Según los antiguos, sobre todo los griegos, los humanos se dividen en tres partes: cuerpo, Alma y Mente.
Una vez morimos, el cuerpo se separa de las otras dos partes y vuelve a la tierra (recordemos que los seres humanos son creados por la modelación del barro). En ese momento, el Alma y la Mente marchan al mundo subterráneo, donde fallecen otra vez y se separan: el alma sube a la Luna ; la Mente , al Sol. Ambos renacen y se juntan en la Luna. Es entonces cuando regresan a la Tierra y escogen un nuevo cuerpo.
Cuando Zeus y sus hermanos destronaron a los titanes, se repartieron el mundo: Zeus se quedó con el cielo; Posidón, con el mar y a Hadas le dejaron el mundo subterráneo. La entrada oficial a este mundo se hallaba en aquel lugar donde se pone el Sol. Mas no existía solo esta entrada, sino que había muchas más, que generalmente consistían en cavernas rocosas de diferentes lugares. Mediante dichas entradas, algunos héroes consiguieron entrar y salir vivos del Hades, como Hércules (Heracles), Teseo o Piriteo. En el canto VI de la Envida interviene el barquero Caronte al ver a la Sibila y a Eneas. El barquero, del que hablaremos en otra ocasión, menciona la intromisión de héroes vivos al mundo de los muertos.
Así pues, la laguna Estigma separaba el mundo de los vivos al mundo de los muertos.
Sin embargo, habrá más agua en el territorio del Hades: Aqueronte -que rodeaba el Inframundo-, Piriflegetenle (de fuego), Cocito (cuyo sonido es lastimero) y Leteo, aguas que borran la memoria.
Como cuentan Homero, Hesiodo y Virgilio, las almas esperan en la orilla a que el horrible barquero Caronte los lleve al otro lado. Caronte es detalladamente descrito en el canto VI por Virgilio. Éste nos dice que el barquero es anciano, pero dios; va sucio y con una capa que lo cubre. Una barba larga y descuidada oscurece su rostro, que se enciende con las llamas que brotan de sus ojos. En conclusión, Caronte es una figura con el que no nos gustaría encontrarnos en un callejón oscuro, o en la oscuridad del mundo subterráneo.
Caronte es avaricioso y pide a los muertos algo a cambio de llevarlos a la otra orilla. Por ello se dejaba una moneda de oro (no dos en los ojos, como mal presentan las películas) en la boca del cadáver en los funerales, además de una onza de pan. Éste estaba destinado a Cervero, un perro de tres cabezas y cabellera de serpientes, y que esperaba al otro lado de la laguna. Como bien indica Virgilio, el monstruoso can intimida a las sombras con sus aterradores ladridos.
Además, Caronte no admitía a las almas sin sepultura por lo que estaban condenadas a vagar durante cien años.
Una vez se cruzaba la laguna Estigia, se llegaba a un bosque de chopos y sauces: el bosque de Perséfone, donde se encuentran las almas de los niños muertos en el vientre de sus madres.
Más allá se podían ver las Llanuras de los Asfódelos. Después, los Campos Llorosos, estancia de los que habían muerto por amor. Allí encuentra Eneas a la infeliz Dido.
Tras estos campos están los Campos donde se encuentran los guerreros ilustres, lugar donde Eneas ve a todos sus compatriotas muertos. Es curioso que aquí Virgilio describa a los guerreros griegos como unos cobardes que huyen de la aparición del teucro Eneas.
Según este poeta latino, el camino se bifurca: un lado va al Tártaro; el otro, al palacio de Hades. En el Tártaro se encuentran todos aquellos que hayan ofendido gravemente a los dioses. Allí se hallan Minos, Ramantis y Éaco, que juzgaban la conducta de la sombra. Virgilio relata que las almas eran duramente castigadas.
Tras el Tártaro se hallaban los Campos Elíseos, lugar de los bienaventurados.
De modo que el Hades estaba dividido en dos partes: los Campos Elíseos y el Averno, que se formaba por Érebo (lugar de residencia de varias divinidades del mundo del Más Allá); por el Báratro, donde sufrían tormentos los hombres malvados; y el Tártaro, lugar de castigos reservados para los inmortales y sus descendientes.
En sucesivos artículos se comentarán los relatos sobre los atormentados y divinidades más famosos en el Inframundo.
Me encantan tus artículos sobre religión, literatura y mitología. Siempre es bueno recordarlo que uno sabe y aprender lo que no sabe, y sirven para ambos propósitos además de entretener.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me has animado un día malo en mi salud.
ResponderEliminarCon estas entradas tengo varias intenciones, pero la principal es hacer ver que todos pertenecemos a una gran familia que busca comprender el mundo. Y es curioso lo parecido de las respuestas.
Gracias por dejar tu comentario.