Tal día como hoy, 1479, fallecía
el poeta Jorge Manrique autor de versos de amor cortesano y de la Coplas a la Muerte de su Padre.
Primero os dejo unos poemas
amorosos para luego volver a las tan conocidas coplas.
Yo soy quien libre me vi,
yo, quien pudiera
olvidaros;
yo só el que, por
amaros,
estoy, desque os
conoscí,
<<sin Dios, y
sin vos, y mí>>.
Sin Dios, porque en
vos adoro,
sin vos, pues no me
queréis;
pues sin mí
ya está de coro
que vos sois
quien me tenéis.
Así que triste
nascí,
pues que
pudiera olvidaros.
Yo só el que, por
amaros,
estó, desque
os conoscí,
<<sin Dios, y
sin vos, y mí>>.
ESCALA DE AMOR
Estando
triste, seguro,
mi
voluntad reposaba,
cuando
escalaron el muro
do
mi libertad estaba:
a
escala vista subieron
vuestra
beldad y mesura,
y
tan de recio hirieron,
que
vencieron mi cordura.
Luego
todos mis sentidos
huyeron
a lo más fuerte,
mas
iban ya mal heridos
con
sendas llagas de muerte;
y
mi libertad quedó
en
vuestro poder cativa;
mas
placer hobe yo
desque
supe que era viva.
Mis
ojos fueron traidores,
ellos
fueron consintientes,
ellos
fueron causadores
que
entrasen aquestas gentes
que
el atalaya tenían,
y
nunca dijeron nada
de
la batalla que vían,
ni
hicieron ahumada.
Desde
que hobieron entrado,
aquestos
escaladores
abrieron
el mi costado,
y
entraron vuestros amores;
y
mi firmeza tomaron,
y
mi corazón prendieron,
y
mis sentidos robaron,
y a
mí sólo no quisieron.
Fin
¡Qué
gran aleve hicieron
mis
ojos, y qué traición:
por
una vista que os vieron,
venderos
mi corazón!
Pues
traición tan conocida
ya
les placía hacer,
vendieran
mi triste vida
y
hobieran dello placer;
mas
al mal que cometieron
no
tienen escusación:
¡por
una vista que os vieron,
venderos
mi corazón!
TRES PRIMERAS COPLAS
I
Recuerde el alma dormida,
abiue el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
quánd presto se va el plazer,
cómo después de acordado
da dolor,
cómo, a nuestro parescer,
qualquiere tiempo passado
fue mejor.
II
Y pues vemos lo presente
cómo en vno punto s'es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por passado.
Non se engañe nadi, no,
pensando que a de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera.
III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
qu'es el morir:
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados son yguales
los que biuen por sus manos
e los ricos.
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