CAPÍTULO I. De la famosa México el asiento. (setenta y un tercetos)
En los veintitrés primeros tercetos
se encuentra una cortés alabanza a la dama doña Isabel de Tobar y Guzmán, que
le ha pedido información sobre México (tercetos 19- 23). Hace referencia a la
niñez de la dama, a su origen importante y digno de no olvido.
Apela a aquella que le ha pedido la carta
aconsejándole que lo escuche para que se aficione <<a la ciudad más
rica>> del mundo.
Aparece forma de cortesía a la
dama, informándole de que abandona su halago por loor a la ciudad aunque es
mayor el de aquella.
Con falsa modestia, el poeta nos
dice hiperbólicamente que la magnitud de la hazaña (escribir sobre la grandeza
de la ciudad) que hasta para Atlas (el titán castigado por Zeus a sostener el
mundo) sería costoso.
Comenta de nuevo el esplendoroso
origen de la dama.
Ya en el terceto decimoctavo canta
a la dama que la obedece y que pretende hacer bien su oficio.
En el terceto siguiente informa
sobre porqué comenzó a escribir el poema:
<<
Mandásme que te escriba algún indicio
de que he llegado a esta ciudad hermosa,
centro de
perfección, del mundo el quicio;
su asiento,
su grandeza populosa,
sus casas
raras, su riqueza y trato,
su gente
ilustre, su labor pomposa.
Al fin, un
perfectísimo retrato
pides de la
grandeza mexicana,
ahora
cueste caro, ahora barato>>.
Así que la dama pretende que su antiguo amigo le cuente lo
que tuviera que saber de México. La dama desea un retrato de la ciudad cueste
lo que cueste.
Se presenta como una hazaña grandiosa para alguien con no
tanta virtud (falsa modestia). Mas como lo pide la dama, el poeta le hace el
retrato.
Ahora, a
partir del vigesimocuarto terceto, empieza el retrato de la ciudad y su
grandeza. Comienza con unas indicaciones geográficas, que acaban siendo una
descripción idealizada del paisaje al estilo renacentista.
Viento adecuado, ni cálido ni frío,
<<donde nadie creyó que hubiera mundo>>, porque se creía que no
había nada más allá de las costas de Atlántico hispánico.
Tierra florida, casi maravillosa
que recuerda al Paraíso Perdido. Además, posee un mar rico.
Posee un clima de eterna primavera
y que extiende el aroma de las flores (hipérbole).
Nos presenta a México como una
ciudad construida ordenadamente con unos edificios que muestran su grandeza y
esplendor. Sin embargo, no es como cualquiera otra ciudad, puesto que
ésta está circundada por una belleza natural, con una gran variedad de flores
(hipérbole con estrellas/ cielo y flores/ suelo), con unos montes verdes aún en
agosto. Además de llanos fértiles que proporcionan alimento para mucho tiempo.
Después de referirse a las calzadas,
canta la variedad racial así como condición social y profesional (tercetos 39- 43).
En el terceto 44 cambia su
interlocutor por el <<inmenso mar>> y canta sobre los puertos de
México, que siempre permanecen repletos, lo que es relevante porque quiere
decir que hexiste gran tráfico comercial y, por tanto, riqueza.
Dedica dieciocho estrofas a demostrar que la gente trabaja
por interés, pero Balbuena no parece censurarlo. El mercader se atreve a
adentrarse en un mar revuelto para ganar << grandes sumas>>.
Empieza una
enumeración de profesiones, llegando a la existencia a las artes, que luego
originará la comparación con Grecia y el viejo continente.
Según Balbuena, todos hacen su
trabajo porque el interés los acrecienta. Si se le niega al interés << el
señorío y las leyes>>, desaparecerá la armonía, caerá el sustento y la
grandeza del mundo porque el interés ( que es <<fuente viva/ de la vida
política>>) fue quien dio lugar a la colonización de esta tierra y
fundación de México. Y cuando el interés se acerca al <<ingenio
humano>> da deseo de alcanzar y practicar el arte en la ciudad, que se
vuelve <<ilustre y rica>>.
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