Al principio Abraham Lincoln no llevaba barba. Se dice que comenzó a dejársela cuando una niña le advirtió que así tendría una apariencia más distinguida. No se sabe si esto es o no cierto verdaderamente o resulta otra de tantas leyendas que circulan en torno a este personaje, pero espero que os guste esta curiosidad.
Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email
Yo no sé si es cierto o no, pero desde luego demuestra que en todas las épocas el cuidado de la imagen ha preocupado (a veces en exceso) a todo el mundo, desde los distinguidos a los humildes. Yo como soy casi imberbe...
ResponderEliminar