Mañana viernes 24 de febrero, entre las diez y las doce de la noche, en el Café literario de Covibar, los escritores Rosa Huertas, Felipe Galán, José Guadalajara de y Ake Marín nos guiarán por el mundo de la novela histórica.
La iniciativa se debe a Escritores de Rivas.
Yo, como siempre, a por uvas. Siguiendo el refrán "Más vale tarde que nunca", diré que este café literario fue mi bautismo como oyente entusiasmado de estos eventos mensuales, que he seguido con regularidad hasta el verano, y que espero poder recuperar ahora en septiembre. Me gustó mucho este que se comenta aquí en concreto (tal vez sea porque tengo alma de novelista, je,je), pero me encandilaron sus lecturas, los fragmentos escogidos y la demostración, una vez más, que muchas veces con la sencillez en los planteamientos se puede conseguir un resultado fantástico.
ResponderEliminarTambién fue el primero que vi, el que me enganchó. Ya había leído la novela que presentaba José Guadalajara, que es un autor que me gusta mucho en su forma de escribir, pero descubrí que todavía hay gente que sabe hacer novelas juveniles de calidad. Me ilusionó un montón, porque, a veces, nos obligan a poner a los alumnos unos auténticos bodrios insustanciales. Hasta ese momento pensaba que no me gustaba la literatura juvenil (sin contar la de los grandes clásicos). Sin embargo, con la lectura conjunta que se hizo (fue muy enriquecedor oír a los autores poniendo voz a los personajes) me di cuenta de que no era que la literatura juvenil en sí era una basura infumable, sino que había muchos autores que habían conseguido que les publicasen (¿?) sin ninguna calidad. tres cuartos de lo mismo me había pasado con la novela histórica y hasta me avergonzaba que el último premio literario que conseguí fuera con un relato histórico. Después llegó a mis manos, hace ya años, una novela de José Guadalajara (no recuerdo si fue Signum o Testamentum, porque las leí seguidas) y fue cuando vi claramente que una cosa son esos libros comerciales que tanto se ven en la Casa del Libro (por ejemplo) que la literatura de calidad. Me repatea que no se dé más bombo a esos buenos literatos nacionales (que tenemos muchos). ¿Se ocultará la buena literatura por miedo a que desarrolle las mentes del pueblo? Igual que ocurre con la telebasura, están muy extendida la moda de los librosbasura o, como lo llama a una amiga, "literatura de piscina". Hace no mucho fui a un gran centro de venta de libros para preguntar por obras de Antonio Daganzo y David Morello. Una desilusión -y rabia- cuando la dependiente puso cara de "¿de qué hablas?" y no apareció en el ordenador. Estos dos poetas, que considero que son grandes genios en su campo, son unos desconocidos para el público. Y no es porque no conecten con él -ya hemos visto en sus recitales cómo nos dejan a todos- sino porque nadie lo saca a la suficiente luz. Y seguro que hay aún más buenos creadores que miman la palabra ocultos bajo el gran peso de la moda vacía del comercialismo. ¡Cómo me gustaría tener dinero para hacer una buena campaña de publicidad a estos grandes autores! Pero no lo tengo, así que lo hago con mis pocos medios: este pequeñito blog.
Eliminar