domingo, 12 de mayo de 2013

MITOLOGÍA MAYA: OTRA VERSIÓN DE LA CREACIÓN DEL SER HUMANO


Existe otra versión diferente a la que ya relaté en otro momento sobre la creación según los mayas. Según la cual hace mucho tiempo  había cuatro dioses. La tierra había sido creada. Ésta estaba repleta de seres, pero ninguno capaz de agradecer a los dioses su tarea. Así que éstos comenzaron a planear cómo había de ser ese ser.

Iniciaron la labor moldeando barro. La figura resultante era perfecta. Tenía brazos, piernas, ojos, nariz..., pero falló en una prueba. ¡Se deshizo con el agua!

Los dioses tenían que pensar en otra cosa, así que cogieron una rama de árbol y tallaron la madera. También tenía brazos, piernas, ojos, nariz... Decidieron hacerle la prueba del agua y...¡Flotó! De manera que pasaron a la siguiente, la del fuego. Pero pronto se convirtió en cenizas.

Decidieron emplear el oro. Siguieron las mismas pautas que con los anteriores materiales. La figura no se deshizo con el agua ni con el fuego. ¡Ya lo tenían! ¡Ya habría quien los adorara! Mas no abrió la boca y miraba sin ver.

Entonces, un dios que había estado en silencio hasta entonces, sugirió que utilizaran carne. Y antes de que los otros dijeran nada, se cortó los dedos de la mano izquierda. Éstos salieron corriendo por sí solos. Surgieron así los primeros seres humanos, pero no fueron sometidos a las pruebas pertinentes.

En poco tiempo hubo miles de ellos. No se las arreglaban mal. Se protegían de las fieras y de la lluvia. Los dioses intentaban no perderlos de vista, más corrían tanto que no podían alcanzarlos. Al final, exhaustos, los viejos dioses se quedaron dormidos.

Los hombres dedo descubrieron al hombre oro. Con tiento, se acercaron a él. Le ofrecieron alimento, pero no lo tomó. Los hombres dedo reunieron valor para tocarlo. Lo sintieron frío, muerte. Sin embargo, creyeron que era relevante. Por eso se llevaron la figura y la cuidaron como un ser vivo. Al tiempo, fue cobrando calor y pronunció las palabras de agradecimiento que los dioses le habían enseñado. Eso hizo despertar a los cuatro dioses. Estaban satisfechos tanto por el trabajo de los hombres dedo como por las palabras de los hombres oro. De esta manera decidieron que los últimos dieran lugar a los hombres ricos, mientras que los primeros serían los pobres. Eso sí, los ricos ayudarían siempre a los pobres y viceversa. Ningún hombre rico entraría al cielo a no ser que fuera de la mano de un pobre.


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2 comentarios:

  1. De nuevo curiosa la sensibilidad (maya, en este caso), para tratar el tema del origen del hombre. Por supuesto, siempre soprende la poligénesis de los motivos, como el del barro, tan presente en varias culturas, o el de que los hombres proceden de los mismos dioses.

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    1. Por lo menos en este caso era de los dedos de un dios - aunque en mi mente aparece una auténtica escena de laboratorio genético que los antiguos mayas no tendrían capacidad para explicar- y no del sudor de un gigante, como ocurre con los vikingos. ;)

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.