domingo, 19 de abril de 2015

MITOLOGÍA CELTA: ALGUNOS DIOSES.






Epona
Hoy nos remontamos a la mitología celta para recordar, brevemente, algunos de sus dioses.


Comencemos con Epona (gran madre). Era la divinidad más relevante de los celtas del continente europeo. Se la representaba a caballo con la compañía de un pájaro, un perro y un potro.
Cernunnos
Fue la única divinidad celta asimilada por los romanos, cuya caballería la veneraba en establos. Se la vinculaba con la fertilidad y el matrimonio. Cuando llegó a Gran Bretaña, llevada por las tropas romanas, los celtas la acogieron, pero la combinaron con Macha y Rhiannon.


Cernunnos (el cornudo) resultó uno de los dioses más importantes, pues era el señor de los animales, agricultura y el inframundo. Se lo representaba con cuerpo de hombre y cornamenta de ciervo. Sostiene en una mano una serpiente; en la otra, un torques. Curiosamente, presenta una pose semejante a la de Buda. Sin embargo, para los cristianos fue figura vinculada al demonio.


Lugh
Lugh (el que brilla) era la divinidad relacionada con el sol y el cielo, con la luz. Para los celtas irlandeses Lleu (el brillante de la mano hábil). Se lo consideraba el maestro de todos los oficios
artesanales. Recuerda, por tanto, a una versión celta de Mercurio, lo que es justo lo que afirmaba César. Este dios modificó el concepto primitivo, llevando el orden y el conocimiento, así como acumulando numerosas habilidades. Y esto acercó a la religión celta al monoteísmo. Es posible que esto lo convirtiera en el padre del gran héroe Ulster.


Dagda
Dagda (el dios bueno) tenía como atributos un caldero mágico y un garrote con ruedas. El primero podía alimentar a cualquiera; el segundo, resucitar a los muertos. Controlaba las tormentas y el clima, con lo que se lo vinculaba con las cosechas, el sol y con la guerra.


Sin embargo, era Morigan  la gran diosa de la guerra. Era capaz de profetizar y de cambiar de forma, especialmente la de cuervo. Insuflaba la bravura a los guerreros y hurgaba en los cadáveres de los enemigos. Pero no sólo se vinculaba con la muerte, sino también con un gran atractivo sexual. Se considera que pudo ser el modelo de la figura de Morga Le Fay en la leyenda artúrica.




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