un poco en bajar de ese sueño creativo.

Espero que os haya gustado la curiosidad de hoy.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.