miércoles, 17 de julio de 2013

MI POLÍTICA

Los políticos rigen un país. El problema viene dado cuando en el mismo no tienen cabida políticos, sino que existe una plaga de sinvergüenzas de poca inteligencia y moral que desvirtúa el significado del término político.

Es cierto que existen complicaciones para regir un país, pero también es verdad que hay unos puntos relevantes que no se están teniendo en cuenta.

Lo primero es no permitir que cualquier ricachón, gran empresario o militar llegue a gobernar. Nunca ha salido bien en toda nuestra historia y es obvia la causa.

Gente preparada es la que  debe llegar al gobierno de un estado. Sin embargo, he de reconocer que ciertas carreras me dan dentera en el mundo de la política: ciencias políticas, empresariales, económicas y derecho. Entre otras causas porque los dirigentes han de tener una moral recta, lo que choca con lo que conocemos -en general- de dichas licenciaturas. ¿Os habéis dado cuenta de que la mayor parte de los que se hacen llamar políticos en nuestro país tienen un título de este tipo? Y escribo que tienen título y no que han estudiado porque dudo que algunos realmente hayan  hecho tal. Por ejemplo, a los que conozco que estudian ciencias políticas -es verdad que lo hacen en universidades privadas- me provocan vergüenza ajena, no tienen un mínimo de conversación inteligente y muchos los considero de un perfil de diversificación. Eso es decir que con suerte llegan a los mínimos minimísimos de la ESO. Vamos, que es lo que algunos necesitan para hacer clones y vaciar cabezas.

Imaginemos que, por casualidades de la vida, damos nuestro apoyo a los intelectuales y gente preocupada por la sociedad (que la hay, aunque nos pongan vendas en los ojos para que no la veamos y creamos que no tenemos más opción). ¿Qué debería hacer?

Un buen político, una persona de bien, ha de rodearse de gente preparada en cada uno de los aspectos que toca un gobierno. Y han de ser también personas de bien.

Lo primero es que los servicios a la sociedad sean públicos y bien organizados. Una educación hecha por los profesionales. Sería buena idea organizar peticiones por cada centro, que pasaran a zona hasta seleccionar por comunidad. Peticiones y sugerencias de los profesionales que habrían de llegar al Ministerio de Educación (obviamente llevado por un profesor o exprofesor de la pública). Lo mismo haría con Sanidad y otros servicios sociales. No es tan difícil y ya tenemos el modelo en momentos históricos de nuestro país.

Muchos de los problemas actuales se deben a nuestro comportamiento. Necesitamos cambios sociales que nos hagan pensar no  como individuos envidiosos, sino como familia. Para ello habría que recordar los buenos modales, que van desapareciendo precisamente porque olvidamos al prójimo y porque nuestro intelecto ha sido dañado. Seguramente la primera generación tendría que aprender a base de multas - somos así de imbéciles- para llegar a interiorizar comportamientos lógicos, inteligentes y morales: por dónde caminar, no drogarse en la calle, no colarse, preocuparse por la educación de nuestros hijos (y digo en verdad no en apariencia y cubriendo caprichos de niño hasta hacerlo malcriado  e inútil), no gritar, no poner la música con el móvil...

Y esto me lleva a la cultura, que sufre el desprestigio en nuestro país porque a algunos les interesa que sigamos con vendas en los ojos y que seamos rematadamente tontos. Obviamente, ha de eliminarse ese IVA desorbitado. La cultura -la de verdad- ha de ser accesible a la ciudadanía. Necesitamos además que se apoye el ingenio de los artistas, que puedan vivir de su arte. ¿Debería volver un tipo de mecenazgo? El mecenas tendría desgravación en Hacienda, pero no podría "dirigir" el arte de su protegido.

Semejante destino debía tener la ciencia, pues nuestros científicos ya han demostrado tener una gran preparación.

Por otro lado hemos de agilizar nuestro trabajo. Sé de buena tinta que en muchos trabajos se está gran tiempo en la oficina, aunque la labor real sólo es de unas horas (luego dicen de los profesores, ay qué poca idea tiene la gente). Además, el cerebro humano tiene un límite. Deberíamos organizar los trabajos para que, por ejemplo, realmente haya turnos de mañana y de tarde. Que la gente salga a la hora de comer y pueda pasar la tarde con sus hijos. Y otros tengan  por la tarde su actividad. Necesitamos que alguien en la familia -y no los abuelos- esté con los hijos para darles cariño y educarlos. Es decir, que el trabajo que ahora hace uno se divida en dos puestos. Con lo que descendería el paro y aumentaría el consumo.

Esto me recuerda que existe la moda de tener hijos por tenerlos, porque toca socialmente. Y esto lleva a que los padres no sean buenos. No nacemos sabiendo. Las personas de bien se hacen, básicamente, en entorno familiar. Por eso es tan importante que los padres sepan cómo educar a su hijo. Muy pocos lo saben. De manera obligatoria, debía haber una escuela de padres.

Los sueldos han de limitarse por arriba y por abajo. Un sueldo mínimo de unos mil euros y uno máximo de hasta diez mil (y ya me parece mucho), dependiendo de la preparación y de la responsabilidad social. Nada de dos sueldos en casos determinados. De este modo se equipara más la economía, pero no tanto que sea injusto para los más preparados y responsables. Un punto aparte necesitarían las pensiones.

Debería limitarse el horario  que están tomando las grandes superficies comerciales que tratan como esclavos a sus trabajadores y que penalizan los pequeños comercios.

¿De verdad, en un país como España, es necesario inyectar tanta basura en lo que nos metemos en la boca? No lo llamo alimento, porque ya no lo es.

Esto me conduce también a la energía. ¿Alguien niega que España pueda iniciar un programa de energías renovables que sea uno de sus pilares económicos?

Otros puntos que son necesarios si deseamos un estado de progreso y bueno son los siguientes: la Iglesia pagaría impuestos como otra asociación más (el dinero que se ahorraría el Estado, que es mucho, iría destinado a la sociedad en sí); reducción de la educación privada (así como empresas del mismo tipo), que, además, no recibiría dinero del Estado (más dinero para el bien social); menos gasto armamentístico y militar; atar bien corto a bancos y grandes empresas; eliminar los monopolios energéticos.


Estos son sólo algunos puntos que me parecen relevantes para encaminar un país.

¿Qué os parece? ¿Qué añadiríais?


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1 comentario:

  1. Sin duda, todo lo que dices es cierto. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato? Es más difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos...lo que podría aplicarse a los políticos rectos en puestos de verdadera relevancia. Además hay un dato significativo: probablemente, por estadística, llegue un momento en el que algún presidente futuro se plantee realmente cumplir con las premisas de este artículo. Llegados a ese punto...¿se lo permitirán? ¿Será capaz de sobrevivir a los que chupan del frasco y que, evidentemente, no están dispuestos a dejar sus privilegios? Difícil. Gandhi, Martin Luther King, Malcolm X...ya sufrieron en sus carnes el poder de los que mandan. ¿Hay esperanza entonces?

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.